Tuesday, October 14, 2008

Cómo se vota en Cuba?

¿Cómo se vota en Cuba?

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Si elegir a un nuevo Sumo
Pontífice no es tan complicado, menos aún ha sido elegir en Cuba al
mismo candidato a la presidencia durante cincuenta años.

Cuando muere un Papa, tanto el camarlengo, como 120 cardenales menores
de ochenta años de edad, con derecho al voto, participan del proceso
electoral, vigilados mediante sorteo por tres asistentes de los
cardenales, renovados cada tres días.

En Cuba todo es mucho más sencillo. Dos niños de pie custodian y vigilan
las urnas, o por lo menos, hacen como si las vigilaran. Se dice que el
pueblo postula y elige a sus representantes, pero en realidad no es así.
El pueblo se compone de millones de seres humanos, muchos de ellos
indiferentes, disidentes, ex balseros, ganadores de la lotería de visas
de EUA, retrasados mentales, opositores, etc., y aquellos que postulan y
eligen en sus respectivos barrios son los incondicionales del gobierno,
los favorecidos y comprometidos hasta los cartílagos, esos que cada día
son menos y que en muchos casos padecen de esa enfermedad propia de las
dictaduras: el miedo.

Como las elecciones son financiadas, organizadas y controladas por el
Estado, es el jefe de Estado quien obtiene siempre los votos requeridos
por aquellos que representan a los incondicionales, favorecidos y
comprometidos hasta la médula y que siempre son los mismos: viejos
generales, viejos ministros, viejos combatientes, en su gran mayoría
cercanos a los ochenta años, que componen la nomenclatura.

El actual sistema electoral cubano es ideal para las dictaduras. No es
que casualmente le venga como anillo al dedo, sino que ha sido concebido
tal y como las tiranías requieren. En 1954 el dictador Batista quiso
poner en práctica algo parecido. El único candidato opositor que se
prestó al juego se retiró a última hora y Batista ganó las elecciones.

En Cuba, valga la aclaración, los procesos electorales se realizan tan
fácilmente como el cepillado de los dientes. Nada de partidos opositores
o disidentes propuestos en las asambleas de barrio donde se eligen a los
representantes. Eso complicaría la cosa, sobre todo a la hora de
controlar dichas asambleas por los miembros de la policía política.
No he querido decir, aclaro, que la elección del Papa se parezca a la
elección de un dictador. Ni remotamente he pensado eso. Los cardenales
votan por escrito y en secreto, reunidos en el Vaticano; en Cuba los más
favorecidos por el gobierno cubano se reúnen en el Palacio de las
Convenciones y a mano limpia, bien levantada, sin secretos, votan por la
continuidad del jefe de Estado.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/oct08/14_C_2.html

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