2008-06-05.
Lázaro Rosa
El Gobierno cubano hace cada vez más el ridículo por su postura de
seguir prisionero dentro de su obsoleta e involutiva ideología. En
tiempos en que se impone la Internet en la sociedad global como un salto
tecnológico de primer orden que ha beneficiado a millones de seres
humanos en todas las latitudes del planeta (por cierto en la actualidad
la Tierra se mira más pequeña por el intenso desarrollo de las
comunicaciones), aún La Habana machaca sobre mojado al mantener en pie
esa absurda teoría con la que pretende justificar su asfixia y su
aislamiento político por causa del llamado campo de batalla ideológico.
El viceministro de comunicaciones de Cuba, señor Boris Moreno, teniendo
en cuenta sus más recientes declaraciones, debe recordar, más que nada,
que él no defiende una revolución, sino el arquetipo de un inmovilismo
que es propio de una férrea, vulgar y vociferante dictadura.
Es lo más insensato poder imaginar que aún en nuestros tiempos el
Castrismo permanece anclado en su aberración ideológica, por el tonto
hecho de pensar, además de quererle imponer al pueblo cubano, unas
cuotas de acceso a la Internet como si se tratara de la distribución de
leche en polvo o picadillo de soya.
Yo estoy más que convencido de que esos intelectuales y periodistas -los
que mencionó el viceministro Boris-, que escriben en blogs para defender
(según él) la pseudo- revolución cubana, el ochenta por ciento de ellos
(es posible que hasta más) lo hace por miedo o por obtener las migajas
que el régimen distribuye entre sus simuladores y complacientes.
Si aplicamos la lógica, el más sencillo de los razonamientos, tenemos
que admitir que cuando un Gobierno teme que el pueblo llegue a conocer
de primera mano la realidad del mundo exterior, con ello está
manifestando que se siente impotente y fracasado.
¿Cuál es el gran miedo y el terror de la dictadura castrista a que los
cubanos puedan apreciar por Internet el funcionamiento y la vida real en
las sociedades abiertas y democráticas? ¿Teme el dictador de turno que
les sigan descubriendo sus mentiras repulsivas y baratas? ¿No dicen
algunos, entre los voceros del régimen, que la dinastía de los Castro
cuenta firmemente con el apoyo unánime e irrestricto de toda la
población del país?
La realidad evidencia, como siempre, que el cerrado totalitarismo que
impera en la isla funciona solamente cuando es capaz de aplicar sus
duras recetas represivas, motivado, más que todo, por su eterna
desconfianza en el pueblo.
Debemos estar preparados. Al nuevo general que ahora desgobierna a Cuba
le faltará materia gris en el cerebro pero le sobra sangre fría e
impulsividad para ordenar una Gran Purga, al estilo habanero y caribeño,
contra la disidencia interna y sus críticos, en estos años finales en
que agoniza su imperio sectario e inmoral.
Después de todo, lo único que quiero desearle al leal viceministro Boris
Moreno es que tenga paciencia. Que cuente las semanas, a partir de hoy,
que le van quedando al purgatorio, al reclusorio estatal en que se ha
convertido la nación cubana, que es de momento propiedad de esos dos
rufianes y guajiros incendiarios que en unos días bien malos nacieron en
Birán.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15635
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