Tuesday, May 26, 2009

Abanicos y lámparas

RAUL RIVERO
Abanicos y lámparas
25.05.2009

LOS CUBANOS de bicicleta y cartilla de racionamiento piensan que los
fervorosos amigos extranjeros del socialismo tropical necesitan una
estancia de siete días en un solar de La Habana. Una semana en pleno
agosto. Sin electricidad, sin teléfono y sin fe. Es decir, sin familiar
en el extranjero que les haga llegar unos euros o un manojo de dólares.

Este verano, que ya empezó a incendiar las guardarrayas y los montes
altos, y que al mediodía da fiebre de cuarenta, es un buen momento para
organizar una de esas mansiones a los viajeros de ultramar. Ésa es la
mejor forma de realizar el sueño de quemarse en el proceso.

Ahora es la época ideal para meditar sobre la libertad y la vida en
medio de las noches en las que los ventiladores son sueños recurrentes y
las sombras de la gente caminan por el techo al vaivén de las llamas de
los quinqués y las chismosas de queroseno. Café tostado con guisantes y
agua tibia refrescarán las pausas de la conversación.

Es un momento de primera. Bajo un Gobierno que no ha sabido administrar
ni distribuir los recursos y la riqueza del país. Con apagones
programados como castigo a los derrochadores. Y una dramática consigna
revolucionaria en los discursos de los funcionarios y en los panfletos
oficiales: «ahorro o muerte».

Es verdad que es menos heroica, rebaja el tono de los himnos y hace
descender las banderolas, pero no deja de ser un instrumento de combate.
Un fenómeno que los teóricos criollos y los invitados pueden incluir en
la agenda del simposio convocado por los cubanos de a pie para cualquier
cuartería habanera.

Que se hable allí del desabastecimiento, la ruina de la agricultura y
del comercio, los servicios y la falta de dólares. Que se pregunte en
esos sitios sobre el acoso a quienes tratan de abrir un brecha para
llevar alimentos a su casa. Que se interesen por el porvenir en el que
lo único seguro son siete huracanes anunciados para la temporada.

Un minuto para estos otros temas: las remesas del extranjero han
disminuido; Barack Obama no tiene traductor para el panteón yoruba; y se
derrumbaron los ingresos por el petróleo en Venezuela.

No se les dará a esos huéspedes soñados por la infantería una lista con
los 205 presos políticos del régimen. Ni se les hablará de represión,
libertad de prensa o derechos humanos. Se trata de vivir unas horas (con
posibilidad de renunciar al juego) en lo profundo de la dictadura que
ellos defienden, seguros y libres, desde lejos.

Abanicos y lámparas | Opinión | elmundo.es (26 May 2009)

http://www.elmundo.es/opinion/columnas/raul-rivero/2009/05/15176259.html

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