Miguel Iturria Savón
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - El mes pasado Yoani Sánchez,
creadora de Generación Y, invitó a decenas de amigos a contribuir a la
difusión de los micro-bloging, mediante la organización de la "primera
quedada o tweetup de twiteros en la isla". Preguntaba al respecto dónde,
cuándo.
Aunque no he seguido el cronograma del futuro encuentro, apuesto por su
realización, pues el poder de convocatoria de Yoani está avalado por más
de 50 mil seguidores en su Twitter y millones de lectores en su bitácora
personal. Si concretó la Academia Blogger de Cuba logrará el intercambio
entre quienes usan esta herramienta de mensajes breves y actuales, que
transitan de lo individual a lo colectivo.
Según Jack Dorsey, fundador de Twitter, la herramienta de los 140
caracteres no es una red social, sino una plataforma de comunicación que
creció de 44,5 millones a nivel mundial en diciembre del año 2009 a 100
millones en junio pasado.
Si bien algunos piensan que Twitter es una moda usada por celebridades
-Al Gore, Barack Obama, Ashton Kutcher- y abandonada en el primer mes
por 4 de cada 10 seguidores, se trata de una apuesta por el micro texto,
la concisión y la brevedad, lo cual se ajusta a la premura de la época y
al deseo de leer la vida paralela de los otros, al compás de la nuestra.
Predomina en este medio el "¿qué estás haciendo ahora?", pero también la
información social, la denuncia y el activismo cívico. Recordemos al
respecto que en el 2008 un twitero de China reportó el terremoto 7
minutos antes que la prensa del país. Un año después, millares de
jóvenes en Irán se movilizaron por Twitter contra el fraude electoral
que sacudió el poder de los ayatolás. Mientras, en Cuba, Yoani Sánchez
posteó en febrero la muerte de Orlando Zapata y el inicio de la huelga
de hambre de Guillermo Fariñas.
Los habitantes virtuales de Twitter responden por lo que publican, y la
velocidad del micro periodismo funciona como una red que canaliza las
inquietudes ciudadanas, cual fuerza que advierte y limita a quienes
ejercen el poder en empresas, alcaldías y gobiernos.
Hasta ahora no es posible conocer cuántos cubanos acceden al gorjeo del
ciberespacio. Sabemos que decenas de bloggers alternativos y
funcionarios estatales se adhieren a esta novedad de la tecnología. Está
por ver si habrá ríos de mensajes públicos y privados, como los de esos
choferes que en Ciudad México crearon un canal de Twitter para alertar a
los automovilistas sobre los controles de alcoholemia.
Tal vez tengamos otras prioridades en Cuba, pero si Yoani Sánchez ya
propuso organizar "la primera quedada o tweetup de twiteros en la isla",
no faltarán quienes presenten su perfil, descarguen aplicaciones de la
web al computador y de este al móvil, o ayuden a crear su cuenta a
quienes deseen utilizar el sitio http://twitter.com/ para acceder a la
nueva plataforma de comunicación mediante mensajes y proyectos que
economizan la expresión.
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