Monday, July 30, 2007

Cuba está en un limbo @

Panamá, lunes 30 de julio de 2007

HACE UN AÑO CASTRO CEDIÓ EL PODER.
Cuba está en un limbo @
Mike Williams

MIAMI. -Un año después de que Fidel Castro conmocionó al mundo al
hacerse a un lado debido a una enfermedad grave, Cuba sigue en un limbo,
estancada entre la lealtad al comunismo acérrimo de Casto y un creciente
deseo de cambio entre su pueblo.

Fuera del círculo inmediato de Castro, nadie sabe cuándo o siquiera si
el anciano rebelde cubano, quien cumplirá 81 años el mes entrante,
regresará al poder.

Lo que se sabe es que el hermano de Castro, Raúl, de 76 años, está
oficialmente a cargo, y que el Ejército cubano le sigue siendo leal, lo
que hace poco probable un cambio drástico en el futuro cercano.

"Todo está en suspensión animada", dijo Daniel Erikson, de Diálogo
interamericano, un grupo de investigación con sede en Washington, D.C.
"Nadie está dispuesto a hacer ningún movimiento grande mientras no se
sepa el futuro de Fidel. Esto podría durar un tiempo más", indicó.

Aun cuando ha conservado un perfil bajo en el año desde que Castro se
enfermó, el Ejército de Cuba es un actor clave mientras la isla
trastabilla hacia un futuro incierto. Afectado por reducciones
draconianas y por la pérdida de subsidios de la Unión Soviética que
alguna vez lo hicieron ser uno de los ejércitos tercermundistas más
poderosos del mundo, las fuerzas armadas siguen siendo una fuerza
potente capaz de sofocar cualquier disturbio interno.

"Es probable que sea la institución más legítima en los ojos del pueblo
cubano", dijo Edward González, un profesor emérito de la UCLA y
consultor sobre Cuba de la Rand Corporation. Aun cuando han perdido
equipo y soldados, cuentan con una gran reserva de talento. "Tienen la
influencia capaz de llevar líderes políticos al trono, y apoyan a Raúl".

Una milicia ciudadana estimada en más de un millón de efectivos aumenta
los aproximadamente 50 mil soldados del ejército regular. Entrenados
como guerrilleros para el caso de una invasión estadounidense, los
milicianos también pueden representar un núcleo de fanáticos que
seguirían siendo leales al comunismo incluso después de que ya no estén
ninguno de los hermanos Castro.

Después de un año sin Fidel, los cubanos ordinarios parecen resignados a
la incertidumbre, y la vida continúa como siempre. Muchos aún son leales
a Fidel, y aunque algunos hablan en privado de un deseo de cambio, todos
se dan cuenta de que Raúl Castro y su ejército están firmemente a cargo.

"Te dirán que están viviendo mal", dijo Eloy Gutiérrez Menoyo, un
disidente cubano. "Si se habla con jóvenes, 90% dirá que su sueño es
abandonar el país", aseguró.

Mientras Raúl Casto siga siendo saludable, dicen los expertos que son
bajas las posibilidades de una revuelta popular en el cercano plazo.

El reto más inmediato es proporcionar más empleos, ingresos más altos y
más bienes de consumo a una población de 11 millones de habitantes que
se está inquietando cada vez más, tras décadas de escasez y sacrificio.

Está claro que Raúl Castro reconoce el problema. En este año en el
poder, ha criticado agudamente la corrupción y la productividad baja, y
ha hecho un llamado a un diálogo nacional sobre cómo hacer que mejoren
las cosas.

Sin embargo, Raúl un pragmático obstinado que ha apoyado en el pasado
reformas limitadas de mercado podría estar atado de manos por la
presencia continua de su hermano y una aversión fuerte a la apertura de
la economía.

"Mientras Fidel siga rondando en el segundo plano, quienes son
pragmáticos no pueden instituir reformas económicas", dijo González.
Acelerar la economía es la única forma para legitimizar su régimen.
"Creo que Raúl tiene un margen de uno a dos años antes de que la
población empiece a cambiar de dirección", indicó González.

Raúl Castro asumió el poder el 31 de julio del año pasado cuando el
gobierno anunció que Fidel estaba gravemente enfermo. Aun cuando la
salud del Castro mayor se ha mantenido en secreto, parece que tuvo un
padecimiento diverticular, que amenaza la vida y consiste en que los
fluidos se filtran del tracto digestivo.

A Castro le practicaron varias cirugías, algunas sin ningún éxito. El
otoño pasado, corrieron rumores de que estaba próximo a morir, pero en
2007 montó una especie de retorno, y se reunió con dignatarios que lo
visitaron y apareció en ocasionales videoclips.

A últimas fechas, ha escrito una serie de "reflexiones" para los
periódicos paraestatales de Cuba, en las que critica severamente
supuestas conspiraciones estadounidenses contra su vida, así como las
políticas del presidente Bush.

Los analistas dicen que los ensayos podrían ser un signo de que el
retorno de Fidel es poco probable.

"Dudo que reanude la Presidencia", señaló Wayne Smith, ex jefe de la
Sección de intereses estadounidenses en La Habana y quien ahora está en
el Centro para la política internacional, otro grupo de investigación
con sede en Washington, D.C. Ha asumido el papel de filósofo residente.
"Eso significa que Raúl debe llegar a un equilibrio. Tiene que reformar
la economía lo suficiente para satisfacer el pueblo, pero no tanto que
moleste a Fidel".

Después de que una alerta llevó tropas a las calles a unas cuantas
semanas del anuncio de la enfermedad de Fidel, el Ejército de Cuba ha
retornado a su rutina y es una presencia visible en pocas ocasiones.
Raúl ha manejado la fuerza con eficiencia implacable durante más de
cuatro décadas, y la alta jerarquía le sigue siendo leal.

Una vez que ya no estén los hermanos Castro, no obstante, aumentarán las
posibilidades de una lucha interna en el ejército, dijo Brian Latell un
ex analista sobre Cuba en la CIA, y autor del libro After Fidel (Después
de Fidel). El papel enorme del ejército en la administración de empresas
estatales desde la agricultura hasta el turismo ya ha despertado
envidias que podrían evolucionar en un conflicto abierto.

"Las tensiones se multiplicarán inevitablemente cuando se dividan los
oficiales y los grupos militares de interés por las opciones políticas,
compitan por recursos y promociones, y discutan sobre misiones militares
en la Cuba posterior a Castro", escribió hace poco Latell en el
Washington Quarterly.

Muchos expertos mencionan al vicepresidente cubano Carlos Lage, de 55
años, como el líder más probable en una era posterior a Castro. Con
formación académica de médico, Lage apoyó la liberalización económica en
los años 90, pero es incierta su posición con el ejército.

Si Lage podría moverse con la suficiente rapidez para satisfacer el
deseo de cambio del pueblo cubano y si podría conservar el respaldo del
ejército, es un misterio.

En caso de que estallaran disturbios en la era posterior a Castro, la
nueva dirigencia cubana podría sentirse obligada a enviar las tropas
contra los manifestantes. Ordenes de disparar podrían desatar el caos
dentro del ejército, lo que se sumaría al revuelo callejero, teoriza Latell.

Cualesquiera que sean los imponderables, los analistas están de acuerdo
en que los líderes de Cuba deben empezar a reformar la economía para
impedir el creciente descontento o de otra forma se enfrentarán a una
revuelta potencial una vez que ya no estén los hermanos Castro.

"Van a tener que empezar a hacer cambios", dijo Latell. "Ya existe un
bajo nivel de un descontento mal articulado, en especial entre los
jóvenes. La dirigencia avanza con dificultad, pero la presión por el
cambio se está acumulando".

The New York Times

http://www.prensa.com/hoy/perspectiva/1064094.html

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