Wednesday, April 30, 2008

El nuevo socialismo

30 de abril de 2008

El nuevo socialismo

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - En Cuba hay cambios. ¿Dudas?
Con poner los ojos sobre la mañana del 21 de Abril de 2008 es
suficiente para que la incredulidad sea disuelta en un instante.

Allí hay tiempo para calibrar la magnitud de las correcciones. Apostado
en las cercanías de esa zona será testigo de las señales de que el
régimen cubano es dialéctico e innovador.

Ahora, desde un presente tan volátil como un suspiro, me asomo para
captar en su justa dimensión ese socialismo que intentan disfrazar de
originalidad.

Ahí está Berta Soler con sus gafas oscuras, unos bultos bajo el brazo y
a pocos centímetros del pavimento para sugerirme el alcance de las
intenciones reformistas del gobierno. Lo hace a rastras, firmemente
suspendida por tres mujeres policías.

No es necesario esforzarse para entender su postura. Me basta con el
coraje que se le desborda en el rostro para escuchar el sonido que la
fotografía me niega.

La oigo decir que quiere la libertad incondicional de Ángel Moya, su
esposo condenado a 20 años por ejercer su derecho de oponerse por medios
pacíficos al dogma oficial.

Tal petición la extiende a favor de todas las personas encarceladas por
causas inherentes a la práctica de los derechos humanos sin restricciones.

En un forcejeo congelado por el lente fotográfico diviso a Laura Pollán
negándose a acatar la orden de abandonar el lugar sin antes conseguir la
atención de algún jerarca del régimen en torno a la libertad de Héctor
Maseda, su cónyuge, encontrado culpable por sacar a la luz pública sus
desacuerdos con el régimen de partido único y enviado a purgar una larga
condena.

Desde otro ángulo, Laura está como a punto de caer al suelo por un
agarre defectuoso de las agentes policiales que tratan de introducirla
en un ómnibus en contra de su voluntad.

Dolia Leal grita la palabra libertad como una manera de sintetizar lo
que más desea para su esposo enfermo y el resto de los prisioneros
políticos y de conciencia. Repite la sentencia una y otra vez. Sus
reclamos traspasan la pantalla electrónica. "Lo van a matar, asesinos".
El aviso es parte del universo lingüístico de Dolia en defensa de Nelson
Aguiar, aquejado de varias dolencias, pero sin ánimo alguno de ceder en
sus principios.

A su lado Alejandrina García deshace el temor con el signo de victoria
con ambas manos. Exige la devolución de Diosdado González al seno del
hogar sin más dilación. Ya sobrepasa los cinco años de encierro y
considera que es tiempo para ponerle punto final a la pesadilla de una
reclusión basada en endebles razones jurídicas.

Noelia Pedraza es otra de las damas que arrastran como bultos. En la
instantánea está con los ojos cerrados. Quizás para ver en la
profundidad de su alma a Ariel Sigler empotrado en una celda por 25 años
como castigo a sus insistentes actos de oposición.

Hay otras mujeres, diez en total, que desafían la orden de marcharse de
las inmediaciones de la Plaza de la Revolución. Se han hartado de
humillaciones y esperas inútiles.

Las imágenes que aporta el "nuevo" socialismo resumen la única
transición probable en la isla.

El atropello cuenta con estrenos de lujo. Los índices de inhumanidad se
saturan en apenas tres horas. El tiempo justo que la decena de Damas de
Blanco tuvieron para poner en la picota pública las "buenas
intenciones" de los herederos del poder absoluto.

Cuba avanza. Lástima que sea hacia el abismo. ¿Qué más puede esperarse
después de esta versión de brutalidad? ¿Cómo clasificar a un gobierno
que organiza actos de repudio y otros maltratos contra un grupo de
mujeres indefensas?

Tras este repaso de sucesos es menester una conclusión. La singularidad
del sistema que simula gestos de renovación estriba en el cambio de
pintura del garrote y en las mejoras estéticas de su empuñadura. Aunque
seamos justos: ¿no es eso un cambio?

http://www.cubanet.org/CNews/y08/abril08/30cronica1.html

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