Publicado el domingo, 08.03.14
Taller de antiguas locomotoras de vapor, un museo al aire libre en Cuba
ANETT RÍOS
/EFE
La Habana -- El taller de locomotoras de vapor de La Habana, una rareza
a cielo abierto que en los últimos años ha atraído a turistas y
expertos, desaparecerá en unos meses cuando cumpla su meta de restaurar
40 máquinas construidas entre 1878 y 1925, como homenaje a la historia
de Cuba y su singular patrimonio.
Desde 2007, las vetustas locomotoras se fueron amontonando en una
parcela ubicada al fondo del Capitolio Nacional, donde un pequeño equipo
ha trabajado para rescatarlas, sin publicidad, mientras muchos creían
que la nave era un "cementerio" o "parque jurásico" del ferrocarril.
"Se trajeron desde muchos lugares de Cuba, donde hay una relación
sentimental con esas locomotoras. Su historia está imbricada con la
historia del azúcar, y esa es, a su vez, la historia del pueblo cubano",
dijo Ariel Causa, uno de los encargados del proyecto.
Causa trabaja para la Oficina del Historiador de La Habana, la entidad
que decidió restaurar, con vistas a su exhibición pública y como
atractivo turístico, un total de 40 locomotoras de vapor entre las más
de 200 que hay en la isla, donde son consideradas patrimonio desde 2004.
Sin grúas y con métodos arcaicos, una veintena de hombres encabezados
por el contratista Raúl Abreu sacó las máquinas de antigua centrales
azucareras o campos inhóspitos, con poleas, ganchos e improvisadas
rampas para subirlas a los remolques que las trasladaron a La Habana.
Abreu, un técnico de experiencia que se crió en una familia de
ferroviarios, confesó que realizar ese traslado les costó siete años y
se hizo sin apenas recursos, por lo que ha sido el logro "más
importante" del proyecto.
"Nuestro trabajo es diferente al de otras partes del mundo. No usamos
tecnología, no compramos piezas nuevas, lo hacemos todo de modo
rudimentario", comentó Abreu.
Ahora, si no surgen problemas, en lo que queda de año se concluirán las
reparaciones para completar esta peculiar colección, cuyo valor mínimo
de subasta antes de la rehabilitación se calculó en casi $7 millones.
Al menos siete máquinas datan del siglo XIX y una de ellas, la más
antigua, es de 1878 y estuvo funcionando 127 años.
Dos locomotoras son de origen alemán y el resto fueron construidas por
fabricantes de Estados Unidos en el siglo XIX, como Baldwin Locomotives
y Rogers Locomotives Works, y sirvieron a la industria azucarera o al
transporte público durante los años de esplendor del ferrocarril en Cuba.
En 1837, la isla se convirtió en el primer país de Iberoamérica en tener
vía férrea, un suceso que marcó su desarrollo posterior al extender de
oeste a este del territorio las líneas de transporte e impulsar la
industria del azúcar, hasta hace pocos años eje de la economía local.
Aunque la era del vapor llegó a su fin aproximadamente a mediados del
siglo XX, Cuba siguió utilizando las locomotoras sobre todo en el sector
del azúcar.
Al margen de su edad o problemas técnicos, varias de esas máquinas
quedaron en desuso o abandonadas cuando entre 2002 y 2004 el Gobierno
reestructuró la industria azucarera, cerró fábricas y redujo la
extensión de las tierras de cultivo de caña.
Por otra parte, el sector ferroviario aceleró su declive en las últimas
décadas ante dificultades como la sobreexplotación de equipos y la falta
de inversiones.
La Unión de Ferrocarriles admitió en mayo pasado que un 52 por cierto de
sus coches está fuera de servicio y solo puede transportar un tercio de
los 30 millones de viajeros que solía.
En medio de ese panorama, reparar las viejas locomotoras de vapor ha
sido una especie de homenaje simbólico a una "herencia" intrínseca a
Cuba, donde existen otros tres talleres con ese fin en la región central.
Las primeras locomotoras reparadas por la Oficina del Historiador fueron
colocadas en un parque junto a la Estación de Trenes de La Habana y en
otros espacios de la Avenida del Puerto, al lado de la bahía de la
capital cubana.
El destino del grupo que resta todavía no es definitivo, aunque una
parte podría acabar en el Museo del Ferrocarril, ahora en reparación y
emplazado en Cristina, una de las estaciones pioneras de la capital.
Para los últimos meses del proyecto, se prevé además poner en marcha en
un emplazamiento turístico de La Habana un equipo de Cagney Brothers, un
fabricante estadounidense que se especializó en locomotoras en miniatura.
Abreu asegura que esa máquina, construida en 1902 y con solo dos metros
de largo, es la locomotora de su tipo más antigua y en funcionamiento
del mundo, por lo que podría entrar al libro Guinness.
"Será un espectáculo. Cuando las ves que suenan 'cha cha cha cha cha' y
luego aceleran, ese humo y ese movimiento te remontan y te parece
increíble que sigan andando después de un siglo", indicó.
Source: Taller de antiguas locomotoras de vapor, un museo al aire libre
en Cuba - Cuba - ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/08/03/1812956/taller-de-antiguas-locomotoras.html
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