Gato por liebre y pollo por pescado
Pueblo cubano, rodeado de mar por cuatro puntos del horizonte, ha pasado
medio siglo añorando productos marinos
viernes, febrero 7, 2014 | Polina Martínez Shvietsova
LA HABANA, Cuba.- En la década de los 80, considerada la del, ficticio,
"reino de la abundancia", en el habanero mercado Centro se hacían muy
largas colas para el pescado, pero no todos podían comprar allí. Sin
embargo, a través de la libreta de racionamiento, el pescado, cuando
aparecía, era vendido a precios módicos y subsidiados.
En ese mismo periodo se discutió sobre el tema de "la Globalización y el
no pago de la Deuda Externa". Esto implicó serias discrepancias con
algunas de las naciones que habían prestado grandes capitales al régimen
cubano.
Varios países llegaron a acuerdos para embargar cuentas bancarias de
Cuba en el exterior y para decomisar las naves marítimas. Este fenómeno
provocó la drástica disminución de la flota pesquera y la marina
mercante cubanas.
Con la crisis de los noventa, desaparecieron los alimentos esenciales,
entre ellos el pescado, que pasó a ser un rubro del mercado negro. El
gobierno buscó soluciones desesperadas. Se propuso la construcción de
estanques para el cultivo de especies acuícolas como la tilapia y el
camarón o langostino. En ese periodo se comercializaron las llamadas
croquetas "saltarinas" o "explosivas".
Pero las distintas inventivas oficiales no han logrado, hasta hoy,
paliar la carencia de vitaminas de origen marino que sufre la población.
Se crearon los centros reproductores de alevines en el sistema de presas
fluviales del país. Se implementaron mini industrias locales aledañas a
éstas, para la elaboración de productos derivados.
Cartel pescadería Fornos, La Habana_foto de la autora
Para rematar, desde la lejana China se introdujo una especie fluvial
llamada Claria, o pez gato, con el objetivo de acabar con las plantas en
el lecho de los ríos. Pero en vez de acabar con las plantas, esta
especie comenzó a destruir la fauna acuícola autóctona. La Claria se
instaló como el pez devorador de todo. Porque en bajas aguas se arrastra
y engulle lo que encuentra a su paso.
Hoy, solo en determinados hoteles y en la red de restaurantes
particulares, se puede apreciar la diversidad y riqueza de nuestros
productos marinos. Las especies como el pargo, la aguja, el pintado, el
bonito, la albacora, así como el camarón, la langosta y los ostiones,
son asequibles a precios estratosféricos.
Recuerdo que hace unos años, en la década de los noventa, la orquesta de
música popular bailable NG La Banda colocó un hit cuyo estribillo decía
así: "¿Quién se come el calamar?, la gente de Miramar".
La reducida libreta de racionamiento sigue anunciando en sus páginas un
pescado que nadie ha vuelto a ver. En su lugar, los establecimientos
estatales venden otra especie animal: "pollo por pescado". El mar que
circunda la isla sirve a sus habitantes solamente para bañar las penas,
y también como vía de escape o como paisaje para la nostalgia.
Cuba, un archipiélago dentro de una plataforma insular, posee una rica
fauna, con diversidad de especies marinas. Sin embargo, el pueblo ha
pasado medio siglo añorando los productos del mar.
Source: Gato por liebre y pollo por pescado | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/gato-por-liebre-y-pollo-por-pescado/
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