Publicado el domingo, 09.02.12
Copias vagas y coro de sombras
Raúl Rivero
Madrid – Los jefes del llamado núcleo duro de los países involucrados en
la aventura del socialismo del siglo XXI proclaman todos los días, a
toda hora y en cualquier parte del mundo, su fidelidad incondicional al
régimen de Cuba. Pero lo que realmente imitan de aquel modelo derrengado
es el escándalo político del discurso antiimperialista y la exaltación
de un nacionalismo que fragmenta la sociedad.
Los personajes que han conseguido eternizarse en el poder mediante la
mezcla obscena de marañas con una frondosa perorata populista, sueñan
con gobernar solitarios y dueños de todo en sus territorios. Lo que pasa
es que el tiempo es otro y las estructuras democráticas que subvierten
para mantenerse en los palacios les impiden todavía secuestrar
plenamente a sus países.
El que más cerca está de alcanzar una dictadura del corte cubano es Hugo
Chávez. Lleva más años en el sillón presidencial, es el mejor plagiario
de Fidel Castro en la región y, con el dinero del petróleo de Venezuela,
se ha comprado un título de líder de los pobres de América como si se
mercara uno de sus relojes de lujo o una boina carmesí.
El fogoso paracaidista de Barinas es el más cercano en la intención, en
el desastre y en la entrega. Su servilismo y su fervor castrista lo
llevan a pagar la ineficacia de sus camaradas caribeños a cambio de unos
certificados de revolucionario cabal y sin tacha.
Evo Morales tiene también la ilusión del poder absoluto y, por el
momento, tiene que conformarse con tratar de contener la rebeldía de sus
hermanos de la Tierra Madre y combatir con denuedo una marca de
refrescos de Estados Unidos. Rafael Correa, en Ecuador, se desenvuelve
mejor en la demagogia de alcance internacional y lo que copia con pasión
del gobierno de la isla es el odio por la prensa libre.
Daniel Ortega es otro veterano en la hermandad con los comunistas
cubanos. En la distancia. Allá, en Nicaragua, donde comparte con otros
pícaros las prebendas del poder y los secretos de las cuentas bancarias.
Lo que los une al sistema de Cuba es una palabrería superficial. Una
oratoria que les sirve para afianzarse ellos y respaldar la dictadura en
el ámbito exterior. Un apoyo al que acompaña, con demasiada frecuencia,
la frialdad, la indiferencia (¿la complicidad?) de gobiernos regionales
que tienen credenciales de democracias verdaderas.
Es en Cuba donde crece todos los días la represión, se persigue y acosa
a los activistas de derechos humanos, las Damas de Blanco y al
periodismo independiente. Es dentro de las fronteras de esa nación, a la
que ellos tienen de espejo distante, empañado y parcial, donde un grupo
de líderes opositores y expresos políticos acaban de advertir que el
desprecio por los ciudadanos, la prepotencia y la fuerza bruta del
gobierno puede llevar a la sociedad a un " camino sin retorno".
La comunión entre el grupo radical del socialismo del siglo XXI con La
Habana es teoría barata y perjudicial. Una ensoñación de aspirantes a
verdugos.
http://www.elnuevoherald.com/2012/09/02/1290381/raul-rivero-copias-vagas-y-coro.html
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