Tuesday, October 25, 2011

Las excéntricas hermanitas rojas

Las excéntricas hermanitas rojas
Martes, Octubre 25, 2011 | Por Adolfo Pablo Borraza

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Limara y Lianna son
dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en Centro Habana.
Criadas en una familia revolucionaria, las hermanas son el orgullo de
sus padres.

Aunque han tenido novios más de una vez, estos siempre las dejan por la
excentricidad de sus caracteres y porque la militancia comunista les
acapara todo el tiempo. Pese a ser tan jóvenes, en el barrio los vecinos
las odian debido a su fanático amor revolucionario.

En cada asamblea de rendición de cuentas, las muchachas se roban el
show. Con unos discursos que envidiaría el mismísimo Fidel Castro, las
jóvenes tratan en vano de inculcarles la pasión por la revolución a los
demás muchachos del barrio, que las escuchan con total apatía y extrañeza.

En sus centros de trabajo sucede casi lo mismo, muchos las detestan por
ser las hermanas un par de seres muy extraños, poco común entre los
jóvenes en estos días. Ninguno de sus compañeros está para los teques y
tonterías pasadas de moda de estas hermanas tan rojas. Nadie cree en los
supuestos cambios y "reajustes" que se llevan a cabo en el país; la
gente piensa que serán algo efímero e intrascendente que quedará
solamente en las memorias de personas como las incorregibles hermanitas,
que parecen sentirse muy esperanzadas.

Los que las conocen no entienden por qué las muchachas tienen tanta fe
en algo tan obviamente obsoleto y disfuncional como el sistema cubano.
Limara y Lianna no tienen tiempo para discotecas, ni fiestas; son un par
de monjas, casadas con su revolución.

Estas jóvenes tan fervorosamente comunistas, enfrentan serios problemas
en el hogar, donde para nada reinan la armonía y la camaradería
supuestamente inherentes al socialismo.

La familia la componen un abuelo paterno, los padres, las jóvenes y un
hijo de Limara, cuyo padre partió hacia el norte. Los salarios que ganan
solo les alcanzan para mal comer y en la casa no hay cabida para
solidaridad alguna. Impera la ley de sálvese quien pueda. Entre ellos
mismos se esconden y roban los alimentos, discuten mucho por la comida,
a veces porque uno se sirve más que otro o cosas por el estilo.

No hay paz en ese hogar revolucionario. El abuelo alcohólico se
emborracha frecuentemente, y cuando lo hace les da por decir a gritos
sus peroratas comunistas, que perturban a los vecinos. Los vecinos se
han quejado, pero la incondicional militancia comunista de la familia
siempre lo salva de multas y calabozo.

Limara y Lianna saben que ellas y su familia son el hazmerreír del
barrio, que todos se burlan de ellas, pero, como buenas fanáticas, no
renuncian a su secta, a pesar de vivir casi en la indigencia.

adolfo_pablo@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/las-excentricas-hermanitas-rojas/

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