Monday, March 05, 2012

Una pregunta cínica

Una pregunta cínica
Lunes, Marzo 5, 2012 | Por Pablo Pascual Méndez Piña

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org -Dieciséis años después del
derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, el periódico Granma
publica el artículo "¿Hubiera podido evitarse el incidente del 24 de
febrero?". Es una pregunta cínica, rubricada por Lázaro Barredo,
periodista y director del propio diario.

Barredo argumenta que los días 9 y 13 de enero de 1996, se cometieron
flagrantes violaciones del espacio aéreo de la ciudad de La Habana, para
acometer un plan político de desobediencia civil, protagonizado por José
Basulto, quien anunció una posible escalada de grupos
"contrarrevolucionarios" que se consideraban impunes.

A Cuba -explicó el articulista- sólo le quedaban tres alternativas: (1)
apelar a la parte norteamericana para poner fin a las acciones; (2)
actuar; (3) permitir la impunidad. Afirmando que la última variante
estaba totalmente descartada.

Cuenta Barredo que siendo diputado a la Asamblea Nacional, y
vice-presidente de la comisión de relaciones internacionales, acudió al
aeropuerto José Martí, en dos oportunidades (el 19 de enero y el 10 de
febrero), para recibir al congresista Bill Richardson, alertándole de
las peligrosas provocaciones. Posteriormente, Richardson aseguró a Fidel
Castro que tales incursiones no se repetirían.

Lo cierto es que el 24 de febrero de 1996, cazas de la fuerza aérea
revolucionaria del régimen derribaron en aguas internacionales a dos
avionetas desarmadas de "Hermanos al Rescate". La acción sirvió de
escarmiento y clara advertencia de que a Fidel Castro nunca le temblará
la mano, sobre todo a la hora de ejecutar a inocentes.

Según un piloto de combate, ya retirado (que solicitó el anonimato), con
amplia experiencia y participación en numerosas misiones combativas
pilotando un Mig-23: "Una escuadrilla de cazas podría ahuyentar a un
avión intruso u obligarlo a tomar tierra sin disparar un solo tiro". Él
está convencido de que los pilotos salieron de la base con el dedo en el
disparador.

Personas que se hallaban en las proximidades de la franja del malecón
escucharon detonaciones hacía el noroeste, pero nadie observó destellos
o trazas de humo. Entretanto, pescadores experimentados de la zona
aseguraron que el alcance visual, desde la costa hasta la línea del
horizonte, supera las 8 millas náuticas, y desde las alturas el alcance
es mucho mayor.

Algunas personas recuerdan que Radio Martí comentó que el propósito de
los hermanos al rescate -según Basulto- era lanzar octavillas desde lo
alto, para que los vientos las hicieran llegar a La Habana. No era
necesario arriesgarse violando el espacio aéreo, tal experiencia ya
había sido practicada antes, en Vietnam, con éxito.

Por supuesto que aquel crimen habría podido evitarse. Pero precisamente
quienes pudieron evitarlo fueron los que impartieron la orden de
cometerlo. Acaso olvida Lázaro Barredo que 17 meses antes del fatídico
24 de febrero, tampoco fueron capaces de evitar el hundimiento del
remolcador "13 de Marzo", con mujeres y niños a bordo.

Fidel Castro ni siquiera mostró el más leve desvelo ante la angustia y
los presumibles gritos de los niños que se ahogaron, sino que apenas
calificó el hecho como "lamentable accidente". Tampoco dispuso una
investigación para aclarar el crimen y sentenciar a los implicados directos.

Si los que gobiernan a Cuba han matado con mano propia y llegaron al
poder por medio de la violencia, ¿sobre qué posibilidades de evitar un
crimen estamos hablando ahora?

http://www.cubanet.org/articulos/una-pregunta-cinica/

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