Faltas de ortografía oral
¿Está en peligro el español que se habla en la Isla?
Rafael Alcides, La Habana | 28/10/2009
Viendo hace unos meses Hurón Azul, programa de la televisión que se
transmite los viernes por la noche, me acordé del desaparecido Mario
Rodríguez Alemán.
Mario tenía en la TV un popular programa dominical, Tanda del domingo,
en el cual ponía dos películas. Para mí, el mejor espacio de cine que
hemos tenido. Con sus habilidades de experto en la materia, experiencia
de profesor universitario, escritor, investigador y hombre de salón,
Mario hacía una minuciosa disección de la película, y a veces, después
de haberla elogiado como producto artístico, terminaba dándole un cero.
Un día, en aquellos años de la Administración Reagan, cuando más
enconada era la Guerra Fría, se lo comenté, y Mario, sonriendo como un
asiático, me dijo: "Ay, tú disfruta la película y olvida lo que yo tenga
que decir para poder pasarla".
En el Hurón Azul del 11 de junio pasado, una voz en off empezó diciendo,
con el hiriente tono de quien ha sido calumniado, que algunos por ahí
han dicho que en Cuba se habla un mal español y, tras aconsejar a esos
"algunos" no hablar de lo que no saben, cedió palabra e imagen a varias
personas que sí saben.
Estas personas, profesores y escritores, lingüistas, no hicieron quedar
mal a la voz en off. Afirmaron que en Cuba se habla un buen español, el
español que corresponde a la norma cubana. No obstante, admitieron que
algunos cubanos lo hablan mal, incluso que hay cierta chabacanería en
ascenso, no sólo en el habla, también en las canciones. Dicho esto,
arremetieron contra la educación que se imparte en las escuelas.
Era la segunda vez que —cosa insólita— en pocos días se ponía en duda la
calidad de la enseñanza cubana. Una semana antes, una funcionaria del
Ministerio de Educación llegó a decir que se empezaría quitar puntos por
mala ortografía, lo cual podría llevar al alumno a repetir el año.
Ahora, según la voz en off, en la escuelas el alumno aprendía a hablar
mal. Y los errores que no aprendía en la escuela, los escuchaba en la
radio y la televisión, institución que hasta ese momento había gozado de
cierto olor a santidad como instrumento de educación.
Tanto los lingüistas como la voz en off del programa desmintieron a los
calumniadores hablando el español de la norma cubana con toda
corrección. No omitieron las "s" de los plurales, ninguno de ellos dijo
"enseñal" o "enseñang" por "enseñar", no hablaron de carretilla ni por
la nariz.
Esas faltas de ortografía orales, cada vez más presentes en el habla
diaria (altos cargos y personalidades científicas incluidos), en las que
algunos han visto el nuevo español en formación de los cubanos, no
estuvieron presente en aquellos escritores y lingüistas.
Les preocupó más bien el uso de voces inofensivas, de época, marginales
casi siempre, de esas que (en mi concepto) las generaciones incorporan
para diferenciarse, como códigos de grupo, y olvidan después. Ya con lo
que antes dijeran sobre la educación, para quien supiera entender,
habían dicho bastante.
Siguiendo, ella también, el método de Mario Rodríguez Alemán en Tanda
del domingo, la voz en off de Hurón azul, ratificó —por cierto, con
indignación, de modo que pareciera real—, lo que al inicio del programa
había dicho respondiendo a los supuestos calumniadores: El español de
los cubanos permanece intacto.
Faltas de ortografía oral - Artículos - Cuba - cubaencuentro.com (28
October 2009)
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/faltas-de-ortografia-oral-219454
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