Tuesday, June 23, 2009

Mario Vargas Llosa: "Las democracias mediocres inspiran tan poco entusiasmo porque gozamos de unos privilegios que ignoramos

Universidad
conversaciones con el profesor ángel esteban
Mario Vargas Llosa: "Las democracias mediocres inspiran tan poco
entusiasmo porque gozamos de unos privilegios que ignoramos"

martes, 23/06/2009 13:06

Enviar Imprimir María Gracia López

"Cualquiera que viva en una dictadura, como en Cuba o Corea del Norte, o
incluso en una pseudo-democracia como Venezuela, soñaría con vivir en
esas mediocres democracias que tanto desprecio nos inspira a los que
vivimos en ellas".

"¿Cuáles son los límites entre la democracia y la dictadura?" le ha
preguntado un espectador venezolano a Mario Vargas Llosa.

"Por muy pobre y mediocre que nos parezca la democracia, es un
privilegio extraordinario que hay que defender y desde luego hacer todo
lo posible por corregir y mejorar." Es la conclusión a la que ha llegado
el escritor peruano tras una larga, contundente, argumentada, brillante
y bonita respuesta, la última de unas conversaciones con el profesor
especialista en Literatura Hispanoamericana Ángel Esteban, en el ciclo
'El intelectual y su memoria', celebradas en el salón de plenos del
Complejo Administrativo del Triunfo de la Universidad de Granada. Estaba
lleno.

"Quien vive en una dictadura no necesita ninguna teoría para
entenderla, sabe perfectamente lo que es: no hay libertad de prensa,
sino que ésta no es más que un vocero del gobierno, con las verdades que
le interesan; no hay partidos políticos; las elecciones son una farsa;
no hay libertad para salir, viajar, pedir pasaporte", ha comenzado
Vargas Llosa, nominado al premio Nobel de Literatura, para resolver la
cuestión planteada.

"Es curioso -ha reflexionado- porque debería ser lo mismo para la
democracia. Quienes tenemos la suerte de vivir en democracia debe ser
consciente del privilegio que tenemos, y sin embargo no ocurre
necesariamente así".

"Otra gran paradoja es que en las democracias, cuando una inmensa
mayoría no es consciente del enorme privilegio que supone vivir en
ellas, lleva a que haya ese absentismo electoral tan extraordinario y
que tanto caracteriza a la democracia, incluso a la más avanzada", ha
añadido.

Esto hace que, en su opinión, la política se considere algo "sucio,
inmoral, del que uno se ve alejado". "Es la tendencia, una realidad de
nuestro tiempo. Y la razón por la que las democracias son tan mediocres,
inspiran tan poco entusiasmo, es porque gozamos de unos privilegios que
ignoramos", argumenta.

Y sin embargo, advierte de que "cualquiera que viva en una dictadura, en
Cuba, Corea del Norte, o incluso en una pseudodemocracia como Venezuela,
soñarían con vivir en esas mediocres democracias que tanto desprecio nos
inspira a los que vivimos en ellas".

De hecho, y para contestar a la pregunta, considera que "estamos a mucha
distancia entre lo que tenemos y vivir en un país donde no sabes si
mañana vas a dormir en tu casa o en una cárcel".

Instó a "luchar contra las dictaduras", lo que "no significa cruzarse de
brazos cuando uno tiene el privilegio de vivir en una democracia, para
no dejar que se pudra y se corrompa como está ocurriendo, en gran parte
por la falta de participación".

Por ello, advirtió de que "hay que hacer ver a los jóvenes que la
política no tiene por qué ser algo sucio, sino que puede ser algo
tremendamente idealista, que evoca, que puede transformar a mejor algo
que anda mediocre".

En su opinión, los jóvenes españoles están "desencantados" con la
política, y "deberían" compararse con sus iguales de hace 30 o 40 años.
Relata que cuando llegó a España en 1958, se encontró con un país "del
tercer mundo", que "se parecía mucho a los latinoamericanos: había una
dictadura, se vivía en un mundo de fantasmas, de fantasía, etc., toda la
vida estaba organizada en función de un sistema", describe.

La transformación ha sido "extraordinaria", al adaptarse tan
"rápidamente" a una democracia moderna, integrarse en Europa y progresar
económicamente.

Defendió que la democracia es "el único sistema que crea realmente unas
relaciones humanas entre la gente, lo único que es perceptible, la
dictaduras no lo son. Tiene una elasticidad y una porosidad que permiten
ver cuando algo va mal, es lo que hace que la vida sea vivible. Sin
inseguridad, frustración..."

Consideró que "no hay nada que corrompa más al ser humano que una
dictadura", porque "acostumbra a las mentiras", algo que, al final, es
"un lastre que tarda muchísimo en corregirse".

Como ejemplo, el escritor peruano destacó la "tragedia" de
Latinoamérica, por haber vivido siempre en largas dictaduras y luego en
democracias "tan frágiles y precarias, que se desploman fácilmente",
porque la primeras "las tienen infectadas, y a la vida política y a los
gobiernos, corrompidos".

De esta forma, las experiencias sociales traumáticas que vive una
sociedad se convierte en un "estímulo" para la creación literaria "una
vez que pasan a ser memoria o historia", pero mientras se viven, están
cercanas, "no es estimulante".

Vargas Llosa recordó los acontecimientos de los años 80 en su país
cuando la organización Sendero luminoso declaró una guerra terrorista,
cuyo resultado fue "atroz": cerca de 60.000 asesinatos en 10 años,
destrucción de infraestructuras como carreteras, centrales eléctricas,
empresas, etc., resumió. "Perú retrocedió económicamente 20 años, además
de lo que significó de sufrimiento humano sobre todo en las regiones más
desvalidas, en las poblaciones que vivían cerca de la montaña...
desaparecieron aldeas por la migración de campesinos a la ciudad para
huir del terror".

Un conflicto que ha dejado un "trauma muy presente" en la vida peruana:
" Aquí la literatura empieza a producir su propia visión, destacando
determinados aspectos, y por eso hay una narrativa muy importante que
tiene el fenómeno del terror como eje."

Preguntado por su experiencia personal como escritor, Vargas Llosa
reconoce que nunca pensó que tendría un editor, sino que "tendría que
pagar la publicación de mis libros y regalarlos a mi familia y amigos".
Por eso "aún hoy me parece un sueño: poder dedicar mi vida a algo que me
gusta. No pensé que esto podría ocurrir y ocurrió".

Circunstancia que considera de haber tenido "mucha suerte", ya que esto
"no ocurre a todos los escritores, porque algunos no son descubiertos".
Lo que no quiere decir, opina, que la vocación debe convertirse en un
"premio" para quien ama la literatura, "no para tener éxito sino para
vivir de acuerdo con lo es que su anhelo más personal y profundo. Cuando
esto ocurre, rinde mejor, todo el talento se vuelva en la literatura".

El autor de 'La fiesta del Chivo' será investido mañana Honoris Causa
por la UGR.
Granada Digital (23 June 2009)
http://www.granadadigital.com/index.php/universidad/9-general/153883-maria-gracia-lopez

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