Inmovilismo contra soluciones
[31-08-2012]
Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión
(www.miscelaneasdecuba.net).- El detalle más llamativo de la mujer
sentada frente a mí fue la inmovilidad de sus manos gruesas. Reposaban
sobre un bolso redondo negro y rojo, mientras ella hablaba. Así, me
transmitió el cansancio que sentía. El rostro reflejaba los más de
cincuenta años vividos y las finas arrugas de la frente, los problemas
que la asediaban.
El Jeep que nos conducía hacia nuestros destinos al final del día,
convertido ahora en vehiculo de pasajeros devoraba la Calzada de 10 de
octubre.
Sentados en la parte posterior al asiento del conductor ocho personas
nos apretábamos. Pero pudimos alcanzar la felicidad de evitar un largo
rato de espera para subir a un ómnibus atestado de pasajeros.
La mujer del bolso bicolor y su vecina repasaban las dificultades
cotidianas como si estuvieran en una asamblea de producción. Ellas
pusieron acento sobre la pérdida de tiempo para regresar al hogar luego
de una jornada de trabajo.
La mayor de las dos, la del bolso negro y rojo agregó el cansancio ya
transmitido con sus manos a su rostro. Confesó sentir agotamiento,
producto del calor del mediodía y la demora en la parada del ómnibus que
nunca llegó. Sin embargo, fue la desesperanza acerca del hallazgo de
soluciones a nuestras dificultades cotidianas el aspecto sobre el que
hizo hincapié.
A seguidas, reconoció que ya ninguna dificultad en el país tiene
solución sin un cambio profundo en la gestión de gobierno. Al apuntar
que por mucho que cualquiera trabaje es imposible mejorar
económicamente. Al examinar que ha pasado toda su vida laboral sin poder
obtener beneficios palpables aparte del salario justo para remediar sus
necesidades.
Al expresar el abandono de toda esperanza sobre la posibilidad que el
estado acuda a solucionar sus problemas, la pasajera rechazó el discurso
que la propaganda oficial difunde por todos los medios a su alcance. Fue
uno de los más eficientes discursos opositores que he oído en mi vida.
Esa fue la conclusión general de los pasajeros que viajábamos en el
vehiculo. No obstante, nadie aportó ideas sobre las vías posibles para
conseguir el cambio. Lo que me hizo evidente hasta dónde alcanza el
reflejo de la inmovilidad del sistema en el país.
La única solución la transmitió el chofer cuando afirmó que irse del
país es la sola vía de hallar una salida a la situación. Por lo
escuchado, la salida individual continúa como la privilegiada de manera
general.
Hoy mismo, mucha gente al abordar la difícil situación nacional,
prolongada por cinco largas décadas, reconoce la necesidad del cambio y,
no me refiero a opositores declarados del régimen, sino a muchas
personas que rechazan de modo más o menos abierto la incapacidad del
régimen a dar pasos precisos hacia una eliminación de obstáculos que
impiden soluciones a los problemas nacionales al alcance de la mano.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36943
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