Laritza Diversent Cámbara
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - El gobierno cubano en casi
medio siglo de dominio, abusa del ejercicio de la potestad soberana
nacional. Dos acontecimientos relacionados con su política exterior
demuestran la veracidad de esta afirmación. También son ejemplos de los
excesos de los comunistas cubanos.
A mediados de la década de 1970 Cuba emergió del aislamiento
diplomático. En abril de 1975, el gobierno estadounidense, al mando del
presidente Gerald Ford, intentó normalizar las relaciones con Cuba y
eliminar el embargo comercial a la isla, que duraba ya 15 años.
Fidel Castro, por entonces Primer Ministro, viaja a territorio
norteamericano. Reconoce públicamente la necesidad de paz entre ambas
naciones. Sin embargo, fue otra cosa lo que hizo. Dio asistencia militar
al movimiento marxista por la liberación de Angola (MPLA).
Castro dio prioridad a sus guerrilleros en detrimento de una mejora en
las relaciones con EE.UU. Como era de esperarse, el acercamiento entre
ambas naciones se vino abajo. No pensó en lo más beneficioso para la
isla. Tampoco le importaba mucho.
Ni siquiera se tomo el trabajo de preguntar lo que pensaba o quería el
pueblo. Todo lo contrario, se arrogó el derecho de hablar a nombre de
Cuba. Dijo que no aceptábamos condiciones del imperio.
Cuba intervino en conflictos militares en Angola, Congo, Guinea-Bissau,
Somalia, Etiopia, Mozambique y Yemen del Norte. Miles de cubanos
murieron en estas acciones combativas. Otro tanto son mutilados de
guerra. Incluso muchos fueron obligados a participar en estas guerras
absurdas.
Castro obtuvo reconocimiento internacional entre las fuerzas de
izquierda del mundo. El único hombre decidido a enfrentarse a la
potencia más fuerte del orbe. ¿Qué resultados obtuvo el pueblo cubano de
las acciones de sus dirigentes? ¿Mejoro la economía? ¿Hubo progreso y
bienestar? La situación de isla habla por sí sola.
En abril de 2003, el miedo ante una posible conmoción social atacó a los
dirigentes. A la sombra de la guerra en Irak, el gobierno cubano condenó
a largas penas de prisión a 75 disidentes pacíficos y a muerte a tres
jóvenes negros que secuestraron una embarcación para emigrar hacia los
Estados Unidos.
La presión mundial no se hizo esperar. Castro mantuvo inquebrantable su
decisión, aunque le costara el aislamiento internacional. ¿Qué utilidad
reportó a nuestro pueblo el mantenimiento de las viejas estructuras de
poder?
Batista no pudo resistir las presiones con respecto a los asaltantes
del cuartel Moncada. Al cabo de dos años, decretó una amnistía general.
Castro no tuvo misericordia. Eso es ejercer el poder abusivamente.
Actuar en contra de los intereses de la mayoría.
Cualquier mandatario, ante una situación de esta naturaleza aplicaría el
sentido común. Hubiera pensado en los intereses de aquellos que
representa. Ser justo y reconocer errores, no es síntomas de debilidad,
sino una prueba de grandeza.
El costo económico y político que ocasionan los excesos de los
dirigentes de la revolución cubana, son incalculables. En su retórica
nos repiten que piensan en nosotros. Pero se aprovechan de la situación
en que vivimos para justificar la aplicación de formulas de
endurecimiento político.
La intransigencia lleva al despotismo. La suprema autoridad a la
dictadura. El hombre que se vale de su posición para exaltar su
personalidad, hasta considerarse el centro de la atención del mundo,
ejerce de modo aberrante la soberanía popular..
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