En charada de carros chinos la salud de Chávez
El mandatario premia con un auto a quienes le asistieron durante sus
tratamientos médicos en Cuba... aunque los "segurosos" quisieron meter
la mano
Juan Juan Almeida / especial para martinoticias.com
agosto 27, 2012
Para romper el silencio que le impone su enfermedad, y como parte de su
incansable y gigantesca campaña publicitaria, el presidente de
Venezuela, Dr. Hugo Rafael Chávez Frías (seguramente es poseedor de
algún honoris causa; por lo de Dr.), utiliza su cuenta @chavezcandanga
para comunicarse con sus ministros, atacar a sus adversarios y anunciar
sus decisiones. Puede decirse que la "candanga" del líder venezolano es
una eficiente herramienta de gobierno. No hace tanto le regaló una casa
a su seguidora número tres millones en Twitter.
Y no lo crítico por ello, a mí también me gustaría tener millones de
seguidores en la afamada red social, y andar regalando viviendas. Más
cuando la beneficiaria de tan caritativa obra fue una agraciada joven
residente en Margarita, esa paradisíaca isla ubicada al noreste
venezolano. El tema es cuando los obsequios van por cuenta del Estado,
como es el caso.
Fidel Castro, cuando hablaba, lo decía: "A veces hay que romper un poco
las reglas para mantener la estabilidad de una región, o de un país".
Claro está, las frases son como los trajes, hay una por cada ocasión.
La pomposa propaganda del líder bolivariano, de alguna manera inspirada
en el caótico ejemplo de su maestro, cruzó el límite de toda lógica y se
ha transformado en delirio, un asunto vergonzoso y desafiante.
Injusticia legal, o legalidad injusta.
Para Chávez no hay imposibles, y nada está fuera de su alcance. Al
parecer le tonifica ser visto como una piñata. Ya no sólo el hombre
sueña con ser el Dios de sus partidarios connacionales; recientemente el
extravagante caudillo se convirtió para algunos cubanos, en Santa Claus
fuera de temporada o una especie de lotería no jugada. Todo el personal
que lo asistió durante su enfermedad, estancia y recuperación, todos sin
excepción fueron premiados con un auto chino Geely.
Las llaves fueron entregadas, en solemne actuación, por el ministro de
salud pública cubano, Roberto Morales Ojeda, en presencia de altos
mandos militares y miembros del PCC, bajo la atenta mirada del embajador
de Venezuela en La Habana, Sr Edgardo Ramírez; que estuvo al tanto de
todo, por fortuna, pues en el momento de la cesión intentaron desviar el
automóvil destinado a un eminente médico, no confiable para el G2, que a
fuerza de talento colabora ocasionalmente como consultante especial en
el hospital CIMEQ.
Las historias se repiten, y también las excentricidades de aquellos que,
con escenas parecidas y cómoda filosofía, pretenden comparar al mundo
con una caja de zapatos viejos. Estos especímenes, son la ley y la
justicia, alimentan el ego y compiten en poder. Por suerte, van quedando
menos. Como muestra, Saddam Hussein le obsequió a su galeno cubano, una
buena suma de dinero, capaz de sorprender la imaginación (le quitaron la
mayor parte), Mengistu Haile Mariam le regaló a un general caribeño su
propio SL 500, joya de la Mercedes Benz. En fin, la lista es larga,
cargante y carente de parámetros, para ser original.
http://www.martinoticias.com/content/article/14061.html
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