Tuesday, October 06, 2009

Cómo sobrevivir sin la confrontación?

¿Cómo sobrevivir sin la confrontación?

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Por el momento, el diálogo
no parece ser la clave para desamarrar el nudo dictatorial en Cuba. Hay
que continuar manteniendo la expectativa sobre el componente biológico
como paso previo a una apertura. El castrismo no negociará su disolución.

Para llegar a tales conclusiones basta con hacer un breve análisis del
reciente discurso del canciller de la Isla, Bruno Rodríguez, en la
Asamblea General de Naciones Unidas.
La tónica del texto leído por el funcionario cubano sigue las pautas de
la confrontación en sus más conspicuas versiones. Son escasas las
razones que inviten a pensar en un escenario donde la distensión cobre
un mayor significado. El fantasma del enemigo externo es y será un
aliado incondicional de la nomenclatura.

Esa coartada es consustancial a un diseño de poder que ha buscado desde
sus inicios el predominio de una élite castrense con la voluntad de
darle un matiz patriótico a sus intereses personales, además de procurar
elevados índices de legitimidad a partir de la manipulación de la
historia, y el conveniente ajuste de la psicología social a los
parámetros doctrinales de un partido.

Un arreglo de largo alcance entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos
es impensable, mientras perdure la visión de una llamada dirigencia
histórica de la revolución. Los dueños de la Isla saben que ante tal
posibilidad quedarían al desnudo muchos de sus desaciertos económicos,
políticos y sociales.

El antiamericanismo ha sido el baluarte principal en su larga
trayectoria, y es muy difícil que alguien de la gerontocracia se salga
del esquema creado desde el triunfo sobre la anterior dictadura de
Fulgencio Batista.

La controversia bilateral permanecerá incólume hasta tanto los máximos
responsables del totalitarismo no abandonen sus puestos. Esto sólo se
concretaría con su muerte por vías naturales.

Subjetivamente podría pronosticarse que alguien dentro de la cúpula
accedería a romper con los moldes impuestos, pero tanto la retórica como
las acciones empleadas no ayudan a considerar este escenario, al menos
en el corto plazo.

Aunque los mecanismos de control muestran un marcado deterioro, aún
pueden garantizar la estabilidad y no parece que la presión popular
consiga mover las poleas del cambio.

La población está incapacitada para articular un movimiento masivo en
pos de reivindicaciones de cualquier índole. Desafortunadamente, se ha
cimentado la creencia de que es mejor tratar de irse del país o
sobrevivir a golpe de ilegalidades y aparentando fidelidad ideológica al
poder, que luchar contra un estado que acosa, encarcela y mata con total
impunidad.

Hay que aceptar que el presente y el futuro de Cuba no pueden ser
analizados minimizando la importancia de los Estados Unidos.

Desde las postrimerías del siglo XIX, cuando las tropas norteamericanas
intervinieron en la guerra anticolonialista contra la metrópoli
española, la historia de Cuba se ha visto involucrada directa o
indirectamente con las políticas del influyente vecino.

Incluso, este proceso de más de 50 años de liderazgo del partido
comunista, no hubiese existido de no ser por la cercanía al principal
centro del capitalismo mundial. La simple ecuación bíblica de David
contra Goliat, le vino como anillo al pequeño grupo de aventureros que
han convertido al país en una finca particular.

Bruno Rodríguez, el relativamente joven ministro de Relaciones
Exteriores, fue claro con el mensaje dado en la inauguración del 64
período de la Asamblea General. El pliego de demandas a la
administración Obama para comenzar un proceso de distensión entre ambos
países, es una manera de congelar, aún más, la situación. Nada prometen
los dictadores y sus discípulos. Lo quieren todo a cambio de casi nada.

Dudo que obtengan resultados en este sentido. Por ahí andan sus
objetivos, pues en sus cuentas, el saldo favorable viene dado en la
continuación del conflicto dentro de un variado registro de
intensidades. Con anular o retrasar cualquier dinámica hacia un gradual
desmontaje del sistema, van ganando tiempo.

oliverajorge75@yahoo.com

Cuba: ¿Cómo sobrevivir sin la confrontación? (6 October 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/octubre09/06_C_3.html

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