Wednesday, June 04, 2008

Respuestas con prisma local

ALIMENTACIÓN-CUBA:
Respuestas con prisma local
Por Patricia Grogg

SAN JOSÉ DE LAS LAJAS, Cuba, jun (IPS) - Las soluciones al agudo déficit
en la producción de alimentos en Cuba podrían encontrarse en
experiencias locales, cuyo éxito muestra cómo es posible sacar frutos a
la tierra sin depender de los costosos insumos que sostenía al sector
agropecuario hasta fines de los años 80.

La agricultura de esta isla caribeña enfrenta aún las consecuencias de
tres decenios de "revolución verde", marcados por una fuerte
centralización que mantuvo en manos del Estado, durante muchos años, la
mayoría de la superficie cultivable de unas 6,6 millones de hectáreas.

Sin embargo, las autoridades parecen convencidas de la necesidad de
adoptar determinadas transformaciones ante el ascenso de los precios en
el mercado mundial de alimentos, que este año obligará al país a erogar
alrededor de 2.000 millones de dólares.

"Creo que la directiva del país se está acercando más que nunca a que
nosotros podamos descentralizar la agricultura", dijo a IPS Fernando
Funes, coordinador del Proyecto de Agroecología de la Asociación Cubana
de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF).

"El hecho de que se le dé poder a los municipios para que trabajen a
nivel local es una gran cosa", señaló Funes, al referirse a la creación
en abril de las delegaciones municipales del Ministerio de la
Agricultura. Esas estructuras se ocuparán, entre otros asuntos, de
controlar la tenencia de la tierra y fomentar la producción.

Aún 35,8 por ciento de la superficie agrícola de Cuba es de propiedad
estatal, pero de ésta sólo se aprovecha 29,2 por ciento, poco más de la
mitad de lo reportado en tierras no pertenecientes al Estado, según
datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

Son los campesinos privados y las cooperativas de créditos y servicios,
formadas por productores independientes, quienes aprovechan mejor sus
tierras, con índices por encima de 65 por ciento.

"Históricamente, todo se ha llevado a nivel macro y creo que eso ha
traído el fracaso", aseveró a IPS Ania Yong, investigadora del Instituto
Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), quien cree que el origen de las
soluciones del problema alimentario está a nivel local. "El trabajo
local, personalizado, es el que más resultado nos ha dado", apuntó.

Yong es parte del equipo del Programa de Innovación Agraria Local
(PIAL), una iniciativa que hoy favorece a más de 8.000 productores a lo
largo del país.

María Valido, una de las beneficiadas, cuenta cómo la aplicación en su
finca de las curvas de nivel con la hierba king grass (hierba para el
ganado vacuno) y los abonos verdes le han permitido soportar la sequía
de este año.

Algunas familias vecinas en el valle de San Andrés, al oeste de La
Habana, acudieron al pasto de Valido para salvar su ganado.

Mientras, Plácida Aldaz exhibe con orgullo las 225 variedades de
frijoles cosechadas en sus tierras, algunas capaces de producir hasta
100 libras por cada libra sembrada sin usar químicos.

Campesina de La Palma, colindante con San Andrés, Aldaz mantiene junto a
su hermano decenas de variedades de otros cultivos, palmares y ganado.

Valido y Aldaz, insertadas en el PIAL, participaron en el Festival de la
Innovación Agropecuaria Local, celebrado entre el 27 y el 28 de mayo en
el poblado de San José de Las Lajas, al sur de la capital cubana, bajo
el auspicio del INCA.

"En Cuba se ha perdido la cultura agrícola", dijo a IPS Manuel Ponce,
coordinador del Centro Local de Innovación Agropecuaria (CLIA) de la
provincia de La Habana, aledaña a la capital del país. "Los agricultores
se agruparon en comunidades urbanas y sus hijos ya no quieren saber nada
de la tierra", remarcó.

El éxodo acelerado hacia las ciudades fue, en efecto, una de las
consecuencias de la llamada "revolución verde", un sistema de
agricultura intensiva que dejó, según Funes, un millón de hectáreas
afectadas por la salinidad, suelos erosionados, compactados e infértiles
y una "invasión" de malezas como el marabú y el aroma en los campos.

Apenas 24 por ciento de la población cubana vive en zonas rurales.
Además, 43 por ciento del área agrícola sufre de erosión de media a
fuerte, mientras más de 1,2 millones de hectáreas permanecen ociosas,
alrededor de la quinta parte del total, indican datos de la ONE fechados
en diciembre.

Funes es partidario de extender la experiencia de un sistema que conjuga
la agricultura, la ganadería y la silvicultura, con resultados notables
en varias haciendas de la isla. Ese método, atravesado por la
agroecología, depende de bajos insumos, permite una mejor
autosuficiencia y respeta las condiciones ambientales.

Para el especialista, el modelo de "agricultura vertical", que
centralizaba las decisiones o las limitaba a empresas estatales
encargadas de "decir a la gente lo que tiene que hacer", le hizo mucho
daño al sector, pues ignoró el talento de la población.

"Pero no basta con aplicar la agroecología, el hombre de campo tiene que
redimirse y devengar una ganancia significativa para vivir
decorosamente", señaló Funes. "Hay mucha gente que entiende, por
tradición y por conciencia, y quiere quedarse en el campo", dijo.

"Creo que los campesinos deberían participar más en la toma de
decisiones y utilizarse más su caudal de conocimiento", consideró el
experto.

A su vez, Yong, afirmó que algunos de los productores vinculados al PIAL
han comenzado a ocupar posiciones en las estructuras que definen las
políticas agrarias locales. El incremento de la producción y de los
ingresos familiares han sido argumentos fuertes para convencer poco a
poco a las autoridades de la utilidad del programa.

"Hay que fomentar la innovación agropecuaria, repartir más tierras y
darles un poco más de insumos a los campesinos", sostuvo Ponce, también
investigador del INCA. "Creo que, si estas ideas se extienden, se pueden
resolver todos los problemas", aseguró. (FIN/2008)

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=88637

No comments:

Post a Comment