Miriam Leiva
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Surcó los cielos de La
Habana a Madrid y despertó en el Senado del Reino. La resaca de la
felicidad le produjo alucinaciones. Fue entonces cuando los prisioneros
de conciencia y políticos pacíficos cubanos se multiplicaron. De cuatro
que le exiliaron en febrero de 2008 y uno que le soltaron cuando él
volaba este 20 de octubre de 2009, resultaron cien desde que él aprendió
el valor político de los rehenes con las lecciones de las autoridades de
Cuba.
También le pagaron con permisos para salir de Cuba a dos personas
enfermas. ¡Buen avance democrático del totalitarismo cubano! Como es
tan poco para su inmenso servicio, se espera que los 53 de los 75 que
ahora quedan en prisión, casi todos con muchas enfermedades contraídas
en la cárcel, sean liberados. Indudablemente regocija que familias
cubanas se vuelvan a reunir, y quisiéramos agradecer la gestión, pero no
se corresponde con el inmenso compromiso establecido entre España
democrática y Cuba atrapada.
Los integrantes del Grupo de los 75 que habían recibido anteriormente
licencia extrapenal por padecer serias enfermedades, la obtuvieron por
los esfuerzos de los gobiernos, parlamentos, organizaciones no
gubernamentales y ciudadanos de España, la Unión Europea, Estados
Unidos, Canadá, Japón y muchos otros países. Los prisioneros tendrían
que ser liberados porque no cometieron ningún delito.
Los 53 que permanecen secuestrados, y los 10 con licencia extrapenal por
motivos de salud que residen en el país amenazados con ser regresados,
merecen incorporarse a la vida ciudadana porque son cubanos dignos y
sacrificados, que aman la patria y su pueblo.
Cuando escucho a los dignatarios extranjeros hablar sobre Cuba, me
ilusiona viajar con ellos para encontrar El Dorado. Parece que los
cubanos no nos percatamos de la realidad y nos complace mancillarnos con
la idea de que mal vivimos en un país en destrucción, donde se prohíbe
la irrupción de nuestras capacidades creativas y estamos amordazados;
donde el futuro parece imposible porque no podemos llegar a él desde
este presente de dificultades, carencias, espera, que malgastamos la
única vida, que la solución de los problemas no está en irnos todos y
dejar el archipiélago a los ancianos, los atontados y, por supuesto, los
sabios gobernantes, que imponen el exilio a conveniencia.
Entre los cuentos de hadas y los afables amigos que nos ven distintos,
he observado por la tele a un saludable y rosado señor, sonriente
pletórico de gozo, satisfecho de su estrecha amistad con lo más
encumbrado del totalitarismo tropical. Se pavonea de haber sacado al
régimen del aislamiento internacional, pues dice que su visita en 2007
provocó la envidia de presidentes, primeros ministros y decenas de
personalidades, que corrieron tras él hacia La Habana. De tal suerte,
él solito logró el mayor éxito diplomático de los 50 años de
"revolución". Para consagrarse pondrá a la Unión Europea a los pies de
la caprichosa dictadura absolutista.
¡Qué derechos humanos y qué democracia! Ponerlos en primer plano es algo
demodé. Molesto jaleo el tener que recordar a los amigos de arriba en
Cuba que ese es un problema muy sensible para la opinión pública
española e internacional. Pero en las cárceles los presos están
hacinados, con todo deficitario, incluida el agua potable y la sanidad.
Sobran insectos, roedores y enfermedades, aunque de eso no tienen idea
quienes viven a su nivel, o el de los millonarios de la revolución.
En definitiva, para agradarles, Moratinos anunció a bombo y platillo que
no se reuniría con los disidentes. Mientras, en la televisión muestran a
los ciudadanos como los ven las cámaras en los carros de patrulla
policíacos y las esquinas, como si no bastaran los policías uniformados,
los agentes de la Seguridad del Estado y los informantes para
recordarles la compañía permanente.
Según el visitante, hay inmensos cambios en Cuba. Evidentemente, yo
estaba en coma y al despertar tengo la pesadilla de ver todo peor. La
crisis acelerada no permite apreciar a los seres comunes como yo y
aquellos con los que hago cola o me atropello dentro de la guagua
rebosante de personas dichosas por la larga espera, la aglomeración y el
sudor.
Tampoco lo perciben en las viviendas colmadas de generaciones, en los
cuartuchos de los solares, en las villas miserias y en la ansiada
reconstrucción de los derrumbes.
Pensiones y salarios ínfimos, y precios por las nubes. No se produce más
porque no hay estímulo al trabajador, pero se cerrarán los comedores de
los centros de trabajo, aunque no se permita pequeños negocios privados
para compensar la falta de oferta y la deficiente calidad de los
estatales. De las finanzas externas, ¡allá los economistas!
Dos grandes noticias hemos tenido en los últimos tiempos. No se puede
seguir esperando a que "papá Estado lo resuelva todo", como si el pueblo
hubiera podido decidir que papá le tocaba y qué le daría ese papá. Dicen
que por ahí anda un loco o borracho averiguando qué es el paternalismo y
quién lo inventó. La otra: desaparecerá la libreta de abastecimiento,
desabastecimiento, racionamiento.
Perplejos estamos los cubanos al perder la guía y la identidad. ¿Sin
papá autoritario? ¿Sin el documento de identidad que hemos cargado desde
el día del nacimiento? Podrían dejarnos decidir que más queremos
cambiar, aunque evidentemente debe haberse cambiado ya mucho más, a
juzgar por las declaraciones del huésped que ha hecho un pacto de sangre
para defenestrar la Posición Común de 1996 para Cuba de la Unión Europea
durante la presidencia que inicia España en enero de 2010.
Cuba: Los milagros de Moratinos (26 October 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/octubre09/26_C_3.html
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