2008-06-02.
Belinda Salas Tapanes, Presidenta de FLAMUR en Cuba, Corresponsal en la
isla de Misceláneas de Cuba
Desde principios de los años noventa que en Cuba fue implantada la doble
moneda, los cubanos han sido relegados a vivir como ciudadanos de
segunda clase en su propio país, marginándolos a visitar lugares
destinados solo para el turismo nacional.
Los centros que ofrecen servicios en moneda nacional son las opciones
más asequibles para aquellos que modestamente un día al mes pueden
frecuentar un lugar y tener un momento de esparcimiento junto a su familia.
Actualmente el nuevo gobierno de Raúl Castro, bajo la imagen de realizar
cambios, en la isla ha levantado determinadas restricciones tales como
el acceso de los cubanos a los hoteles y establecimientos que hasta
ahora solo estaban destinados para los turistas.
Nada más lejos de la verdad cuando del cubano de a pie se trata. Los
ciudadanos continúan soñando con el día que puedan pagar un hotel, pues
los salarios en moneda nacional están muy lejos de sufragar los altos
precios que exige la llamada moneda dura (cuc).
Un incidente ocurrido recientemente en el restauran Rancho Luna, ubicado
en calle L, %17 y 15, en el capitalino municipio el Vedado, llamó la
atención de los allí presentes cuando, una pareja se quejaba del pésimo
servicio ofrecido en este lugar.
El matrimonio en cuestión refirió que había transcurrido una hora 45
minutos desde que ordenaron el almuerzo y que finalmente tuvieron que
abandonar el lugar sin consumir nada. "Lo peor del caso es que recibes
un mal servicio solo porque es moneda nacional; si fuera en divisa no
pasara esto", comentaba la joven pareja.
Los cubanos hemos vivido sin sueños ni esperanzas. Estudio Trabajo y
Fusil, fueron consignas diabólicas que laceraron el espíritu del nativo.
Tomar parte en las problemáticas sociales que nos afectan, tales como
dualidad monetaria y el duro apartheid económico a que estamos
sometidos, representa el futuro que quisiéramos para nosotros mismos y
que nadie tomara decisiones por un pueblo entero, cuando habrá que
contar con todos y cada una de nosotros.
Los cambios que necesitan los cubanos son radicales, tanto en el sector
económico, social y político. No es tiempo de aliviar los males; es
tiempo de erradicarlos definitivamente.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15605
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