Sunday, February 01, 2009

Las «castraciones» de 50 años de revolución cubana

Las «castraciones» de 50 años de revolución cubana, según Amat
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Jueves, 29-01-09
SERGI DORIA

BARCELONA. Lo iba a llamar «Postals de l´Havana» pero, tras un viaje a
la isla del Coma-Andante, Teresa Amat bautizó su crónica como
«Castracions». Con voluntad divulgativa y argumentario políticamente
incorrecto, Amat deconstruye las hagiografías de la Revolución, tan
habituales en la intelectualidad «progre» y la farándula de este país.
Del burdel de Estados Unidos a burdel para un turismo de medio pelo que
persiguen jineteras y jineteros. Medio siglo de castrismo ha convertido
una de las sociedades más avanzadas de Latinoamérica en un campo de
concentración tropical. El hambre agudiza el ingenio y los cubanos,
apunta Amat, «se las componen para poder conseguir una computadora,
normalmente un PC recicladísimo obtenido en el mercado negro». El
Régimen es un tiránico patrono que cobra en dólares y euros de sus
empresas mixtas y paga salarios irrisorios en pesos cubanos a los
trabajadores. La autora de «Castracions» (Proa) subraya la paradoja:
«Curiosamente, el sistema que "sólo" pretendía universalizar el derecho
a tener cubiertas las necesidades básicas resulta que ha universalizado
la miseria».
Cotejando bibliografía y cibergrafía, Amat cuantifica y califica la
siniestra estafa revolucionaria, jaleada por unos compañeros de viaje
inasequibles al desaliento. Lo que se presentó como última utopía del
siglo XX, tras el fiasco de la Revolución Soviética es puro
totalitarismo, un germen ya latente en los orígenes del castrismo. La
Cuba actual padece «castroenteritis aguda». Un pueblo rehén de los
temibles Comités de Defensa de la Revolución, enganchado a consignas tan
sobadas como su cartilla de racionamiento: «Que el gobierno te llegue a
planificar la dieta debe ser muy revolucionario», ironiza Amat, «pero si
además esta dieta es escasa, deficiente y malsana, lo más apropiado es
calificarlo de criminal. Sobre todo, cuando se debe a la incapacidad y
enrocamiento de posturas políticas irracionales que se pretenden
enmascarar echando la culpa a enemigos imaginarios, algo que resulta
además muy rentable».
La crónica incómoda de la autora catalana se cierra con unas semblanzas
demoledoras de «compañeros de viaje» que mitificaron a Castro y al Che
que fotografió Korda: de Sartre a García Márquez, pasando por Cortázar,
Debray, el editor Barral o Vázquez Montalbán. Sus visiones del castrismo
componen para Amat, «la foto fija de la utopía, el auténtico inmovilismo
en estado puro».

http://www.abc.es/20090129/catalunya-catalunya/castraciones-anos-revolucion-cubana-20090129.html

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