Sunday, September 27, 2015

La generación de los “P” releva a Monseñor Meurice

La generación de los "P" releva a Monseñor Meurice
Un laico de la generación de "jóvenes que montan en P", los atestados
metrobuses de La Habana, expuso al Papa la realidad de los cubanos.
Rolando Cartaya
septiembre 26, 2015

El diario madrileño El País decía esta semana en un editorial titulado
"Silencios de Francisco" que "por mucho que se insista a veces en lo
contrario, la visita de un Papa a un país, salvo contadísimas
excepciones, tiene un carácter mucho más político que religioso. Eso es
lo que ha ocurrido con el viaje de Francisco a Cuba. Pero al contrario
de lo sucedido con sus dos antecesores (Juan Pablo II en 1998 y
Benedicto XVI en 2012), han sido más importantes las palabras que no se
han pronunciado que las escuchadas de labios de Francisco".

El matutino lamentaba que pese a ser un papa tan político "lo más duro
que el presidente cubano, Raúl Castro, ha escuchado en público de boca
del Papa es reclamar una "revolución de la misericordia"".

Y es que siempre se espera de un papa en viaje pastoral que voltee las
mesas de los mercaderes, que haciendo buen uso de la autoridad moral y
espiritual de la Iglesia, se convierta, siquiera por unos días, en el
azote de los poderosos y la voz de los desfavorecidos.

En sociedades cerradas como la cubana, donde la libertad de expresión es
penalizada y quienes desafían esa prohibición son amordazados y
sometidos a toda clase de castigos, un sucesor de Pedro puede erigirse
también en la voz de los sin voz.

Como se informó durante la semana, aunque Francisco aseguró que no se
había enterado, decenas de disidentes que intentaron llegar a eventos
del programa del papa, incluyendo a cuatro que llegaron cerca del
papamóvil, fueron detenidos, o impedidos de hacerlo, por la policía
política. Todo estaba previsto para que el papa, que optó por callar a
fin de abrir más espacio a la Iglesia cubana, en lugar de erigirse en
abanderado de las quejas del pueblo de la isla, se fuera de Cuba también
sin escuchar a los cubanos.

Entonces, en el encuentro del Pontífice con los jóvenes, frente al
antiguo seminario San Carlos, se dejó escuchar la voz de Leonardo
Fernández, un laico que define a su generación como de "jóvenes que
montan en P", los siempre atestados metrobuses articulados de La Habana
que tienen marcadas en su ruta pocas paradas (y hacen en realidad menos
de las que debieran).

Los muros caen

Desde de la visita de Juan Pablo II, el gobierno de la isla se ha
preparado para ocultar en cada viaje papal la opresión y las penurias
que padecen los cubanos pintando fachadas, arrestando a disidentes y
recogiendo de las calles a mendigos e indigentes. Esa frágil muralla de
Jericó se derrumbó en un momento en 1998 con el retumbar de la voz de
Monseñor Pedro Meurice, el arzobispo de Santiago de Cuba, cuando le daba
al Papa polaco la bienvenida a la ciudad:

​"Deseo presentar en esta Eucaristía a todos aquellos cubanos y
santiagueros que no encuentran sentido a sus vidas, que no han podido
optar y desarrollar un proyecto de vida por causa de un camino de
despersonalización que es fruto del paternalismo. Le presento además, a
un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un
partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las
últimas décadas y la cultura con una ideología. Son cubanos que al
rechazar todo de una vez sin discernir, se sienten desarraigados,
rechazan lo de aquí y sobrevaloran todo lo extranjero. Algunos
consideran ésta como una de las causas más profundas del exilio interno
y externo".

"Santo Padre: Durante años este pueblo ha defendido la soberanía de sus
fronteras geográficas con verdadera dignidad, pero hemos olvidado un
tanto que esa independencia debe brotar de una soberanía de la persona
humana que sostiene desde abajo todo proyecto como nación".

Cuando el León de Oriente presentó su renuncia por llegar al límite de
edad como es norma en la iglesia, (luego fallecería en Miami en 2011 por
complicaciones de su diabetes), parecía que la institución iba a quedar
tan emasculada y relegada al papel de corista como los legendarios
cantantes castrati de la Capilla Sixtina.

(Durante la visita de Benedicto XVI en 2012 fue un opositor, también en
la misa de Santiago, quien hizo escuchar la voz del pueblo cubano.
Andrés Carrión Alvarez, un licenciado en Rehabilitación Social y
Ocupacional, no figuraba todavía en los archivos de la Seguridad del
Estado en el reparto Versalles cuando fue sacado a golpes de la
explanada por gritar "Abajo el comunismo". Carrión estaba entonces
gestionando su ingreso a la opositora Unión Patriótica de Cuba).

Pero la iglesia no es el templo, ni es la jerarquía, sino el pueblo de
Dios, y el pueblo de Dios en Cuba padece las mismas privaciones
materiales y los mismos empellones e intimidaciones del régimen
autoritario que el resto del pueblo cubano. Y eso es lo que llena de
autenticidad el mensaje de bienvenida al papa Francisco de Fernández, el
joven de la generación "P" que, sin que tampoco pudieran preverlo los
planificadores de la policía política, se convirtió en el relevo
perfecto de Monseñor Meurice:

Querido papa Francisco:

Aquí hoy estamos los jóvenes cubanos. Somos muchachas y muchachos de
líos profundos, que a veces nos llevan a perder la fe. Pero a pesar de
todos estos problemas, sabemos superarlos y crecernos antes las
adversidades de esta difícil realidad socioeconómica que nos tocó vivir.
Somos chicos y chicas que montan en "P" (autobuses articulados), nuestro
medio de transporte público, para ir al trabajo o a la Universidad.

​Pero esta agitada vida no nos hace perder la alegría de vivir, la cual
queremos compartir con usted, nuestro padre y pastor.

Ante ti, querido papa Francisco, hay jóvenes, diversos y plurales,
cristianos de todas las denominaciones; practicantes de religiones
afrocubanas; creyentes de fe sencilla, profunda y no institucionalizada;
no creyentes.

Pero algo nos une ente estas diferencias de pensamiento que van desde la
ideología, la religión, hasta cualquier otra forma de protección ante la
vida. Lo que nos une ¡es la esperanza de cambios profundos para Cuba!
(ovación) donde nuestro país sea un hogar que acoja a todos sus hijos,
¡piensen como piensen y estén donde estén¡ (ovación).

Las limitantes que enfrentan los jóvenes cubanos son muchas: las mismas
que enfrentan los jóvenes de otras latitudes y otras típicas de nuestra
realidad. Pero no queremos gastar nuestro tiempo con usted en esto que
todos sabemos.

En este ratito que nos dedica de manera especial hay algo que decirle:
nuestra gran fortaleza radica en mantener a toda costa nuestra
solidaridad, que nos ayuda a caminar a paso decidido por encima de
cualquier obstáculo.

Hoy no solo queremos presentarle nuestros sueños, sino queremos pedirle
su oración por nuestro país, por nuestras familias cubanas, por nuestros
amigos y conocidos, que están en este país o que han emigrado.

Le queremos pedir algo especial: que renueve en nosotros la esperanza de
que se puede crecer, estudiar, trabajar, caminar, soñar y ser feliz en
esta compleja realidad que nos tocó vivir.

Ayúdenos, Santo Padre, a ser jóvenes que sepamos acoger al que piensa
diferente; que no nos encerremos en los conventillos de las religiones o
las ideologías; que podamos crecernos ante el individualismo y la
indiferencia, grandes males de la rutina cubana; que al salir de aquí
seamos capaces de interpretar los signos de nuestros tiempos y nos
tomemos todos de las manos para construir una Cuba como la quiso nuestro
héroe nacional, José Martí: ¡con todos y para el bien de todos! (ovación).

Y que este encuentro con usted nos permita que nuestra Patria sea una
tierra de reconciliación y un espacio para la cultura del encuentro. Y
que, conforme nos enseñó nuestro querido padre Félix Varela, asumamos el
reto de ser "la dulce esperanza de la Patria"

Santo padre, el agua nos confirma la alegría de los jóvenes cubanos por
que usted nos dedique hoy (su tiempo). Muchos han sido los
inconvenientes, pero está con nosotros.

El agua no nos detendrá para darle una bienvenida como el Papa que la
Iglesia y que los jóvenes necesitaban y quieren. ¡Bienvenido a Cuba, los
jóvenes cubanos lo queremos! (ovación)

Source: La generación de los "P" releva a Monseñor Meurice -
http://www.martinoticias.com/content/la-generacion-de-los-p-releva-a-monseor-meurice/105350.html

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