Sunday, July 20, 2008

Las 'vacaciones' cubanas de Gabo

Las 'vacaciones' cubanas de Gabo
Lo que iban a ser para García Márquez unos días tranquilos de descanso
en Cuba se convirtieron en una vorágine tras la liberación de Ingrid
Betancourt

MAURICIO VICENT - La Habana - 19/07/2008

Cada vez que Gabriel García Márquez visita Cuba fuera de temporada
ocurre algo. Fuera de temporada, desde hace 22 años, significa cualquier
otro mes que no sea diciembre; desde 1986, cuando en vísperas de Navidad
el premio Nobel y Fidel Castro fundaron la Escuela Internacional de Cine
de San Antonio de los Baños, Gabo aparece siempre en La Habana por esas
fechas a impartir su taller de guión Cómo se cuenta cuento. La última
vez que llegó en otro momento fue en marzo de 2007, cuando muchos
suponían al líder cubano al borde de la muerte. García Márquez se reunió
entonces con Fidel durante varias horas, y la foto de aquel encuentro
dio la vuelta al mundo. En esta ocasión lo que debían ser unas
tranquilas vacaciones de verano junto a su esposa Mercedes se
transformaron en un endiablado remolino de noticias: la bomba esta vez
fue la liberación de Ingrid Betancourt.

"Estábamos comiendo y sonó el teléfono. Era la secretaria de Gabo desde
Bogota", cuenta Mercedes. "De ahí saltamos al televisor y no nos
despegamos en dos días", completa él. Ambos vivieron por la CNN cada
acontecimiento, todo un vértigo: la llegada a Bogota, la rueda de prensa
con Uribe, el reencuentro con sus hijos, la llegada a París... Y
después, los increíbles detalles del rescate. "Fue todo como en una
película. Si yo escribo algo así, nadie lo creería", dice Gabo.

Uno pasaba aquellos días por su casa de La Habana y todo estaba en
función de la noticia. Llamaba gente para felicitarles. Recibían visitas
de amigos de siempre, y las preguntas se sucedían... ¿Qué pasará ahora
con las FARC? ¿Comenzará un nuevo momento para Colombia? "Si me
preguntas dentro de un mes te respondo". ¿Y el futuro de Ingrid? "Ingrid
vale mucho; y ahora puede hacer lo que se le de la gana". Las respuestas
de García Márquez no eran evasivas sino prudentes, y cargadas de un
optimismo cauteloso. "Creo que esto puede ser el principio de algo. Pero
hay que esperar", dijo un día.

Gabo llegó a La Habana el 17 de junio y tenía un plan "tranquilo", como
siempre. Visito la Escuela de Cine de San Antonio, donde sus talleres de
guión son como una Biblia. Compartió cenas con viejos amigos y
diplomáticos, como el embajador de España en La Habana, Carlos Alonso
Zaldívar, y su esposa Fefa, en una velada en la que el tema de
conversación fue la vida y obra del pintor Miquel Barceló. Otra mañana
García Márquez y Mercedes fueron a ver al poeta Angel Augier, quien les
obsequió la poesía completa de Enrique Loynaz, el amigo y anfitrión de
Federico García Lorca cuando este visitó La Habana en el otoño de 1929.

Claro, Gabo no sería Gabo sin algo de política. Durante su estancia en
La Habana, compartió en varias ocasiones con Raúl Castro, presidente de
Cuba desde el pasado 24 de febrero, a quién le une una vieja amistad. Ni
una palabra en la prensa. Hasta el 9 de julio, pocos eran los que sabían
que se encontraban en La Habana y nada se hubiera publicado de su visita
a no ser por Fidel Castro. El 8 de julio, el ex mandatario los invitó a
reunirse con él en el lugar donde convalece y allí hablaron durante casi
seis horas. Al día siguiente, Castro publicó un artículo contando el
encuentro con lujo de detalles. "He pasado las horas más agradables
desde que enfermé hace casi dos años", escribió.

"Se acabaron las vacaciones y el anonimato", comentó Gabo al día siguiente.

En cinco horas y media se conversa de muchas cosas, y por supuesto
también de Ingrid Betancourt. "Se lo sabía todo", asegura García
Márquez. Un detalle: Castro está leyendo el libro Siete años
secuestrado, del ex senador colombiano Luís Eladio Pérez, liberado en
febrero por las FARC. "La verdad, me sorprendió: Fidel está más lúcido
que nunca, lo he visto física e intelectualmente muy bien, acordándose
del más mínimo detalle". Cuando llevaban dos horas charlando, Fidel los
invitó a quedarse a comer. Era la primera vez que Castro compartía mesa
y mantel con un visitante desde que cayó enfermo. Comieron al aire
libre. Ellos tomaron un sopón que en Cuba llaman ajiaco, y pollo de
segundo; él su exiguo menú de dieta, aunque eso si, "con una copita de
vino", cuenta el escritor. En su artículo Castro lo relata así: "ellos
almorzaron lo suyo, y por mi parte cumplí la dieta disciplinadamente,
sin salirme un ápice, no para añadir años a la vida, sino productividad
a las horas".

Parece confirmarse que queda Fidel para un buen rato, con todo lo que
ello implica. "Aunque a nuestra edad nunca se sabe", apostilla el
escritor, de 81 años, los mismos que tiene Castro. Fue un día de
recuerdos. Entre ellos, el de la tarde que Gabo le 'salvó' la vida
durante la IV cumbre de presidentes iberoamericanos de Cartagena de
Indias, en 1994. Había un paseo en coche de caballos y el equipo de
seguridad de Fidel esperaba un atentado. "Fidel me llamo y me dijo, sí
tu vienes conmigo no nos dispararán. Y yo subí".

Dos años después de aquella cumbre, García Márquez escribió el libro
'Noticia de un secuestro', basado en la historia del secuestro de diez
personas por Pablo Escobar. Gabo se enteró después de que Escobar lo
quiso secuestrar a él para que escribiera de su vida. Por suerte se
arrepintió: "Pues no, como vamos a asustar así al maestro", le dijeron
que dijo el capo. Mientras estos recuerdos van y vienen, la televisión
da dos noticias: algo sobre Ingrid y una información de su encuentro con
Fidel. Y Gabo bromea: "uno viene aquí fuera de temporada y se convierte
en temporada".

http://www.elpais.com/articulo/cultura/vacaciones/cubanas/Gabo/elpepucul/20080719elpepucul_2/Tes

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