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PEDRO RODRÍGUEZ | WASHINGTON
Durante 37 años trabajó en la cúpula de la Organización de Estados
Americanos. Quizá es la persona que más sabe sobre Cuba y la OEA, cuando
ambos temas convergen esta semana.
-¿Qué perspectivas ve para el retorno de Cuba a la OEA?
-Es una cuestión obviamente política que posiblemente se decida en la
Asamblea General de San Pedro Sula (Honduras). Hay una opinión
mayoritaria entre los países miembros para derogar la resolución de 1962
que excluyó a Cuba de su participación en los órganos del Sistema
Interamericano. Se está diciendo que esa resolución es anacrónica, con
referencias a la penetración comunista y al alineamiento de Fidel Castro
al bloque chino-soviético. Pero también hay quien dice que aún resulta
más anacrónico el régimen castrista.
-Dentro de este debate ¿cuál es el papel de Estados Unidos?
-EE.UU. se encuentra a punto de quedarse como el único país del
hemisferio sin relaciones diplomáticas con Cuba, porque El Salvador
acaba de anunciar su intención de establecerlas. Realmente todo el
debate sobre el retorno de Cuba a la OEA es sólo cuestión de
condiciones. La posición de EE.UU. y otros pocos países es que el
gobierno cubano debe manifestar de alguna forma su adhesión a los
principios democráticos de la OEA. Las posiciones más extremas insisten
en que la resolución del 62 debe derogarse sin condiciones de ninguna
especie.
-En cualquier caso, el régimen cubano ha reiterado que no le interesa la
OEA.
-Pienso que al gobierno actual de Cuba no le ofrece mayores ventajas.
Por ejemplo se quedaría sin excusas para rechazar los informes de la OEA
sobre violaciones de derechos humanos. Derogar la resolución de 1962
sería una victoria diplomática para Cuba. Pero después no veo el interés
en regresar, ocupar la silla, pagar la cuota y someterse a todas las
reglas aceptadas por los Estados miembros.
-Pero a Cuba sí le interesaría la ayuda del Banco Interamericano de
Desarrollo, parte del llamado Sistema Interamericano.
-Eso sí, La Habana busca todas las posibles fuentes de financiamiento.
Cuba debe en torno a 29.000 millones de dólares al Club de París, con
muy pocas esperanzas de pago. Y hay que recordar que el convenio
constitutivo del Banco Interamericano de Desarrollo entró en vigor en
diciembre de 1959, con el gobierno de Fidel Castro en el poder y la
correspondiente asignación de acciones que Cuba nunca llegó a suscribir.
-¿Cómo pueden ser las nuevas relaciones de EE.UU. y Cuba?
-Con el gobierno de Obama se abre una posibilidad de algún tipo de
cambio. Por EE.UU. hay una disposición de ensayar algo nuevo con
respecto a Cuba. No estoy tan seguro de que exista una disposición
similar por parte de Cuba porque el poder esté ahora ocupado por Raúl
Castro y no Fidel. A mi modo de ver, el régimen cubano es el mismo. Pero
no hay que descartar que le interese algún acercamiento.
-¿Qué valor otorga al diálogo bilateral ya aceptado?
-Hay que recordar que estas conversaciones sobre temas específicos
existieron anteriormente. Hay cuestiones de interés común, empezando
porque ambos países se han declarado partidarios de controlar la salida
de cubanos con destino a EE.UU.
-¿Qué futuro ve al embargo comercial que EE.UU. impone a Cuba desde hace
casi medio siglo?
-Hay una gran presión del sector empresarial americano que ha obtenido
resultados con un aumento significativo de las exportaciones de
alimentos. Pero el problema básico del gobierno de Cuba no es que
carezca de fuentes de abastecimiento. La clave para el régimen es tener
acceso al mercado estadounidense en base al crédito. Porque Cuba se
enfrenta a problemas de liquidez, merma de los ingresos de turismo y la
perspectiva de que bajen las ayudas de Venezuela por la caída de los
ingresos petroleros
«El retorno de Cuba a la OEA es sólo cuestión de condiciones» -
Internacional_Iberoamerica - Internacional - ABC.es (3 June 2009)
http://www.abc.es/20090603/internacional-iberoamerica/retorno-cuba-solo-cuestion-20090603.html
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