Una muerte que pudo evitarse
Martha Beatriz Roque Cabello
11 de febrero de 2014
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Sobre la conciencia de los
funcionarios del régimen ha caído una muerte más, la señora Rosario
Álvarez Álvarez, vecina de calle San Carlos No. 5 entre Morell e Iznaga,
Santos Suárez, municipio 10 de octubre, murió debido al derrumbe de una
parte de su casa, el 7 de febrero, sobre las 6 y media de la tarde.
En el Boletín Redecilla No. 7, de la Red Cubana de Comunicadores
Comunitarios, correspondiente al 15 de enero de 2014, se ofreció una
información a solicitud de Rosario sobre la situación que tenía su
vivienda. Ella dijo textualmente: "No estoy segura en ningún lugar de mi
casa". (Esta noticia puede verse en el sitio del Instituto Cubano para
la Libertad de Expresión y Prensa. ICLEP)
Después de haber hecho numerosas gestiones y recibir igual número de
promesas, el comedor de la casa de los altos de Rosario cayó sobre el
suyo; que a su vez se desplomó sobre el garaje de la casa. Ella estuvo
sepultada más de 5 horas en los escombros y cuando la encontraron fue
trasladada al Instituto de Medicina Legal, que certificó –después de
hacerle la necropsia– que había muerto de un infarto. Los familiares no
creen esto, porque –según plantean– ella se veía en el féretro muy negra
de los golpes que había recibido.
Rosario cumplía 97 años el 9 de febrero, y no alcanzó esta edad, pero
tampoco pudo obtener una entrevista con el Presidente del Gobierno en el
municipio, que faltó a su palabra cuando le prometió el 22 de diciembre
del 2013, la visitaría. Según cuenta su biznieta nombrada Jessica Almerí
Canals (14 años de edad), él se personó –por ironías del destino– en el
Hospital Calixto García donde se encuentran dos familiares que
resultaron lesionados en el suceso. El sepelio de la ancianita se
preparó para las 4 de la tarde del 8 de febrero.
También se encontraba en el lugar del derrumbe una persona de visita con
su hijo menor, ella no sufrió heridas considerables, pero el niño de 2
años de edad nombrado Diego Antonio Rodríguez Amador, fue operado de los
pómulos, porque en el desastre uno de sus ojos se salió de la órbita
ocular; también sufrió un paro respiratorio y está ingresado en terapia
intensiva en el Hospital Juan Manuel Márquez y reportado crítico, los
familiares temen por su vida.
Lidyan Juana Quevedo, abuela del niño que reside en el lugar, de 54 años
de edad, está ingresada en el hospital Calixto García, golpeada,
debiendo permanecer allí 72 horas para su observación.
Bárbara Danay Canals Aramburo, también residente en la vivienda, tuvo
que ser intervenida quirúrgicamente, dos veces, la madrugada del día 8
de febrero; durante el accidente se le desprendió el cuero cabelludo y
para suturarla necesitaron 62 puntos. Después fue sometida a una
operación para poderle introducir una varilla en el brazo izquierdo que
lo tenía fracturado y con una abertura que le llegaba al hueso, tiene
múltiples traumatismos que le producen hinchazón en todo el cuerpo. Está
declarada de cuidado, sin peligro para la vida.
Esta es una triste historia más, de las tantas muertes que ha ocasionado
el desastroso estado de las viviendas en el país, una gran parte de los
casos son desconocidos, en esta ocasión la fallecida consideró oportuno
comunicárselo a la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios y
conservamos su foto, que casualmente se tomó en el mismo lugar donde
estaba sentada cuando murió.
Source: PayoLibre.com - Cuba - -
http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=5934
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