Leafar Pérez
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Cada año, cuando llega
el verano, los cubanos nos quejamos del calor. Sin ser de los que más se
quejan, confieso que al astro Rey en estos meses, sobre todo en julio y
agosto, se le fue la mano. Empezó septiembre y la vida sigue igual. Los
meteorólogos han informado que, en comparación con 2008, la temperatura
media ha aumentado un grado y en ocasiones un poco más.
No es de extrañar que para aliviar el calor sofocante la gente haga un
alto para tomarse una cerveza a la sombra. Y aunque no lo puedo hacer
todos los días, de vez en cuando me tomo una fría.
Mientras disfrutaba de un "lague", un amigo que me acompañaba comentó
algo sobre la fábrica clandestina de cervezas que la policía había
desactivado en el barrio Husillo, cerca de la antigua y famosa fábrica
de cerveza Polar, que hoy es una ruina.
Los dueños de la fábrica clandestina llegaron a producir más de cien
cajas diarias, 2 mil 400 cervezas de varias marcas que se distribuían en
los locales donde se vende la cerveza en pesos convertibles. Esta no ha
sido la primera fábrica clandestina de cerveza que se descubre.
Ciudadanos hay que se dedican a estos menesteres a pesar de las duras
sanciones.
En Águila y San Rafael, en pleno corazón de la capital, a mediados del
siglo XIX, hubo una fábrica de cerveza cuyo dueño intentó sustituir la
cebada europea con el jugo de la caña de azúcar.
Cuatro marcas: Polar, Cristal, Tropical y Hatuey dominaron
históricamente el mercado cubano en la primera mitad del siglo pasado.
Sus dueños también construyeron obras sociales como el famoso estadio La
Tropical, donde se celebraron varios mundiales de béisbol amateur. Los
dueños de Polar, españoles en su mayoría, optaron por uno de fútbol.
Nuevas marcas han surgido con el paso del tiempo: Mayabe, Tínima,
Princesa, Blue Ice y Bucanero, que se han unido a Polar y Tropical,
ofreciendo, en medio del calor sofocante, la posibilidad de refrescarnos.
Terminé de tomar la cerveza, con la duda de si era legítima o venía de
alguna fábrica clandestina. Al fin y al cabo, la iniciativa privada ha
demostrado que es mucho mejor que la estatal.
Por eso, cuando tengas mucho calor, a la hora de tomar una birra,
enfermera, velo de novia, lague, lagarto, fría o como le digas, sólo
disfrútala sin preocuparte de su origen.
Cuba: Cuando tomes una cerveza (2 September 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/Sept09/02_C_1.html
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