Tuesday, September 27, 2011

Barlovento y sotavento

Barlovento y sotavento
Martes, Septiembre 27, 2011 | Por Aleaga Pesant

SANTIAGO DE CUBA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) – Al llegar a
Ciudamar, al sur de Santiago de Cuba, tomando la ruta cinco de autobuses
o alguno de los camiones que hacen el recorrido, deslumbra el paisaje de
acantilados llenos de vegetación y la tranquilidad de las aguas de la
bahía. Es importante este punto si se quiere llegar a Socapa, pequeña
comunidad ubicada al oeste de la bahía, o a Cayo Granma, un pequeño
islote habitado, cerca del canal de entrada.

Hacia el cayo sale a cada hora, durante el día, un pequeño trasbordador
que lleva a los paisanos y visitantes a uno de los lugares más
pintorescos de la periferia marítima de la gran urbe del Caribe cubano.

Con un pequeño atracadero levantado a barlovento, sobrecoge al viajero
la belleza de las casas de madera bien conservadas a pesar del tiempo y
una estrecha calle enchapada con lajas que hacen agradable el camino.

El viaducto circunda buena parte del islote, creando una vía de
comunicación entre los vecinos, los servicios y el restaurante Marlín,
propiedad del Estado e importante atracción turística para los que
-pagando en dólares-, desean comer arrullados por la brisa y el sonido
de las olas, excelentes platos marinos.

Muchos de los visitantes tienen marcado interés en visitar la iglesia de
San Rafael, un pequeño edificio blanco, en la cima del cayo a cincuenta
metros sobre el nivel del mar y visible desde la inmensa bahía. El
edificio, construido en la década del cuarenta, se conserva a duras
penas. Allí se reúnen los domingos treinta parroquianos y otros treinta
feligreses de la ciudad, a rendir ofrenda al médico milagroso San
Rafael. Se comenta que sólo hay dos iglesias en el mundo dedicadas a él.
La otra está en el Vaticano.

Si en la zona sur está el atracadero y lo pintoresco de la isla, la zona
norte, a sotavento, está marcada por la pobreza, con casas levantadas
con zinc y recortes de materiales.

Allí estaba Yaima, en su casa de piso de tierra, su hijo Jiancarlo, y
una hermosa barriga de ocho meses. La embarazada es mujer de un policía
y la acompañaba esa mañana un vecino que tiene un conuco bajando la
ladera. Norma, la tía, nacida y criada en el lugar, vive en la casa
contigua, separada de la otra por una plancha de zinc. Habla de las
regulaciones para construir en la isla, y cómo con el crecimiento de la
familia tuvieron que ampliar el espacio a como diera lugar.

Barlovento y sotavento no sólo marcan las diferencias de la influencia
del viento en el cayo.

aleagapesant@yahoo.es

http://www.cubanet.org/articulos/barlovento-y-sotavento/

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