Cuba real y Cuba posible
HILDEBRANDO CHAVIANO MONTES | La Habana | 1 Abr 2015 - 11:55 pm.
El autor, periodista independiente y nominado a las 'elecciones'
municipales del Poder Popular, se enfrenta a la biografía de candidato
que le han fabricado.
Al fin parió Catana, como diría mi abuela. El día 29 de marzo me
presenté a las diez de la mañana en las oficinas de la Comisión
Electoral Municipal de Plaza de la Revolución para ver cómo había
quedado mi biografía, la misma que aparecerá junto a mi foto para servir
de referencia a los electores de mi circunscripción.
Como era de esperar, los redactores omitieron datos aportados por mí
aduciendo que no se habían podido comprobar, lo cual en todo caso
constituye un acto de ocultamiento intencional de la verdad. Asimismo
aparece como un hecho que mi baja del Ministerio del Interior, organismo
al que llegué como soldado del Servicio Militar Obligatorio, se debió a
conducta impropia, lo que constituye una mentira flagrante y calumniosa,
pues fui dado de baja por solicitud propia cuando se cumplió el termino
del reenganche a los cinco años y medio.
Pero lo mejor son las referencias a mis actividades como disidente
político, a las cuales llaman actividades contrarrevolucionarias; a las
organizaciones de la sociedad civil con las que tengo vínculos las
califican de grupúsculos contrarrevolucionarios; los artículos de
opinión que escribo brindando soluciones al Gobierno son
contrarrevolucionarios y así sucesivamente. Entre omisiones, mentiras,
verdades a medias, expresiones de odio e intolerancia dirigidas a
predisponer a los electores contra los que piensan diferente y otras
linduras, se completa el documento digno de haber sido fabricado en el
departamento 21 de la Policía Política.
Soy un producto de mi época, el hombre nuevo creado por la revolución
cubana obligado a ser un fiel seguidor de hombres viejos. Estudié
Derecho en la Universidad para revolucionarios de La Habana y crecí
entre preparaciones combativas, discursos histéricos y fracasos
históricos. Me convertí en disidente leyendo La Edad de Oro, La historia
me absolverá y la Declaración Universal de Derechos Humanos. El Apóstol
de nuestra independencia y el Fidel Castro del año 53 la hubieran pasado
muy mal con la Ley 88.
Por esta razón siento una gran pena por los encargados de dar la cara en
una situación tan vergonzosa, los que pensando defender a la revolución
permiten que tras esa palabra se escuden los que llevan más de medio
siglo haciendo daño al país y que bajo la alfombra de la revolución se
esconda toda la basura de planes incumplidos, errores y horrores
cometidos, caprichos dictatoriales y la secuela moral de no poder
disentir jamás, so pena de perder las prebendas.
Ni siquiera el socialismo fue bien defendido durante el análisis de la
versión biográfica redactada al más puro estilo del Departamento de
Seguridad del Estado. Se me dijo que las expresiones descalificatorias
no eran por odio o intolerancia, sino porque aquí rige el socialismo, es
decir, la vigencia en Cuba de este sistema político justifica la ofensa
verbal hecha pública a un candidato a delegado del Poder Popular electo
por sus conciudadanos.
El socialismo como sistema deja mucho que desear, pero con estas
defensas a ultranza de la falta de respeto y el odio al que piensa
diferente, cae de la batalla de ideas al desprestigio de una filosofía
que se muestra precisamente carente de ideas. De la distribución
equitativa de las riquezas, origen y centro de la tesis socialista, se
ha derivado hacia el "voy a seguir aquí porque me da la gana, y no te
quejes". Pudiera ocurrir que por negarse a compartir una mínima cuota de
poder, una porción casi insignificante, el régimen esté arriesgando
perder por soberbia todo vestigio de credibilidad que a estas alturas
pueda quedarle dentro y fuera de nuestras fronteras.
De cualquier modo, agradezco la radicalización (de alguna forma hay que
llamarle) de lo que fue una autobiografía y se convirtió en un pasquín
de "Se busca". Ahora los electores podrán decidir, después de leer unas
pocas líneas, si continúan votando indolentemente por delegados que no
los representan, o por un cambio de mentalidad que los convierta en
protagonistas de su propia historia.
Source: Cuba real y Cuba posible | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1427928958_13690.html
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