Vivir de ilusiones, morir de desengaños
Si se mantienen expectativas infundadas es lógico sufrir decepciones
cuando no se materializan los deseos
Eugenio Yáñez, Miami | 28/12/2011
¿Quién había prometido una "reforma migratoria" en Cuba antes de fin de
año? ¿Quién? Ciertamente, no fue Raúl Castro, quien resulta bastante
predecible como gobernante.
El primero de agosto del 2011 el General había declarado públicamente,
en las conclusiones de la sesión de la siempre unánime Asamblea Nacional
del Poder Popular: "aprovecho la oportunidad para informar a los
diputados y a los ciudadanos que nos encontramos trabajando para
instrumentar la actualización de la política migratoria vigente, en
función de lo cual se ha venido avanzando en la reformulación y
elaboración de un conjunto de normativas reguladoras en esta esfera,
ajustándolas a las condiciones del presente y el futuro previsible".
Hasta aquí lo dicho por el General-dictador: nada más, nada menos.
Ningún plazo, ninguna fecha, ningún compromiso.
No pretendo presentar al tirano como ejemplo probo de palabra empeñada
ni cripto-demócrata posando como dictador, pero no es recomendable
pretender esconder insuficiencias de "analistas" culpando al gobernante
de no cumplir lo prometido, cuando no hubo tal promesa, ni tampoco
intentar diluir culpas de ingenuos o ineptos en incumplimientos de
alguien que reúne suficientes "méritos" reales para ser criticado y
condenado por muchas cosas, pero no por un incumplimiento que no ha
existido, simplemente porque no había prometido nada para este fin de año.
Entonces, hacer maletas antes de tiempo, o ilusionarse con comentarios
de algunos blogueros oficialistas —a quienes el imaginario
político-absurdo confiere en ocasiones poderes tan extraordinarios que
llega a identificar su paginita digital como "el blog de la Seguridad
del Estado"— o ilusionarse con comentarios de blogueros alternativos —a
quienes ese mismo imaginario político—absurdo confiere en ocasiones
poderes tan extraordinarios que consideran sus comentarios
cuasi-proféticos o sobrenaturales— forma parte del tinglado de
ilusiones, especulaciones y "ojalaterías" en que lamentablemente se
mueve tantas veces el mundo de los "expertos" en temas cubanos, algunos
fuera del país e incapaces de caminar desde L y 23 hasta la Plaza de la
Revolución sin que les guíen, y otros dentro del país que de verdad
creen que en la Asamblea Nacional del Poder Popular se discuten y
deciden asuntos importantes para la nación.
Los que habían creado y creído la vana ilusión del anuncio de una
reforma migratoria en este período de sesiones de la Asamblea Nacional,
recibieron dos pistas muy claras y definitorias que les hubieran
aclarado todo, pero que no tuvieron en cuenta por prepotencia,
ignorancia, o ambas cosas a la vez: una semana antes se había producido
una reunión ampliada del Consejo de Ministros, y el mismo día en que
comenzaba la sesión de la Asamblea (23 de diciembre) se informaba del
Pleno del Comité Central del Partido celebrado el día anterior. De
acuerdo a lo informado por la prensa oficialista, ni en la reunión
ampliada del Consejo de Ministros, ni en el Pleno del Comité Central, se
mencionaba ni una sola vez una sola palabra sobre la reforma migratoria,
a la que el régimen se refiere como "ajustes en la política migratoria",
porque la palabra "reforma" provoca urticaria en la gerontocracia.
Que algunos cubanos de la prensa alternativa dentro de Cuba, sin toda la
información necesaria a su disposición, puedan confundirse, es
comprensible, como lo es también que algunos, de una parte y otra, digan
lo que haya que decir a ver si "adivinan", porque el deseo de
protagonismo no admite límites; pero bastaba conocer mínimamente la
forma en que funciona —y siempre ha funcionado— el régimen para haberse
dado cuenta de que el tema migratorio no sería tratado en esta sesión de
la siempre unánime e inútil Asamblea Nacional. De manera que tanto
ingenuos como oportunistas perdieron una magnífica oportunidad de
haberse quedado callados.
Sin embargo, resulta menos comprensible que corresponsales extranjeros
de poderosas agencias de prensa occidentales radicados en La Habana,
entre ellos los de AFP, AP, EFE y ANSA, y medios de prensa de países
libres, como El Mundo y ABC, en España, o El Nuevo Herald, en Miami,
hayan sido partícipes del despiste, y ahí están los despachos
periodísticos desde la Isla para corroborarlo. Para no ser mal pensados,
supongamos que quizás todo esto haya sido desinformación inducida y
diseminada por "el aparato" en estas fechas, precisamente para crear
frustración en muchos receptores, a manera de regalo de navidad para sus
"enemigos".
Aunque no es fácil conceder el sacrosanto beneficio de la duda en tantos
casos. He leído en tres ocasiones un reciente despacho noticioso en la
web martinoticias.com, de Radio y Televisión Martí, que asegura que Raúl
Castro juzgaría como "delito político" la corrupción. Lo he leído tres
veces no porque se trate de un portento literario, sino tratando de
encontrar una sola frase en el despacho noticioso que confirmara el
titular tremendista, y no la encuentro: en ninguna parte dice que la
corrupción será juzgada como delito político. Tal parece que el titular
salió del deseo "ojalatero" del redactor, y no de la realidad, lo que
sería una tendencia muy peligrosa en caso de mantenerse.
Casi cincuenta y cuatro años de dictadura son mucho tiempo, demasiado, y
el agotamiento y la frustración pueden desalentar a muchos, pero
recurrir a manipulaciones informativas o caer en ingenuidades insensatas
ante un aparato de poder y terror que ha demostrado con creces su
maldita eficacia, no tiene sentido, ni mucho menos cambiará la realidad.
No hay que inventarle faltas a la tiranía o al tirano para combatirles:
tienen demasiadas, reales y demostrables.
Raúl Castro acaba de decir que actualmente la corrupción es
contrarrevolución. Eso mismo dijo hace un tiempo el investigador Esteban
Morales y fue expulsado del Partido (aunque después readmitido).
¿Expulsará el Partido a Raúl Castro por decir lo mismo, como hizo con
Esteban Morales, o promoverá a Morales a altos cargos partidistas, como
se dice que deseaban algunos para fortalecer la lucha contra la
discriminación racial, y eso fue lo que motivó su expulsión del Partido
para impedir esa promoción?
Aquí hay un buen tema para analizar e investigar, tanto dentro como
fuera de Cuba, y para derivar conclusiones mucho más interesantes que la
precipitación por hacer maletas. Que al fin y al cabo, el día que exista
la posibilidad de salir de Cuba sin necesidad de permiso, como ocurre en
casi todo el mundo, habría muy pocos lugares a donde ir sin tener una
visa del país receptor.
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/vivir-de-ilusiones-morir-de-desenganos-272228
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