El gobernante cumple este lunes 81 años en medio de discretas celebraciones.
lunes 13 de agosto de 2007 12:51:00
Fidel Castro cumple este lunes 81 años en medio de discretas
celebraciones y confinado lejos del poder debido a una grave crisis de
salud que le obligó a delegar sus funciones en su hermano Raúl y a una
larga convalecencia.
Las autoridades no han convocado festejos, aunque el domingo Castro
recibió elogios y dedicatorias de triunfos y actividades de jóvenes,
escolares, ex combatientes y deportistas.
El anciano gobernante sigue sin aclarar si retomará sus funciones,
aunque muchos dudan de su regreso y piensan que quizás asuma una
posición honorífica.
"Una cosa es que se le consulten determinadas situaciones a Fidel,
cuestiones importantes, como él dice, y otra es que él gobierne. Soy de
los que piensa que en Cuba gobierna Raúl", dijo a la AFP Fernando
Garzón, economista de 53 años.
Para el disidente Vladimiro Roca, "todo parece indicar que no vuelve
más, la salud no lo acompaña a los 81". La opositora Martha Beatriz
Roque sentenció: "Está totalmente terminado".
La analista Janette Habel, del Instituto francés de Altos Estudios de
América Latina, opinó que "la solución del binomio es la mejor para
asegurar la estabilidad del país, con Fidel en su papel de consejero y
analista en el plano internacional y Raúl en la política doméstica".
"Creo que Raúl puede consultarlo, pero en asuntos muy críticos",
consideró Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y
Cubanoamericanos de la Universidad de Miami.
El discurso de Raúl Castro, eterno número dos y ministro de las Fuerzas
Armadas, el pasado 26 de julio, fue visto por algunos como la
presentación de una especie de programa de gobierno, basado en "rigor,
orden y disciplina", para elevar la producción y los salarios y resolver
los problemas que agobian a los cubanos.
El ministro expresó por tercera vez a Washington su disponibilidad para
un diálogo "en pie de igualdad" y habló de la necesidad de "ajustes
estructurales" en la economía de la Isla.
Su hermano ha sido siempre reacio a la introducción de reformas y, en
cuanto a Washington, advirtió menos de una semana después del discurso
de Raúl Castro que nadie se haga "la menor ilusión" de que Estados
Unidos "que lleva en sí los genes de su propia destrucción, negociará
con Cuba".
"Fidel actúa como una especie de 'imán tropical' o 'ayatolá' que intenta
poner los límites de lo que no permitiría hacer. A los 81 debería
reflexionar y dar claro adiós a la vida política, porque sigue tratando
de hacer más lento lo inevitable: las reformas", opinó el opositor
socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa.
"Hoy Raúl es la única esperanza de cambio en Cuba", dijo el economista
disidente Oscar Espinosa Chepe, citado por Reuters. "Pero hay sectores
duros que no quieren cambios económicos, porque saben que son la
antesala de cambios políticos", añadió.
A juicio de la analista Marifeli Perez-Stable, del Inter-American
Dialogue de Washington, "Fidel lucha por su legado".
"¿Tendrá Fidel el futuro del líder chino Mao Zedong? ¿Será el fidelismo
repudiado y Fidel venerado como su padre fundador? Eso, probablemente,
preocupa hoy al Comandante", comentó.
Damián Fernández, de la Florida International University de Miami, opinó
que está claro que Castro no vuelve, pero su opinión pesa.
"Está poniéndole el sello de aprobación a sus sucesores e intentando
garantizar la supervivencia del régimen con el único recurso que le
queda: su palabra", dijo Fernández, director del Instituto de
Investigaciones Cubanas.
Los cubanos han ido posponiendo de fecha en fecha señalada las
expectativas de una reaparición de Fidel Castro. Ahora muchos creen que
el proceso electoral que culminará en el primer trimestre de 2008 será
el momento que definirá los papeles del gobernante y de su hermano de
cara al futuro de la Isla.
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