22 Febrero 2008
Actualizado:09:09 PM hora de Cd. Juárez
Miami– El gobierno de Estados Unidos, las Fuerzas Armadas y las agencias
de seguridad no prevén que los cambios políticos en Cuba den lugar a una
oleada de refugiados desde la isla, pero están preparados para el caso
de que suceda, dijeron a la AFP fuentes de esas reparticiones.
El Comando Sur, con base en Miami, esperará una orden del Pentágono en
caso que fuera necesario dar apoyo a la Guardia Costera en las aguas del
Estrecho de Florida, que separa a Estados Unidos de la mayor isla caribeña.
Cuba se prepara el domingo para designar al sucesor del histórico líder
Fidel Castro, una situación política que genera gran expectativa dentro
y fuera de la isla, y que por años se consideró podría dar lugar a un
nuevo éxodo de cubanos.
La última vez que los militares se sumaron a las operaciones de
intercepción de inmigrantes que llegaban a la Florida fue en 1994
cuando, con autorización del gobierno de Castro, más de 30.000 cubanos
se lanzaron al mar intentando llegar a las costas estadounidenses.
"No estamos previendo hasta ahora que se produzca una crisis de
inmigrantes, pero si ocurriera el Comando Sur se sumará si lo requiere
el Departamento de Seguridad Interior y lo ordena el Departamento de
Defensa", dijo a la AFP el portavoz de ese organismo, José Ruiz.
"Daremos apoyo con barcos de la marina si la Guardia Costera se ve
sobrepasada. Los barcos que se destinan para estos casos están
preparados para interceptar a los inmigrantes, y luego asistirlos hasta
que se hace una repatriación", dijo Ruiz.
En 1994, además de los cubanos, unos 25.000 haitianos se lanzaron a las
aguas del Atlántico para buscar refugio en Estados Unidos.
Sin embargo, la crisis más recordada ocurrió catorce años antes.
En 1980, el gobierno de Fidel Castro autorizó a los cubanos a abandonar
la isla. Unas 125.000 personas partieron entre abril y octubre de ese
año hacia Estados Unidos en todo tipo de embarcaciones durante el
llamado éxodo del Mariel, el puerto cubano desde donde partían.
"Estamos siguiendo de cerca la situación en Cuba, en coordinación con
otras agencias gubernamentales", dijo el miércoles el almirante James
Stavridis, jefe del Comando Sur.
La Guardia Costera, involucrada directamente en el asunto, indicó que se
mantiene alerta y "con los ojos bien abiertos" ante el desarrollo de los
acontecimientos en Cuba, pero señaló que no ha reforzado los controles,
según informó un portavoz a la AFP.
"Contamos con las patrullas y hombres suficientes para hacer frente a
una operación" en las aguas del Estrecho de Florida, indicó la fuente.
Según autoridades migratorias, en 2006 llegaron 3.076 cubanos a las
costas de Estados Unidos, mientras que el número de interceptados en el
mar fue de 2.810.
Desde septiembre de 2007 y hasta el martes, día de la renuncia de
Castro, la Guardia Costera había interceptado a 1.040 cubanos en el mar.
Desde el Servicio de Inmigración y Aduanas informaron que "existe un
plan de contingencia" para hacer frente a una posible oleada de
refugiados, pero no se espera que suceda en las actuales circunstancias.
"Esperamos que la gente no se lance al mar de forma desesperada. Se
trata de un hecho ilegal y sumamente peligroso", dijo a la AFP Barbara
González, portavoz del Servicio de Inmigración y Aduanas.
Pese a los controles, en los últimos años los cubanos continuaron
llegando incesantemente a las costas de Florida, pero ya no tanto en las
frágiles embarcaciones de "balseros" como ocurría años atrás.
Redes de traficantes de inmigrantes se encargaron, en muchos casos en
lanchas rápidas, de hacer el cruce de los 150 kilómetros a cambio de un
previo pago -que generalmente hacen los familiares en Miami-, que puede
ir de los 5.000 a los 10.000 dólares.
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