REPRESION
El trabajo forzado en Cuba
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org) - Para el joven Conrado
Santillana Duarte (no sé si vive aún en el exilio) el infierno era aquel
campamento de trabajo forzado, situado en la provincia de Camagüey,
perteneciente a las Unidades Militares de Ayuda a la Producción,
conocidas por las diabólicas siglas UMAP. El sólo tenía 20 años y una
fuerte vocación por la pintura. Nunca le dijeron las autoridades cubanas
por qué lo encerraban allí, junto a disidentes, homosexuales y
religiosos, sobre todo Testigos de Jehová.
Me envió una carta pidiéndome ayuda, y yo protesté hasta donde pude. En
aquel gulag criollo también estaban el actual Cardenal Jaime Ortega y el
cantautor Pablo Milanés. Corría el año 1964.
Cuatro años después se llevó a cabo en la capital habanera una masiva
redada contra homosexuales y elementos considerados peligrosos para la
sociedad. Se habilitaron granjas de trabajo forzado para estas personas,
fundamentalmente jóvenes, con el pretexto de reeducarlos.
La historia de los campos de concentración en el mundo para el trabajo
obligatorio data de épocas muy remotas. El gulag, como se le llamó en
los países del difunto socialismo, no fue una iniciativa nazi seguida
por Stalin y luego por Fidel Castro. En la Cuba colonial, por ejemplo,
el gobierno español creó su propio gulag en 1895 con el fin de controlar
los brotes de rebeldía de la población.
En Cuba, el trabajo forzado se ha usado por muchos motivos. Por ejemplo,
hasta para los que pretendían marcharse al exilio. Eran enviados a
campamentos agrícolas donde laboraban bajo un sistema disciplinario de
carácter paramilitar, o hacían otras labores.
Los cubanos no olvidamos a Manolo Gómez, aquel actor querido y admirado
de la televisión, quien para poder emigrar a Estados Unidos se vio
obligado a barrer las calles de la capital durante meses. Un poco antes
había interpretado el papel de Santos Luzardo en la novela Doña Bárbara.
El trabajo forzado es un aspecto más del sistema represivo impuesto por
el régimen cubano, no sólo a quienes viven entre rejas, sino a todo el
pueblo. Tuvo sus orígenes no precisamente con la creación de las UMAP,
sino mucho antes, cuando Ernesto Che Guevara convocó a los residentes de
la provincia Granma a realizar trabajos sin retribución alguna en
noviembre de 1959 para terminar de construir la Ciudad Escolar Camilo
Cienfuegos.
Se hizo costumbre así que el gobierno castrista, único patrón absoluto
de la Isla, hiciera cuanta movilización de trabajo necesitara con sus
asalariados. A este tipo de trabajo se le llama voluntario, una variante
del forzado.
Para terminar no quiero dejar de mencionar a ciertas personalidades de
la historia que sufrieron en carne propia el trabajo forzado. A los 16
años, nuestro Apóstol José Martí. También los escritores Fiador
Dostoievski, Vicente Blasco Ibáñez, Oscar Wilde y el poeta Pedro de
Trejo, éste último en el siglo XVI sufrieron esa trágica y conmovedora
experiencia.
http://www.cubanet.org/CNews/y05/nov05/01a8.htm
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