Monday, June 27, 2011

Oxiuros

Oxiuros
Monday, June 27, 2011 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – Siempre se ha comentado a
nivel popular que en La Habana es relativamente fácil limpiar de
antecedentes penales la ficha de cualquier persona, por muy manchada que
la tenga. Basta con deslizar unos billetes por la izquierda a
determinados individuos con las influencias o con los contactos idóneos.
Se trata de una práctica que –tal vez por socorrida- es vista aquí como
algo común.

Mucho más raro podría parecer que también sea posible y aun corriente
invertir la operación, o sea, que le ensucien a uno el expediente
agregándole antecedentes penales que en realidad no tiene, siempre con
el billete de por medio.

¿Y por qué razón alguien pagaría para que le manchen su expediente con
cargos por infracción de la ley que nunca cometió? Más que común, la
respuesta es elemental entre nosotros, tanto que la pregunta podría ser
tomada como ingenua.

No sé si este sea el único país en el mundo en que los antecedentes
penales sirven como credencial para la obtención de un derecho humano
que por regla general se les niega a las personas, o al menos se les
escamotea y pospone. No me extrañaría que lo fuese, ya que es el único
país en que todo, absolutamente, se supedita a la política, o mejor, a
los dogmas políticos de una dictadura.

Hablo, claro, del derecho a viajar libremente, hacia donde uno quiera y
en el momento en que se le antoje, siempre que tenga dinero suficiente
para pagar el boleto.

En Cuba, si has sido preso político, si perteneces a un partido de la
ilegal oposición, o si, en su defecto, encuentras el modo de demostrar
con papeles que has hecho cualquier bobería que la dictadura catalogue
como contrarrevolución, pueden facilitarte oficialmente los trámites
para que vueles lejos, mientras más lejos mejor. Pero, eso sí, tendrás
que irte sin boleto de vuelta.

Esta es una de las innumerables abyecciones que practica el régimen para
humillar a todo el que se le oponga en forma declarada y activa. Y es
además una doble jugada de su parte, ya que al tiempo que anula a los
auténticos luchadores pacíficos por la democracia, desterrándolos,
también se venga de ellos, agriándoles la vida, traumatizándolos, toda
vez que les impide regresar a su tierra.

No obstante, a muchos opositores no les ha quedado otra alternativa que
acogerse a la coyunda. Y para ello han contado no sólo con la generosa
hospitalidad de algunos países, sino incluso con la ayuda material de
organizaciones que facilitan el proceso de exilio, sea por simpatías
políticas o por humanitarismo.

Con lo que no contaron esos países y organizaciones es con la
eventualidad de que algunos pícaros de aquí descubrieran en su apoyo el
filón que estaban buscando para escapar de la Isla por el camino más
corto, es decir, pagando por la izquierda para que en sus expedientes
personales consten pruebas que los acrediten como luchadores contra la
dictadura, sin haber tirado jamás un hollejo.

Asumida la picardía como lo que suele ser: un recurso de agilidad mental
que aprenden a desarrollar los de abajo como respuesta a los palos que
les dan los de arriba, uno tiende a ser condescendiente con aquellos que
en nuestras circunstancias las inventan en el aire para escapársele al
diablo por debajo de la capa.

Pero tal condescendencia no impide distinguir los límites entre picardía
y canallada. Y es justamente una canallada aprovecharse del sacrificio
de los opositores pacíficos, burlándose de paso de su causa, al utilizar
dinero sucio para comprar una disidencia que no han tenido el coraje de
ganarse como Dios manda.

Son como oxiuros, parásitos que viven en los intestinos de la dictadura,
alimentándose de excrecencias y depositando allí sus huevos infectos. Es
otra de las variantes de nuestro hombre nuevo que tanto ha publicitado
el régimen. Para reconocer su cercanía basta con experimentar una
molesta picazón en el trasero.

http://www.cubanet.org/articulos/oxiuros/

No comments:

Post a Comment