Monday, September 26, 2011

Tengo lo que tenía que tener

Tengo lo que tenía que tener
Monday, September 26, 2011 | Por Pablo Pascual Méndez Piña

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) – Como homenaje al
aniversario 50 de la fundación de la Unión de Escritores y Artistas de
Cuba (UNEAC), el domingo 4 de septiembre se estrenó en el canal
Cubavisión el documental Tengo lo que tenía que tener, cuya producción
corrió a cargo de la propia UNEAC y el Centro de Documentales Octavio
Cortázar.

El filme tuvo como objetivo rendir culto al fundador de la organización,
el poeta Nicolás Guillén, y para su realización fueron entrevistados los
escritores Abel Prieto, Miguel Barnet y Carlos Martí, sucesores del
homenajeado en la presidencia de la organización.

Pero decir que este documental fue dedicado a la figura de Guillén,
sería una injusticia. La mención de su nombre se limitó a breves
chispazos. Los entrevistados se refirieron a Guillén para rememorar que
fue ratificado como presidente de la organización durante tres congresos
consecutivos, y que su labor germinó en los sucesores y rompió
solemnidades para erigir una UNEAC "más democrática".

El tema central del documental es la funcionalidad de la organización, y
sus protagonistas se encargaron de sublimar la época que se inició
después de la muerte del poeta. Los entrevistados abordaron el discurso
de Fidel Castro, Palabras a los intelectuales, destacaron la publicación
de polémicos títulos de Ediciones Unión, recapitularon sobre cómo se
batalló para que la revista Gaceta sobreviviera a las circunstancias
económicas del "periodo especial".

Primó el afán de proyectar la cultura cubana al exterior, ensalzándose
la toma de conciencia de los intelectuales frente al colonialismo
cultural. Como colofón y con los créditos, reapareció Guillén declamando
su célebre poema Tengo.

Hasta cierto punto, se justifica que los protagonistas soslayaran el
tránsito de Guillén por la UNEAC, cuya presidencia fue marcada por
capítulos vergonzosos y confabulaciones con el régimen. Muestra de ello
es el show montado al poeta Heberto Padilla, el ostracismo y acoso a los
que fueron sometidas importantes figuras de la cultura nacional, y la
permanente censura a los creadores estigmatizados como
contrarrevolucionarios.

La marginación de escritores de la talla de Dulce María Loynaz, José
Lezama Lima, Virgilio Piñera, Guillermo Cabrera Infante, Reinaldo
Arenas, no se corresponde con la proyección de sus obras, y fue siempre
un sin sentido.

La UNEAC, recordando a Guillén, tiene lo que tenía que tener.

http://www.cubanet.org/articulos/tengo-lo-que-tenia-que-tener/

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