Cuba: miseria económica y pérdida de soberanía
"...Cuba tenía el ingreso más alto de Latinoamérica cuando Castro subió
al poder en 1959. Con el marxismo, la economía cubana se volvió
inviable. Fidel Castro era muy macho y muy mandón hacia adentro, para
someter a los cubanos con los fusiles rusos. Pero era servil hacia
fuera, haciéndole los mandados a la Unión Soviética..."
Manuel Hinds
28 de junio de 2009
Con la tímida apertura que Raúl Castro ha inaugurado en Cuba, algunas
estadísticas sobre el comportamiento de la economía del país se han ido
filtrando, poco a poco. Son escasas y atrasadas, pero dan una idea de lo
que hay adentro de la isla. Lo que pintan no es muy agradable.
Mientras que las estadísticas reflejan un crecimiento similar al del
resto de la América Latina en los primeros treinta años del régimen de
Castro, todas ellas pintan un colapso alrededor de 1990, que marca el
momento en el que la Unión Soviética desapareció y dejó de sostener a
Cuba. Ese colapso y la trayectoria posterior de la economía cubana
muestran muy claramente que en esas primeras tres décadas de Castro el
país dependía totalmente de la ayuda soviética, de tal manera que al
desaparecer ésta, la economía cubana cayó en un bache permanente del que
nunca más ha salido.
Consideremos las exportaciones cubanas y comparemos con las de El
Salvador desde 1960, el año siguiente del ascenso de Fidel Castro. En
los primeros años, hasta llegar a 1979, los crecimientos de las
exportaciones de los dos países se mantuvieron bastante cerca. De esa
fecha a 1992, Cuba tomó ventaja por la guerra en El Salvador. Pero a
principios de los noventa la caída de la Unión Soviética causó dos
eventos relacionados: el fin del apoyo soviético a Cuba, que luego llevó
a la terminación de la guerra en El Salvador.
El Salvador despegó mientas Cuba se fue al piso nuevamente, y se quedó
allí hasta ahora. Para 2007, Cuba exportaba 5 veces y El Salvador 35
veces lo que habían exportado en 1960.
Todas las estadísticas disponibles muestran esta realidad tan
deprimente. Lo mismo ha pasado con un indicador que refleja muy
cercanamente el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB, la
producción total de un país): la producción de energía eléctrica. En
ella también hubo un colapso a principios de los noventa, mientras la
producción en El Salvador subía exponencialmente. Para 2006, Cuba
producía 3 veces la electricidad que producía en 1971; El Salvador 7,5
veces.
Esta es una desgracia para el pueblo cubano, que era el que tenía el
ingreso más alto de Latinoamérica cuando Castro subió al poder en 1959.
Con el marxismo, la economía cubana se volvió inviable. O se consigue un
tío rico, que la mantenga, o se estanca y declina miserablemente. El
precio de tener un tío rico es vender la soberanía del país, convertir a
su gobierno en un mandadero sobalevas de un régimen extranjero.
Fidel Castro era muy macho y muy mandón hacia adentro, para someter a
los cubanos con los fusiles rusos. Pero era servil hacia fuera,
haciéndole los mandados a la Unión Soviética, que tenía mucho dinero
porque, igual que Rusia ahora, no era un productor industrial eficiente
pero tenía la suerte de tener petróleo, gas y otros productos mineros,
que era lo que exportaba.
En los últimos años el régimen cubano se ha conseguido otro tío rico, a
quien también hace los mandados: la Venezuela de Chávez. Es menos rico y
por tanto menos poderoso de lo que era la Unión Soviética, por lo que
puede ofrecer menos por la servidumbre de Cuba. Pero, después de tantos
años de declinación, el precio del orgullo de Cuba también había bajado.
Antes, la Unión Soviética daba lo necesario para mantener a Cuba al
nivel de Latinoamérica. Ahora el país se vende por unos barriles de
petróleo.
Fuente: Cato Institute
Cuba: miseria económica y pérdida de soberanía - EDE (28 June 2009)
http://www.eldiarioexterior.com/noticia.asp?idarticulo=31897
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