Publicado el martes, 10.30.12
Una fórmula sencilla
¿No es predecible siempre lo que va a decir el gobierno de Cuba?
Oscar Peña
Los puntos de vista que escribimos en nuestras columnas no son para
complacer a las autoridades implantadas en Cuba o a su oposición dentro
o fuera del país. Un día podemos coincidir y otros no y ojalá fueran
muchas veces porque ello sería para el bien de los cubanos. El principio
de lo que escribimos es para complacer y respetar lo que estimo es lo
correcto –errado o con aciertos– pero es como veo las cosas. Tengo una
fórmula sencilla para hacer mis conclusiones. Siempre me pregunto: ¿Es
bueno o malo lo que estoy examinando para los derechos humanos de los
cubanos? Sí o no. Esa es mi receta para acercarme a lo más justo.
Y es que siguiendo ese principio mi reacción fue de regocijo cubano al
ver las primeras reformas de La Habana sobre inmigración y lo son ahora
al ver nuevamente las segundas sobre el regreso. ¿Por qué? Porque los
que hemos estado muchos años en la lucha de los derechos humanos para
Cuba lo hemos hecho de manera muy seria y profesional. No hemos sido
belicosos combatientes solo queriendo derrumbar un régimen al costo que
sea. Hemos tratado siempre aun en medio de una selva salvaje como
funciona Cuba de tratar de alcanzar mejoras para los cubanos y estos
cambios anunciados lo son.
¿Estamos ante reformas incompletas y sabemos que falta mucho camino por
recorrer? Sí. Pero ello no es limitación para tener la ética y la buena
voluntad cubana de elogiar hoy a las autoridades de Cuba por haber
tenido la bondad de dar un primer paso contra la abusiva y arbitraria
política de inmigración que han tenido por más de 50 años y que violado
uno de los más esenciales derechos humanos.
En los problemas de la patria y de sus hijos no se debe estar, ni en
Cuba ni en el destierro, con rodeos, con miedo a expresarse, o con
posturas almidonadas de galería, consignas o posiciones que solo sirven
de obstáculos para todo avance del statu quo cubano y que lo mismo
utilizan y practican diariamente el gobierno que la oposición.
Por ejemplo, ¿no es predecible siempre lo que va a decir el gobierno de
Cuba y lo que van a contestar los congresistas cubanoamericanos y las
personalidades de la radio y la TV de Miami? Nunca hay reacciones
nuevas, atractivas, interesantes.
Es una competencia inútil a ver qué esquina estira más la soga. Nadie
cede para que el pueblo cubano, que está atrapado en el medio de ese
litigio, mejore.
Definitivamente es entre todos los cubanos que tenemos que hacer nuevos
caminos nacionales y para ello debemos aplaudir lo bien hecho, venga de
donde venga.
Las autoridades de Cuba, siguiendo nuestro ejemplo, deberían admitir y
reconocer que han hecho estas mejorías en la política de inmigración por
la perseverante lucha del movimiento cubano pro derechos humanos, que ha
hecho innumerables denuncias en foros nacionales e internacionales y ha
ido educando y abriendo los ojos al pueblo cubano, enseñándole que se
nace con derechos.
http://www.elnuevoherald.com/2012/10/30/1333692/oscar-pena-una-formula-sencilla.html
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