Internet, Blogueros, Periodismo
Internet y la generación de los blogueros
Existen actualmente más de un centenar de blogueros en la Isla. Son la
prueba de que, aunque el gobierno intenta limitar los cambios en el seno
de la sociedad, Cuba está poco a poco entrando en el siglo XXI
Sarah Beaulieu, Granada | 25/02/2014 1:31 pm
Hoy en día, la «blogosfera cubana -este espacio digital donde los
cubanos pueden expresarse libremente, al amparo de la censura-
representa la cuarta fuente de información sobre el país, después de los
medios oficiales, de la prensa alternativa y de los corresponsales
extranjeros acreditados en Cuba.
Sin embargo, todavía hoy es muy difícil para los cubanos conectarse a la
Web y acceder a las páginas publicadas por esta nueva generación de
blogueros. Además, el gobierno controla estrictamente todo lo
relacionado con las conexiones y los contenidos considerados como
subversivos. Desde su aparición en la Isla, Internet fue efectivamente
víctima de una fuerte censura y es tan vigilado como la prensa escrita,
la radio y la televisión. El régimen tiene el monopolio de todos los
medios de comunicación a través de diferentes ministerios, instituciones
y organizaciones.
En efecto, Internet apareció en Cuba en 1997 y el mismo año se creó el
Centro Nacional de Intercambio Automatizado de Información (CENIAI), que
fue el primer proveedor de servicio Web en Cuba. Actualmente, el único
proveedor es la empresa ETECSA, que pertenece al gobierno, que controla
pues a todas las personas que quieren acceder al servicio. Muy pocas
obtienen autorizaciones y éstas pueden ser revocadas. La mayoría de las
personas que tienen cuentas de acceso las comparten con amigos y
familiares (a veces unos veinte individuos). En un país donde todo se
vende o se compra, estas cuentas también se venden en el mercado negro.
Al final son decenas de personas las que acceden a Internet mediante una
misma autorización de conexión. No obstante, la utilización ilegal de
Internet puede costar cinco años de cárcel.
En 2008 el gobierno autorizó la compra de ordenadores, de accesorios
informáticos y de teléfonos móviles y le permitió a la población acceder
a Internet desde los hoteles. Sin embargo no se puede adquirir una
computadora sin autorización oficial. Se realiza una discriminación
ideológica abierta y una discriminación económica más sutil: una
computadora cuesta unos 600 CUC y el salario medio de un cubano es de
menos de 20 CUC al mes. Los precios también son prohibitivos en el
mercado negro (alrededor de 400 CUC), donde las computadoras se suelen
vender por piezas sueltas. Concretamente, muy pocos cubanos tienen una
computadora en casa.
Además, en Cuba existen dos redes distintas: la red nacional (o
intranet) que sólo permite conectarse a sitios gubernamentales, una
enciclopedia y documentos educativos, páginas de órganos de prensa
oficiales y de diferentes organizaciones culturales y de masas (UNEAC,
UPEC, UJC, etc.), blogs oficialistas cubanos, sitios Web
pro-revolucionarios y a un servicio de correo electrónico (en «.cu»). La
conexión es disponible en cibercafés (Correos de Cuba) y cuesta
alrededor de 1 CUC por hora. La red internacional da acceso a la Web
mundial, pero ciertas páginas están sometidas a la censura y no se
pueden ver desde Cuba. No se puede acceder a portales como Yahoo! o
Google a causa del embargo norteamericano. Portales como MSN o Hotmail
están censurados desde 2007 y no se pueden abrir desde Cuba. Esta
conexión internacional es muy cara: 4,5 CUC en los Correos de Cuba y 6
en los hoteles, o sea casi el tercio del sueldo medio de un cubano. Las
tarjetas pre-pagadas que se venden en los hoteles se compran en divisas,
una moneda más o menos veinticinco veces más fuerte que el peso cubano
en el que se pagan los salarios de los cubanos. Entonces, pocos cubanos
pueden utilizar este servicio, demasiado costoso. Una vez más las
restricciones son técnicas y económicas y permiten limitar las
conexiones y la posibilidad para el pueblo cubano de abrirse al mundo, a
la actualidad nacional e internacional cuya mayor parte nunca llega
hasta Cuba.
El gobierno vigila las conexiones mediante la obligación de conectarse
desde puntos de acceso públicos. Cada usuario de un cibercafé tiene que
dar sus apellidos y nombre, así como su dirección para poder conectarse.
Cada internauta es vigilado y se sabe siempre quién se conectó y cuándo.
También se crearon medidas para vigilar el contenido de las conexiones:
existen mensajes de alerta que aparecen en la pantalla cuando se
inscriben palabras «subversivas» en correos electrónicos o servidores.
La página abierta se cierra automáticamente cuando se escriben tales
palabras o si estas palabras están inscritas en un e-mail ya recibido.
Así, las autoridades impiden a toda persona potencialmente
«contrarrevolucionaria» recibir o buscar informaciones no conformes con
la ideología oficial. Legalmente, todos los textos puestos en línea por
los cubanos tienen que ser controlados y sometidos a censores antes de
ser publicados. En efecto, todo documento o texto tiene que ser aprobado
por el Registro Nacional de Publicación en Serie (Resolución 59/1999)
antes de poder aparecer (o no) en la Web.
Con todas esas restricciones, hasta 2011, Cuba era uno de los países del
mundo que tenía más retraso en lo que se refiere a Internet. En efecto,
la Isla recibía el servicio por satélite puesto que el embargo americano
le impide conectarse a la red mundial de cables ópticos. Esto explica la
lentitud de las conexiones que demoraban a veces decenas de minutos en
cargar una página o una foto. Ese año, Venezuela permitió a Cuba,
Trinidad y Tobago, Haití y Jamaica recibir Internet mediante cables de
fibra óptica, y así acceder a una red más sofisticada y rápida. En la
Isla, sólo el 11,5 % de la población tenía acceso a Internet en 2008 y
el 13 % en 2009, o sea menos de 1.500.000 cubanos para una población
interior de más de 11.300.000 habitantes. Es el índice más bajo de
América Latina. El gobierno justifica estas cifras por la mala conexión
antes de la llegada de la fibra óptica hacia la Isla. Sin embargo, la
conexión por satélite justifica la lentitud, pero no las restricciones
ni la censura. Además, las cifras corresponden al acceso a la intranet
cubana y sólo el 2,1% de la población pudo conectarse a la Web mundial
en 2008[1]. En 2012, 2.700.000 cubanos pudieron conectarse a la Web
(mundial, pero sobre todo nacional) y en 2013 más de 100.000 abrieron
una cuenta Internet en los nuevos espacios públicos de navegación
creados a mediados de ese año, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
No obstante, a pesar de los precios prohibitivos, la llegada de Internet
a Cuba ofreció a los cubanos nuevos medios de expresión y de
comunicación. Muchos jóvenes encontraron en los blogs nuevas vías para
expresar sus dudas y sueños, sus observaciones y sus miedos. Empezaron a
publicar textos en línea y permitieron al mundo acceder a las
interrogaciones y las constataciones de cubanos que no reflejan siempre
las imágenes vinculadas por los medios oficiales. Los blogs
independientes ilustran en su mayoría el desfase que existe entre la
visión de la sociedad transmitida por el gobierno y la realidad a la que
están confrontados muchos cubanos. Generalmente, no son blogs políticos
ni partidarios, sólo representan una especie de cuaderno de bitácora de
temas (personales o de actualidad) que inspiran a hombres y mujeres a
diario y ofrecen una ventana abierta hacia una realidad cubana que poco
se conoce en el exterior de la Isla. Estas bitácoras permiten también a
los (pocos) cubanos que pueden leerlas ver que personas como ellos
intentan hacer evolucionar -quizás cambiar- el sistema en el que viven y
que les parece cada día más incoherente. Generalmente los blogueros
tratan de mantener una distancia tanto con el régimen, como con la
disidencia. Aunque muchos emiten críticas hacia el sistema y ofrecen
otra cara de la realidad, muchos no se definen como opositores: sólo
piden cambios y dinamismo por parte del gobierno. Son blogueros
independientes -en la medida en que se expresan libremente, sin estar
sometidos a ninguna censura gubernamental-, no opositores al gobierno.
Sin embargo, representan otra vía, otras voces cubanas que poco a poco
salen de la inercia.
Los primeros blogs independientes aparecieron en 2007. La mayoría de las
personas que publicaban artículos críticos respecto al funcionamiento de
la sociedad cubana, utilizaban seudónimos. Con el tiempo, algunos
empezaron a firmar sus artículos con su nombre, a iniciativa de Yoani
Sánchez, la famosa bloguera que abrió su blog «Generación Y» en abril de
2007. Según Manuel Vázquez Portal existe un estrecho vínculo entre el
periodismo libre y la nueva generación de blogueros. Efectivamente,
éstos son la prolongación moderna, callejera de los periodistas
independientes. Esta evolución se hizo a raíz de la llegada de Internet
hacia ciertos ciudadanos cubanos que deseaban compartir sus reflexiones.
Hoy no sólo los periodistas y la oposición denuncian la otra cara de la
realidad socialista, sino también los cubanos de a pie. Los blogueros
proceden de diferentes profesiones: son profesores, estudiantes,
artistas o fotógrafos. La mayor parte de ellos viven en La Habana, donde
es más fácil acceder a la Web que en las provincias. Los primeros en
publicar textos se conectaban en los Correos de Cuba o en universidades,
y a partir de 2008 empezaron a ir a los hoteles para acceder a Internet.
Ciertas embajadas abren también sus puertas a los blogueros, pero muchos
se niegan a aceptar la oferta porque no quieren que sea interpretado
como una vinculación con la oposición. Los blogueros que tienen un
ordenador en casa escriben sus textos en su computadora y los graban en
memorias flash antes de ponerlos en línea desde Correos u hoteles. La
mayoría de ellos envía los artículos por e-mail a personas que viven
fuera de la Isla y que luego los cuelgan en Internet.
Todos los blogs cubanos son accesibles a los internautas que viven en la
Isla. El gobierno no los censura. Sin embargo, como muy pocos ciudadanos
tienen la posibilidad de conectarse, las autoridades saben que, de
momento, los blogs no tienen un impacto demasiado importante en la
población para representar una amenaza real. La presión ejercida por la
comunidad internacional desde la adopción de la Posición Común Europea y
la Primavera Negra tiene también sus efectos. El régimen sabe que si
quiere salir del callejón sin salida económico en el que está, no puede
permitirse nuevos arrestos masivos y nuevas sanciones. En efecto, hoy en
día, algunos blogueros gozan de cierta fama internacional puesto que la
gran mayoría de sus lectores no vive en Cuba. Sin embargo, algunos son
víctimas de cierto acoso por parte de la policía política o de
organizaciones de masas: el objetivo es conducirles a abandonar sus
actividades, frenar el desarrollo del fenómeno y detener lo más posible
la apertura de Cuba hacia el resto del mundo. Viven con una espada de
Damocles encima porque la publicación digital de un artículo juzgado
«contrarrevolucionario» puede conducir a una pena de veinte años de
privación de libertad. El gobierno, para no dejarse adelantar por las
nuevas tecnologías, incitó a la creación de páginas personales de
cubanos revolucionarios. Entonces, muchos periodistas oficiales publican
también en blogs personales. Internet se volvió el nuevo caballo de
batalla de las autoridades.
A pesar de todo, existen actualmente más de un centenar de blogueros a
través de la Isla: son la prueba de que, aunque el gobierno intenta
limitar los cambios en el seno de la sociedad, Cuba está poco a poco
entrando en el siglo XXI. Entre los más destacados podemos citar: Yoani
Sánchez que escribe en «Generación Y», Reinaldo Escobar que publica sus
artículos en «Desde aquí», y Caudia Cadelo, que alimentó con sus
reflexiones una página titulada «Octavo Cerco» hasta 2011. Los
recorridos de estos tres blogueros alternativos pertenecientes a tres
generaciones diferentes son bastante distintos:
Yoani Sánchez, procedente del medio universitario se desilusionó del
sistema de manera progresiva a partir de finales de la década del
noventa, al ver el estricto control ejercido por las autoridades
revolucionarias en el seno de la Universidad cubana. Tuvo además la
posibilidad de vivir unos años en Suiza y de conocer lo que es la
realidad fuera de Cuba. Cuando regresó a la Isla ya no creía más en el
modelo revolucionario y empezó a fomentar actividades culturales
alternativas antes de crear su blog en 2007 y la Academia Blogger en 2009.
La trayectoria de Reinaldo Escobar se parece a la de los periodistas
independientes de la primera generación, ya que fue primero periodista
oficial antes de entrar en disidencia a finales de los años ochenta
(poco antes del Periodo Especial, en momentos en que el modelo
revolucionario empezaba a entrar en crisis) y de integrarse a la prensa
independiente. En 2007 creó su propia página Internet para poder
difundir sus producciones periodísticas.
Por su parte, Claudia Cadelo, la más joven, perdió sus ilusiones
revolucionarias al principio de la adolescencia, en pleno Periodo
Especial. Pero hasta 2008 no sabía que existía en el país un movimiento
disidente, lo que ilustra la división social que existe en Cuba y la
casi impermeabilidad de los dos ámbitos, ya que el régimen hace todo lo
posible para esconder la existencia de la oposición interna y
silenciarla. Rápidamente Claudia Cadelo decidió abrir una bitácora
digital para poder compartir sus dudas y sus miedos, su visión de la
realidad cubana.
Estas trayectorias diferentes y variadas ilustran la diversidad que
existe en el seno del movimiento bloguero. Cubanos de edades y
horizontes distintos alzan hoy su voz para tratar de sus experiencias y
de SU Cuba. Ningún estrato social escapa a la desilusión y, si muchos
proceden del medio intelectual o cultural y fueron antes revolucionarios
antes de distanciarse del sistema, no existen «paradigmas» de blogueros.
El único punto en común que todos comparten es la voluntad de escribir
sobre la otra Cuba, la que se esconde detrás de las consignas
revolucionarias y de las informaciones oficiales.
Sarah Beaulieu, es una estudiante francesa que realiza un Doctorado de
Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Granada. Este trabajo
forma parte de su tesis doctoral, Política cultural y periodismo en
Cuba: trayectorias cruzadas de la prensa oficial y de los medios
independientes (1956-2013).
[1] Comisión Interamericana de Derechos Humanos: «Informe anual de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2009», Capítulo IV - Cuba,
cidh.oas.org, 2010.
http://www.cidh.oas.org/annualrep/2009sp/cap.4Cuba.09.sp.htm
Source: Internet y la generación de los blogueros - Artículos - Cuba -
Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/internet-y-la-generacion-de-los-blogueros-317034
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