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Domingo, 28-12-08
Hace medio siglo se formaban colas ante el consulado de Cuba en Roma.
Ciudadanos italianos buscaban la oportunidad de una vida mejor en la
Cuba dictatorial de Fulgencio Batista. Cincuenta años después, si los
cubanos tuviesen hoy la mitad de las facilidades que tenían los
italianos en 1958 para emigrar a Cuba, la isla estaría vacía. Hace
décadas que Cuba no recibe más influjo masivo de personas que el de los
turistas que quieren disfrutar de su privilegiado clima ignorando la
realidad que asola a la isla. Y medio siglo después, el mismo apellido,
Castro, sigue rigiendo los destinos de lo que hoy es una de las más
abyectas tiranías del mundo. Durante décadas hemos escuchado la
cantilena del sistema educativo cubano, mientras el país perdía grados
cada año en el escalafón del progreso y la renta per cápita.
Hemos escuchado loas al sistema sanitario cubano hasta que fueron
cercenadas cuando hubo que recurrir a un médico del Sistema Madrileño de
Salud para salvar la vida del dictador. Hemos visto a Cuba intentando
exportar su revolución hasta que la infértil agitación del marxismo
caribeño demostró que nada era lo que podía aportar a terceros. Y, de
pronto, la revolución exportable se hubo de convertir en receptora de
cualquier ayuda. Como la del compañero Hugo Chávez o la de -ironías de
la Historia- la cara del capitalismo peor entendido: la de la Rusia de
Vladimir Putin. Medio siglo de revolución en Cuba que se resume en
hambre, pobreza y miseria.
http://www.abc.es/20081228/opinion-editorial/cuba-medio-siglo-miseria-20081228.html
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