Sunday, July 27, 2008

OTRO 26 DE JULIO: UNA MIRADA ARITMÉTICA

OTRO 26 DE JULIO: UNA MIRADA ARITMÉTICA
2008-07-27.
Oscar Peña

No hay que ser aquel ilustre matemático Isaac Newton para sacar la
cuenta que Cuba en estos 50 años –con excepción de instalar
permanentemente la atención básica de la salud pública y la educación en
todos los rincones del país- se han tenido más retrocesos que adelantos.
Lo admito con profundo dolor y sin el más mínimo regocijo.

Cuanto no desearía que fuera todo lo contrario. Solo un irresponsable y
una persona de malos sentimientos desearía tanta frustración para su
casa nacional y para sus millones de compatriotas. Más de tres
generaciones se han desgastado inútilmente en sacrificios, sueños rotos,
y hasta la vida pensando que estaban construyendo un paraíso en la
tierra. La intención no era mala.

Hoy la desidia es nacional, pero ayer hombres, mujeres, ancianos y niños
trabajaban gratuitamente 15 y 18 horas diarias, incluyendo sábados y
domingos, y haciendo guardias de noche. Más que miedo en la resignación
del pueblo cubano de la isla influyó el hecho que el cubano ha sido
siempre un pueblo extremadamente generoso, confiado y fantasioso. Las
grandes mayorías se entregaron, creyeron en una utopía.

Este medio siglo ha sido un largo y muy lamentable accidente de la
nación cubana. Era Cuba uno de los pocos países de nuestro hemisferio
que no necesitaba una revolución extremista. Existían problemas, pero no
se agotaron las vías ciudadanas y civiles para resolverlos.

Si en la pobre y llena de desigualdades América Latina Cuba tenía en
1958 una ascendente posición, que del 1 al 10 podríamos calificar de un
7 subiendo, y hoy ha bajado a 3, solo por alimentar los caprichos y las
ansias desmedidas de poder de Fidel Castro al querer a cualquier precio
ser una figura gigante de relieve internacional, debíamos los cubanos
para evolucionar -y que no nos suceda más- admitir y reconocer como
pueblo nuestra debilidad ciudadana: nos dejamos usar como escalón y base
para que un enfermo de egocentrismo fijara su nombre en el Larousee de
historia. Estos 50 años también son culpa de todos.

Debemos entender los que nos pasó. No es solo un mal cubano, es un mal
mundial. El mundo se basa más en las personalidades que en las leyes, el
consenso y las instituciones. Nunca he entendido porque tiene más
penetración, pegamento y fuerza en las poblaciones de todos los países
la palabra bonita, dulce y engañosa, que la honesta sin adornos.

Definitivamente hay un feo dictamen: el mundo está a merced de los
embusteros, de los profesionales de la mentira y la hipnotización
política. Estamos atrapados por impactos, superficialidades y acciones
política para paparrazis. Así ha pasado en Cuba, así sucede en todos los
países y salones mundiales. Es un defecto global.

En Cuba tuve el alto honor de recibir en mi casa frecuentes visitas del
legendario patriota y luchador cubano contra dictaduras y destacado
activista Gustavo Arcos Bergnes. Él era el principal, y yo uno de los
Vice- Presidentes del Comité Cubano Pro Derechos Humanos de Cuba,
primera organización disidente, contestataria y defensora de los
derechos humanos dentro de Cuba, en aquellos iniciales y muy difíciles
momentos cuando no existían cámaras de TV extranjeras, cuando no había
ayuda monetaria, cuando los hermanos del exilio no entendían el realismo
cubano, cuando no existían premios internacionales, y cuando los pocos
corresponsales extranjeros en la isla tenían más miedo que los cubanos a
divulgar las noticias y denuncias; y cuando Fidel Castro podía expresar
una de sus pocas verdades (ya hoy no es así): "esa contrarrevolución de
los derechos humanos caben todos en un sofá". Tristemente dentro y fuera
de Cuba muy pocos reconocen aquellos sacrificios y el valor de aquellos
primeros activistas. La historia muchas veces es ingrata.

Gustavo Arcos había sido el 26 de Julio de 1953, junto a Fidel Castro,
uno de los principales asaltantes del Cuartel Moncada. Fidel lo
seleccionó para ir junto a él en el mismo auto que salió de la granja
Siboney hacia la fortaleza militar de Santiago de Cuba. En todos los
bandos se detectaba que era un hombre íntegro y de valor. Su hermano
Luís fue uno de los expedicionarios del Granma que fue muerto a la hora
del desembarco en Alegría de Pió por las tropas de Batista.

Nunca se aprovechó –como hicieron otros- de sus grandes méritos
personales y de tener un hermano mártir de la revolución. Un día me dijo
que más que la propuesta de estrechar relaciones de trabajo conmigo y
otros conocidos activistas que le trasmitió Ricardo Bofill, el pionero
de los Derechos Humanos de Cuba al ser obligado al salir del país, fue
la magia del contacto y la amistad sincera la que estrechó lazos
verdaderos entre nosotros. Habíamos coincidido en los años 80 presos en
el Combinado del Este con él, su otro hermano Sebastián y Tansito, el
sobrino, ambos también destacados activistas anti-castristas.

Fue sobre la base de una gran amistad, confianza y respeto mutuo que
llegamos a tener Arcos Bergnes y el que suscribe, que un día tuve el
atrevimiento de expresarle en mi casa: "Gustavo –pensándolo bien- tú
eres parte del terrorismo en Cuba, te brindaste para formar parte de los
que atacaron la madrugada del 26 de Julio de 1953 un cuartel militar que
estaba durmiendo. De un mal mediano del país, fuistes fabricante de lo
que es hoy un mal gigante…"

Atención con esta respuesta. Solo un hombre sincero, es capaz de
expresar lo siguiente: "Mi querido amigo Oscar, admito lo que dices,
cometí un grave error. Me traicionó la juventud y el profundo deseo de
mejorar la patria, pero estoy seguro que si en 1953 tu tienes 20 años
como tenía yo, y sufres el Golpe de Estado del 10 de Marzo que dio
Fulgencio Batista elevando a su grado más alto la frustración y el
descontento popular, y sufres la cobarde vacilación de los partidos
políticos y los líderes de más prestigio de Cuba en aquellos momentos, y
de pronto en ese desierto cubano de desilusión se aparece Fidel Castro
–hoy comprendo que es el mejor vendedor del mundo, y el verdadero
fullero de Cuba- y te pone el brazo por encima y te invita a salvar la
patria, estoy seguro que también Oscar Peña hubiera caído en la trampa.
Después –ya tarde- percibí que la lucha era por su ego, no por la
patria, nos había engañado a todos…"

Conózcase con este lamentable testimonio real la existencia de un
defecto cubano que llevó a Cuba a la trágica situación de hoy:
superficialidad. La revolución no solo fue traicionada por Fidel Castro,
también los que se sumaron y la apoyaron tuvieron altas dosis -no me
refiero a sus buenas intenciones- de superficialidad y ligereza al no
detectar a un timador, a un domador de serpientes, y entregarse a una
estafa.

Eso le pasó a los comandantes Pedro Luís Díaz Lanz, Hubert Matos,
Humberto Sori Marín, Mario Chanes de Armas, Eloy Gutiérrez Menoyo,
Eusebio Peñalver, Orlando Bosh, Luís Posada Carriles, Jesús Gómez
Calzadilla, Carlos Franqui, Pardo Llada, Max Lesnik,Nazario Sargent,
Rafael del Pino, José Quevedo Pérez,y a otros muchos.

Le sucedió al pueblo cubano. Todos -auténticos, batistianos y
fidelistas- hicimos daño a Cuba. Ojalá el sucesor Raúl Castro hoy en
Santiago de Cuba de alguna forma diferente a la de su hermano, sepa
"ponerle el brazo por encima" a todos los cubanos y expresarle con
honestidad "la embarramos". Es necesario entre todos reconstruir hoy a
Cuba. Espero por Raúl. Ojalá no sea otro sueño roto.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=16395

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