Recoger latas en La Habana y Río de Janeiro
Domingo, Noviembre 24, 2013 | Por Augusto Cesar San Martín y Odelín
Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba. noviembre, www.cubanet.org – Robert de Lima recoge
latas vacías de refrescos y cervezas en las calles de Copacabana, Rio de
Janeiro. Él y dos indigentes más aplastan con un palo las latas hasta
llenar una carretilla de mercado donde depositan la materia prima
recolectada en el día.
Un kilo representan 65 latas que venden a 2 reales (0.80 centavos
dólar). Confiesa que en el día cada uno puede llegar a los 5 kilos.
Diariamente pasa el camión de recogida de materia prima y les compra la
colecta.
El premio gordo del negocio es llenar un pomo de 4 litros de las
presillas que abren las latas. Las venden a los artesanos por 200 reales.
Las ganancias diarias son sumadas entre ellos para el consumo de alcohol
hasta derribarse en el rincón de la calle donde duermen.
Robert de Lima está enfermo de VIH. Lleva consigo los certificados que
le permiten adquirir medicamentos gratis. No es de su agrado pero en
ocasiones acude a comedores sociales donde ofrecen comida a los indigentes.
Aunque la vida no le sonríe, el carioca tiene planes.
¨Cuando arregle mis papeles, me voy a Sao Paulo donde tengo familia y
puedo conseguir trabajo¨, nos dice.
En Rio de Janeiro se siente discriminado.
¨Aquí hay lugares donde no pueden entrar las personas como nosotros¨,
manifiesta.
Aunque no lo reconocen, su adicción a las drogas se evidencia en la
órbita de sus ojos.
Colegas en La Habana
A 6650 kilómetros de distancia, en La Habana, Gilberto Gómez Rodríguez,
un ex soldador de 69 años de edad, tiene que deambular ocho horas por la
adoquinada calle de Obispo para recolectar 2 kilos de latas, por los que
le pagarán la irrisoria suma de 8 pesos (0,32 centavos de dólar) cada uno.
"Esto –la ganancia- me da para comer una sola vez al día en el comedor
comunitario", dice Gilberto mientras abre la jaba y nos muestra una
decena de latas de cerveza Cristal y otro tanto de refresco Tukola.
En Cuba 74 latas componen un kilógramo. Los centros recolectores de la
empresa de Materias Primas muchas veces no tienen dinero para pagar o no
reciben mercancías por estar al tope de su capacidad.
Gilberto dice que si no puede vender las latas suele acumularlas dos o
tres días en casa de su cuñado, cerca de la plaza Cuatro Caminos.
"No tengo vivienda propia, vivo agregado y desde que renuncie a trabajar
para el Estado estoy sin jubilación. No hago otra cosa que recoger latas".
Félix Verdecía, es chapista jubilado con 270 pesos mensuales. Atrás
quedó el tiempo en el que se vanagloriaba de ser fundador de las
Milicias Revolucionarias y de combatir en la guerra de Etiopia.
Renegó de la militancia en el Partido Comunista de Cuba PCC para
dedicarse a sobrevivir.
"No tenía ni tiempo, ni dinero para pagar las cuotas mensuales", confiesa.
Verdecía paga 200 pesos (8 dólares) mensuales al gobierno por el permiso
para recolectar botellas de cristal
Por cada botella de ron el gobierno paga 2.50 pesos. Llenar un saco con
las 36 botellas que admite, lleva tiempo. Sobre todo porque deben estar
limpias hasta la pulcritud.
El excombatiente confiesa que solo en medicinas gasta 80 mensuales de
los 90 que gana cuando logra vender un saco de botella.
"Soy diabético, hipertenso y tengo cáncer en la próstata… el dinero que
gano aquí se va en medicinas", dice.
Francisco Naranjo ¨Pancho¨, chofer jubilado de 83 años paga 30 pesos al
gobierno para recolectar cartón.
Por cada kilogramo del material le pagan 1 peso.
"Cobro 150 pesos de jubilación y debo pagar el Haier (refrigerador) al
Estado", dice.
Pancho se queja de las dificultades para recolectar el cartón y lo poco
que pagan. A veces logra vender unos 180 pesos mensuales.
Sobrevivir es un reto
"El dinero se me va en comida, sobrevivir es un reto", afirma.
La totalidad de los recolectores se queja porque la empresa de Materias
Primas no recoge la materia prima en las casas de compra. Cuando se
llenan los almacenes se paraliza la compra.
El administrador de la casa de Materias primas ubicada en Castillo y
Monte declaró que la falta de combustible y transporte es el argumento
de la empresa encargada.
"Cuando pasan semanas sin recoger se invaden las áreas y debemos parar
la compra", declara.
El chofer de un camión de la empresa manifestó que la falta de piezas de
repuesto mantiene paralizada la mitad de flotilla de camiones.
Las dos realidades asombraron a los protagonistas que mientras más se
identificaban con la labor que realizan, más lejos se sintieron de sus
realidades.
Una recolectora de 72 años que temió idenficarse declaró:
"Eso será en Brasil porque aquí te roban dos kilos en la pesa y con el
precio… Los 5 pesos que me gané hoy los debía porque los pedí para
desayunar", manifiesta.
Al conocer la forma de trabajo de los recolectores de materia prima
cubanos uno de los acompañantes de Roberto de Lima, alzo un pomo
plástico lleno de Tequila y nos dijo:
"Eso no alcanza ni para la mitad de esto".
Source: "Recoger latas en La Habana y Río de Janeiro | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=53487
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