Cuba: Los cambios pendientes
¿Puede la visita de Benedicto XVI influir un cambio en la isla? Para
analistas cubanos, la Iglesia demostró ser el principal interlocutor con
el Gobierno de Castro.
Dalia Acosta | 3/4/2012
Dalia Acosta La Habana.- El mensaje de Benedicto XVI a favor de la
necesidad de cambios en Cuba y en el mundo debería incluir también a las
iglesias, según variadas voces de la sociedad civil de esta isla que,
independientemente de creencias e ideologías, reconocieron el impacto de
la visita papal.
Convencido de que muchas personas "no podrán darse cuenta ahora" de la
importancia real de la visita realizada la pasada semana por el Papa a
Cuba, el reverendo Raimundo García dijo que la Iglesia Católica muestra
el poder de la renovación "en medio de circunstancias muy complicadas".
"Se evidencia que Cuba es cada vez menos la imagen que muchos tienen de
algo detenido en el espacio y el tiempo", añadió, vía correo
electrónico, el pastor jubilado de la Iglesia Presbiteriana-Reformada en
Cuba. García, también director del Centro Cristiano de Reflexión y
Diálogo, reconoció la "capacidad de diálogo" de la institución católica
con el poder político y de gobierno del país. "Tal vez sea el momento
oportuno de estrechar esa mano", añadió el pastor, quien se destaca
entre los promotores de un incipiente diálogo interreligioso en la isla.
Catorce años después de la visita del papa Juan Pablo II, considerada un
punto de inflexión en las relaciones entre la Iglesia Católica y el
Estado cubano, Benedicto XVI llegó a una sociedad que se vuelve cada vez
más heterogénea, reconocieron los intelectuales católicos Roberto Veiga
y Lenier González.
Veiga y González, editores de Espacio Laical, revista del Consejo
Arquidiocesano de Laicos de La Habana, señalaron que, al esbozar cuánto
"queda por hacer para alcanzar un país mejor", el Papa promovió la
verdad y la vida, el matrimonio y la familia, la libertad y la justicia,
el diálogo y la inclusión social, el perdón y la reconciliación.
El "desafío" de esta propuesta, añadieron, consiste en la exigencia de
"una metodología de relación y acompañamiento a una sociedad sumamente
diversa", en la que cobran "consistencia movimientos que defienden
agendas relacionadas con temas religiosos, ambientales, raciales,
migratorios, de orientación sexual, de género y políticos".
Por otra parte, está el reto de incluir "a los cubanos de esta isla y de
la diáspora". Podemos "encontrar emigrados que no quieren relacionarse
con su patria y grupos políticos, de una y otra parte del espectro, que
no aceptan el diálogo y el consenso como metodología para construir el
país", señalaron.
La palabra "diálogo" se destaca en el centro de los análisis, incluso
entre comunistas y activistas por los derechos sexuales, como el médico
Alberto Roque, quien en un texto publicado en su blog HOMO@sapiens.cu se
cuestiona si la Iglesia Católica "también se percibe como parte del
mundo" que debe cambiar.
Entre las necesidades de cambios, según varias preguntas enumeradas por
Roque, aparece la cuestión de si la Iglesia Católica estará dispuesta a
cambiar sus posiciones sobre el aborto, las relaciones homosexuales, la
subordinación de la mujer e, incluso, eliminar su influencia
fundamentalista sobre determinados gobiernos. "Las y los creyentes, las
iglesias todas, deben formar parte del diálogo que mejore la nación que
queremos", opinó Roque.
En una posición más crítica, la bloguera feminista Yasmín S. Portales
comentó que, con el actual "fortalecimiento de las posiciones políticas
de la Iglesia Católica cubana", esta se afianza como "único interlocutor
del gobierno", situación que genera "tensiones al interior de la
sociedad civil" al restar legitimidad a otros actores.
Para la autora del blog En 2310 y 8225, entre los saldos podría estar
"el aumento de los obstáculos para la lucha contra la discriminación por
orientación sexual e identidad de género y la amenaza, a mediano o largo
plazo, del compromiso del Estado con la defensa de los derechos sexuales
y reproductivos de toda su ciudadanía".
Sin embargo, apenas una minoría de las personas participantes en una
consulta realizada por IPS en la red social Facebook, opinó que la
Iglesia Católica podrá tener un impacto real en derechos conquistados
por la población cubana hace décadas, como el aborto en condiciones
institucionales seguras y el control de la natalidad.
Otra podría ser la situación en cuanto a "derechos por conquistar", como
es el caso de las actuales propuestas de reformas legales a favor de las
minorías sexuales y que, de entrada, hacen concesiones a los sectores
más conservadores y patriarcales, al proponer unión legal en lugar de
matrimonio y no incluir la adopción.
Así, el físico y bloguero Rogelio M. Díaz Moreno, creador de la bitácora
Bubusopia, alertó sobre el refuerzo desde la Iglesia Católica "de un
discurso acaparador de toda la espiritualidad y valores éticos y
familiares frente a otras posturas posibles".
Para la periodista Dixie Edith, el rescate de valores que sufrieron el
impacto de la crisis económica de los años 90 no puede implicar el
reforzamiento del patriarcado. "La familia enfrenta una crisis, pero la
salida no está por el retorno al pasado, sino por la búsqueda de nuevas
formas y relaciones más equitativas", dijo.
Opiniones en el Café 108, sección de participación del sitio web de IPS
en Cuba, destacaron el fortalecimiento de las relaciones entre la
Iglesia Católica y el Estado, el apoyo a los cambios necesarios en la
isla y a la reconciliación nacional y la condena a las sanciones
económicas decretadas por Estados Unidos hace más de 50 años.
No faltaron, además, recordatorios de que esta isla no es un país de
mayoría católica, sino de una amplia presencia de creyentes de otras
religiones y de personas ateas, por lo que determinados espacios de
diálogo o influenza social no deberían ser reservados para una sola
iglesia o protagonizados por ella.
En ese sentido, Roberto Méndez, consultor del Pontificio Consejo para la
Cultura del Vaticano, aseguró que el Papa prefirió ceñirse en sus
intervenciones públicas a la ética que deriva de la tradición cristiana
y que "puede ser puente de encuentro entre creyentes y no creyentes".
"No hay que esperar de esta visita que por sí misma traiga
espectaculares cambios en el ámbito social y político, eso es cuestión
de los propios cubanos, pero sí creo que ayudará notablemente en las
relaciones Iglesia-Estado y reforzará la presencia católica en el plano
público", afirmó el escritor.
http://www.confidencial.com.ni/articulo/6247/cuba-los-cambios-pendientes
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