Wednesday, June 25, 2014

El dilema de los castristas

Publicado el miércoles, 06.25.14

El dilema de los castristas
DANIEL MORCATE

Este es el dilema que hoy enfrentan los dueños de Cuba: o bien mantienen
el sistema de terror que sostiene al régimen o bien lo suavizan para
acomodarse a las necesidades de realizar tratos económicos con
extranjeros que no quieren dispararse el terror ni lo justifican. Raúl
Castro, que siempre ha sido medio chino, cree que el modelo de Pekín
pudiera tensarle esta cuerda floja. Darle la respuesta al dilema para
cumplir el sueño delirante de toda utopía de ser eterna. Y ha puesto a
trabajar a sus peones en su consecución. Pero hay un problema. Los
cubanos no son chinos. Ni siquiera Raúl Castro lo es del todo. Y en Cuba
tampoco hay suficientes habitantes para ensayar una modalidad
tradicionalmente fascista como la china, mezcla de represión política y
capitalismo económico. Cualquier relajamiento de la represión
envalentona a los disidentes y estimula el éxodo, especialmente de
jóvenes profesionales o con talentos especiales. El dilema insoluble
consume a los amos de Cuba. Los va dejando sin clientela para la
represión. Y poco a poco los va convirtiendo en una caricatura de lo que
fueron.

Una revolución y la dictadura que suele seguirla no pueden sobrevivir
sin el terror, sin el miedo que deben sentir incluso sus cómplices.
Sobre todo ellos. Por eso el raulismo no deja de mostrar mano dura hacia
los opositores más vocales, como Jorge Luis García Párez, Antúnez, que
cuestiona su derecho a existir y abiertamente proclama: "ni me callo ni
me voy de Cuba". O la Dama de Blanco Sonia Garro, encarcelada junto a su
esposo Ramón Muñoz desde hace 2 años por intentar conmemorar otro
aniversario de la Primavera Negra. O el rapero contestatario Angel
Yunier Remón, el Crítico, condenado a 8 años por defenderse de policías
políticos que lo golpeaban durante un arresto. Las noticias que nos
llegan describen un recrudecimiento de la represión en provincias, sobre
todo en la caliente región oriental.

Paradójicamente, el sistema represivo castrista muestra fisuras. Pese a
la intensa vigilancia y las frecuentes batidas, no logra exterminar el
activismo humanitario ni el periodismo independiente, como hiciera en
las primeras décadas de revolución. Cada zarpazo a un activista de
derechos humanos o a un periodista independiente provoca indignación en
sectores internacionales. Y compromete la estrategia oficial de usar a
los propagandistas del régimen en el extranjero para limpiar su imagen y
negociar dádivas y créditos que mantengan insepulto el cadáver de la
economía cubana. Esto último es particuarmente riesgoso para los
mandamases. Se reparten el botín que generan los negocios con
extranjeros y en mantener y aumentar ese botín han encontrado una nueva
causa. Pronto incluso estrenarán negocios en la zona franca de
exportación e importación que el régimen autorizó en el Puerto del Mariel.

Los dueños de Cuba son generales y coroneles entre los que de vez en
cuando se infiltra algún que otro político. La función primordial de ese
político, como el jefe de la economía Marino Murillo, es proteger las
inversiones millonarias de sus colegas militares – Murillo también lo
fue – y convencer al azorado pueblo de que necesita continuar haciendo
sacrificios. Ya saben, de ello depende la continuidad de la revolución.
Los cubanos más avispados entienden la jugada. Y responden como siempre
han respondido durante décadas de castrismo: poniendo pies en polvorosa,
tomando las de Villadiego, vendiéndole el cajetín al sistema.

Los políticos castristas también dembulan por el mundo buscando
legitimidad y plata para el nuevo andamiable facha. A Europa le piden
que adopte una "posición común" que se traduzca en una generosa infusión
de euros, preferiblemente regalados, e inversiones. El obstáculo mayor
son los nuevos miembros de la Unión Europea que sufrieron en carne
propia el comunismo y se solidarizan con las víctimas cubanas. A Estados
Unidos los castristas le piden, mediante una ofensiva propagandística
sin precedentes, el levantamiento del embargo, antesala para reclamar
los créditos que necesita el régimen para garantizar su supervivencia si
por fin naufraga el experimento bolivariano en Venezuela. Mientras tanto
y por si las moscas, los dueños de Cuba, generales y coroneles, ponen
parte de su botín a buen recaudo, en paraísos fiscales que algún día
alguien revelará para el asombro de todos.

Source: DANIEL MORCATE: El dilema de los castristas - Daniel Morcate -
ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/06/25/1782686/daniel-morcate-el-dilema-de-los.html

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