Entrevista con Raynier Pellón Azopardo, Investigador del centro de
estudios europeos de La Habana, que realiza una gira por el estado
español invitado por la Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba
Entrevistas | Mirari Isasi - Gara | 04-02-2011
La Unión Europea decidió en octubre mantener su Posición Común hacia
Cuba y aprobó la posibilidad de «suavizarla». ¿Tras el proceso de
reformas económicas y las excarcelaciones por parte de La Habana se
esperaba su derogación?Hay que aclarar que ni el proceso de
actualización ni esas liberaciones respondieron a ningún mecanismo de
presión o coacción de una potencia extranjera ni al bloqueo
internacional europeo, sino a posiciones soberanas del pueblo cubano.
Pero la UE no tomó en consideración esos hechos. Ciertamente. La Unión
Europea mantiene su Posición Común, que tuvo su origen en el
Departamento de Estado de EEUU, promovida por sus funcionarios en el
marco de la UE y finalmente, propuesta por el Gobierno de José María
Aznar en 1996. No reconoce que en Cuba existe un sistema político de
carácter socialista, legítimo, legal y apoyado por la amplia mayoría de
su pueblo; por lo tanto, desde Cuba no se le concede a la UE potestad
alguna para dictar pautas o, a través de la Posición Común, condicionar
las relaciones de la UE sobre la base de que Cuba debe hacer
transformaciones de tipo político y económico con el objetivo
fundamental de que se dé una transición del socialismo hacia el
capitalismo. Eso es lo que persigue la UE con la Posición Común, que es
el mayor obstáculo para que se puedan normalizar las relaciones.
¿Por qué califica la Posición Común de discriminatoria? La Posición
Común se ha caracterizado por su carácter discriminatorio, porque Cuba
es el único país de América Latina y uno de los pocos del mundo a los
que se aplica esa política y el único del mundo cuyas relaciones
bilaterales con el bloque no se basan en un acuerdo marco similar al que
la UE establece para relacionarse con cualquier otro país. Pero la UE
también utiliza un doble rasero en sus relaciones hacia Cuba, porque en
su discurso político utiliza el tema de los derechos humanos en la isla
y ese discurso queda deslegitimado por la propia actuación de la UE en
el escenario internacional en sus relaciones con otros actores, como
EEUU. Ante las campañas militares de EEUU en Irak, con cantidad de
víctimas civiles, las cárceles secretas, los vuelos secretos de la CIA,
el trato dado a los prisioneros en Guantánamo y otras cárceles secretas,
la UE no ha adoptado una posición de condena ni una posición común que
condicione sus relaciones con ese país ni otros actores que no son
necesariamente un ejemplo en materia de derechos humanos.
¿En qué consiste la Posición Común? ¿Se limita a las relaciones
comerciales y económicas? La Posición Común condiciona el avance de las
relaciones en el ámbito político y de la cooperación a transformaciones
de tipo político. En realidad la relaciones de cooperación fueron
totalmente interrumpidas a partir de 2003 con las sanciones adoptadas
por la UE que lo que hacen es recrudecer su injerencia en los asuntos
internos de Cuba, favoreciendo que sus embajadas en la isla tuvieran un
intercambio directo con la oposición construida desde el exterior.
Pero esas sanciones fueron levantadas. Exacto. A raíz de esas sanciones,
Cuba decidió eliminar la cooperación con la UE y los países miembros. A
partir de 2008, en un contexto constructivo, se eliminaron las sanciones
y se reanudó la cooperación con la Comisión europea, no con la UE. Y en
ese contexto, al margen de la UE y en el espacio bilateral, se ha
restablecido la cooperación con algunos países sobre la base de unos
principios claros: la no injerencia, el respeto a la soberanía...
¿Por qué llamarla segundo bloqueo a Cuba? Porque se ha construido a la
sombra de los intereses hegemónicos de EEUU con respecto a Cuba, se
subordina a ellos y complementa la política de acoso político-económico,
comercial y financiero que ha implementado EEUU desde hace más de cinco
décadas.
¿Existen expectativas de un posible cambio de actitud de la
Administración Obama tras el proceso iniciado en Cuba? Si nos apoyamos
exclusivamente en la ejecutoria de la Administración Obama con respecto
a Cuba podemos decir que las directrices, los objetivos y el hilo
conductor de la política de bloqueo impuesto hace más de cincuenta años
no ha variado en esencia. Y eso dice mucho con respecto a perspectivas
de cambio. Creo que los cambios de la Administración Obama con respecto
a Cuba han sido fundamentalmente de apariencia. Se han eliminado algunas
medidas adoptadas por Bush, pero para nada niega o elimina los pilares
de la Ley Helms-Burton de 1996.
¿Confiaban en un cambio de actitud con la llegada de Obama a la Casa
Blanca? Si nos remontamos a la historia de EEUU y su proyección con
respecto a Cuba, podemos ver que los intereses hegemónicos de control,
de dominio de ese país con respecto al futuro político de Cuba, incluso
antes de la Revolución, se mantienen. Al triunfar la revolución de
carácter socialista en 1959 su política hegemónica se recrudeció, pero
atendiendo a esa evolución histórica los intereses hegemónicos sobre la
isla no han variado, forman parte de la doctrina norteamericana de
política exterior hacia la región. Y realmente no veo las condiciones
para que se dé un planteamiento diferente por parte de las élites de
EEUU. Pero sí cabe destacar que en la población y en determinados
círculos políticos cada vez se encuentra mayor oposición a la política
de bloqueo hacia la isla, constatado por encuestas de organizaciones de
prensa e internacionales radicadas en EEUU.
¿Cuál es ahora mismo la situación interna en Cuba? Las organizaciones
políticas y de masas, el pueblo en general, está abocado a la
actualización de su modelo económico, al perfeccionamiento de su sistema
político con la intención de consolidarlo y garantizar su desarrollo
para que las nuevas generaciones puedan disfrutar de los logros de la
revolución. Todo eso encierra muchas expectativas y participación
alrededor del proceso y de las decisiones que se están tomando. Para
bien de la revolución y de la profundización de su carácter socialista.
¿Cómo se está desarrollando el proceso de cara al VI Congreso? Se ha
favorecido mucho la participación, se está discutiendo en todos los
sectores. De hecho, estos lineamientos son el resultado de un debate
previo que comenzó en 2005 cuando Fidel Castro convocó a los cubanos a
preguntarse en qué debíamos perfeccionar el socialismo, qué debíamos
modificar, qué elementos haría falta para consolidarlo y garantizar su
futuro. Desde entonces, en la población cubana hay un amplio debate, es
decir, que lo que finalmente se modifique y se apruebe va a gozar de una
amplia legitimidad y de un amplio consenso porque responderá a la
voluntad de la amplia mayoría de la población.
¿Qué impacto han tenido sobre el pueblo cubano las reformas anunciadas
por Raúl Castro? Sobre la actualización del modelo económico hay que
destacar que hay determinados logros y principios de carácter socialista
que son inamovibles, a cuya consolidación van dirigidas estas
modificaciones. Históricamente la revolución cubana ha defendido el
principio de que ningún cubano quede desamparado, que siempre goce de la
protección del sistema, y a ello se dirigen las medidas anunciadas, a
tener una economía más eficiente y dinámica, que administre mejor sus
recursos y haga una distribución más eficiente y equitativa de la
riqueza. Es importante destacar que se mantiene el control del Estado,
es decir, del pueblo, de los principales medios de producción. Al hablar
de liberar algunos sectores hablamos de zapateros, barberos, taxistas...
que permitirán que el Estado se concentre en cuestiones esenciales como
la salud pública, la educación, la industria, los principales recursos,
la distribución equitativa de la riqueza, la asistencia social...
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