Saturday, May 22, 2010

Polinomio Iglesia-Castro-Fariñas

Publicado el sábado, 05.22.10
Polinomio Iglesia-Castro-Fariñas
By MIGUEL COSSIO

Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho, decía el Quijote. Y en la
coyuntura cubana con la matemática y Fariñas también, Raúl Castro.

Si el general cree que con cuatro horas de charla ``positiva, distinta y
novedosa'', como calificó el cardenal Ortega la reunión que sostuvo con
Castro, acompañado por monseñor García, resuelve la ecuación, se equivoca.

Aunque se ponga de acuerdo con la Iglesia, dé una solución mediocre al
asunto de los presos y se vaya a rezar y a tomar vodka. Porque, como
diría Tito Monterroso, al despertar el dinosaurio seguirá ahí.

Unas cuantas liberaciones de prisioneros políticos y una estrategia
encaminada a dividir a las Damas de Blanco no soluciona el problema de
fondo que su régimen enfrenta con la oposición.

Debe comprender, al menos por esta vez, que la matemática de un gobierno
inteligente se guía por la ley de los grandes números. Y en particular
por claves básicas del teorema de Bernoulli llevado a la política. La
probabilidad de que un problema se resuelva de manera correcta; es
decir, que derive hacia el resultado que se busca, depende en buena
medida de la experiencia histórica sacada sabiamente de hechos similares
anteriores. Mientras más parámetros (léase voluntad política) existan,
mayores son las probabilidades de que suceda lo previsto o deseado: la
solución real.

¿Es lo que quiere Raúl Castro? ¿Es lo que sabe hacer? ¿Tiene en su
mochila el general respuestas exitosas para casos inéditos, como los de
Orlando Zapata Tamayo y Guillermo Fariñas? No. Dijo en el congreso de la
juventud comunista que no cedería al chantaje de Guillermo (4/4/2010). Y
ha metido a la Iglesia en el tablero.

La partida se traba porque Fariñas es un electrón suelto, una pieza
decisiva dentro de la ecuación, aunque no se quiera reconocer. Una
variable incontrolable para el gobierno, la Iglesia y hasta para la
propia oposición. Un enigma del que no se tienen antecedentes prácticos
en cuanto a manejo político y al que el régimen no puede despejar usando
antiguas y gastadas rutinas, a pesar de su cincuentenaria y represiva
experiencia.

Por tanto, la sucesión feliz y ordenada de las ``concesiones a hacer'',
o sea, los presos a entregar, se complica. Porque el universo político
ya no es el de los números naturales, en el que el gobierno se movía
antes a gusto, reprimiendo a troche y moche, sino el de los números
complejos.

Pero Raúl Castro quiere jugar al cuenta gotas. A ver, hasta dónde
aguanta y aísla a Fariñas y a la oposición. ¿Debe aceptarlo la Iglesia,
la disidencia? Es muy fácil negarse desde la distancia, sin contar con
toda la información y, sobre todo, sin ser familiar directo de preso
político o víctima del cañón oficial.

No podemos perder de vista la realidad: el castrismo está tratando de
bajar la flama al candente caldero social, en medio de la agravada
situación alimentaria por la atraviesa el país. Y para eso un recurso
simple: pan no hay, como recordó Fariñas; pero circo sí (las
transmisiones del mundial de fútbol Sudáfrica 2010).

Los próximos días serán decisivos. Tendremos algunas respuestas, antes
de la visita del canciller del Vaticano, monseñor Dominique Mamberti. Y
también nuevas incógnitas. La mayor de ellas el desenlace de la huelga
de hambre de Guillermo Fariñas, que para el gobierno de Cuba es, en
términos matemáticos, la raíz cuadrada de un número negativo. Una
división entre cero.

http://www.elnuevoherald.com/2010/05/22/725085/miguel-cossio-polinomio-iglesia.html

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