Una batalla por la democratización en Cuba
PEDRO CAMPOS, La Habana | Abril 01, 2016
El militante del Partido Comunista de Cuba (PCC) Francisco Rodríguez
Cruz, periodista del periódico Trabajadores y activista contra la
homofobia y por los derechos sexuales, escribió al primer secretario del
Comité Central del partido, Raúl Castro, una carta abierta solicitando
que se postergue el VII Congreso de la organización para dar tiempo a
que los documentos que allí se aprueben sean discutidos previamente por
las bases del partido y por todos los ciudadanos.
Este llamamiento de Paquito de Cuba, como se le conoce en los medios,
refleja el sentir de amplios sectores de la militancia del PCC y de la
población cubana, preocupados porque en ese Congreso se van a aprobar
dos documentos específicos que tendrán mucho que ver con el futuro
inmediato de todo el pueblo. Me refiero a la "conceptualización del
modelo socioeconómico cubano" y el "plan perspectivo de desarrollo hasta
el 2030".
Desde la llegada de Raúl Castro a la máxima dirección del Partido y el
Gobierno, se han desarrollado procesos de consultas en las bases de la
formación y en general en los sindicatos, la Unión de Jóvenes Comunistas
(UJC) y el Poder Popular, sobre los problemas generales del país y
especialmente en relación con los Lineamientos del VI Congreso del PCC.
Ha sido preocupación de muchos militantes del partido y de ciudadanos
comunes que bastante de lo propuesto no fue tenido en cuenta y que otras
sugerencias solo aparecieron en forma limitada, sesgada y amarradas a
los viejos conceptos del control estatal y burocrático.
Específicamente, ocurrió con el cuentapropismo, el cooperativismo, la
autogestión empresarial independiente del Estado bajo control de los
trabajadores y con la necesidad de democratizar el sistema político con
libertad de expresión, asociación y elección y de fortalecer la
independencia, capacidad y autonomía de los órganos locales del poder
popular. Esencias económicas y políticas de una sociedad democrática con
amplio respaldo en las bases del PCC, los trabajadores y los ciudadanos,
según se ha podido comprobar en las opiniones de miles de cubanos
vertidos en medios, reuniones, conferencias oficiales y no y en círculos
familiares o de amigos.
Recientemente, la dirección del Partido reconoció que una parte de los
Lineamientos aprobados no se habían implementado aún y que solo se había
cumplido una pequeña parte.
Durante los cinco años transcurridos desde el VI Congreso, cientos de
miles de críticas han aparecido en la prensa del PCC, en los blogs y
páginas alternativas de la izquierda y de la oposición moderada, por la
incapacidad, falta de voluntad y hasta los obstáculos evidenciados en la
dirección del PCC y el Gobierno para implementar sus propios acuerdos.
Raúl Castro invitó a las bases a opinar; la dirección del Partido y el
Gobierno organizaron consultas verticales que no permitían en Santiago
conocer lo que opinaban los habaneros y viceversa y luego los organismos
superiores tomaron acuerdos que se distanciaban, no se parecían a lo que
la gente dijo abajo. Y vienen luego las leyes y decretos leyes para
implementarlos cargados de limitaciones burocráticas. ¿Dónde está la
democracia?
Ese "sistema de participación" demostró su ineficiencia, la gente está
insatisfecha con lo que se ha venido haciendo incluso con los acuerdos
del PCC, y ahora, arriba de eso, pretende aprobar en el VII Congreso por
unos mil representantes (una proporción minúscula de la población) que
allí se reunirán, qué modelo económico político y social regirá los
destinos de 11 millones de cubanos que estamos dentro y de otros tres
millones que están fuera y cuál será el plan de desarrollo para los
próximos 15 años.
Todo cubano de buena voluntad, militante o no, de dentro o fuera,
debería unir su voz y apoyar la solicitud de Paquito de Cuba por la
postergación del VII Congreso y la discusión democrática de sus
documentos de manera que se sometan al debate abierto, horizontal y
libre de toda la militancia y de todo el pueblo.
Las calles de Cuba no son libres para llenarlas de estas consignas, pero
sí todas las páginas oficiales y no de internet desde Granma,
Trabajadores, Juventud Rebelde, Cubadebate, Facebook y demás redes sociales.
No es una batalla dentro del Partido, es una batalla del pueblo cubano
por la democratización, de cuyo resultado dependerá en gran parte el
futuro de la patria de todos los cubanos.
Source: Una batalla por la democratización en Cuba -
http://www.14ymedio.com/opinion/batalla-democratizacion-Cuba_0_1972602722.html
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