Sunday, February 24, 2008

Los "raulistas": garantía de continuidad

Los "raulistas": garantía de continuidad
Por ANITA SNOW
Article Launched: 02/22/2008 05:20:26 PM MST

LA HABANA—La renuncia de Fidel Castro como presidente de Cuba podría
augurar el ascenso de los llamados "raulistas", jefes militares fieles a
Raúl Castro que controlan buena parte de la economía y ocupan niveles
superiores del poder político.

Tras servir durante décadas bajo su comando como ministro de Defensa,
los "raulistas"—militares en ejercicio y en retiro —supervisan
actualmente varios sectores económicos claves, desde la producción
agrícola hasta el turismo, que aporta divisas extranjeras.

Aunque leales a Fidel Castro, muchos de ellos han tenido una amistad
especialmente estrecha con su hermano menor, conocido como un hombre
cálido y jocoso que trata a sus soldados casi como a su familia.

Cinco generales activos integran el poderoso Politburó del Partido
Comunista, incluyendo dos que dirigen ministerios del gobierno.

Aunque las Fuerzas Armadas Revolucionarias se mantienen como una de las
instituciones más firmes y respetadas de la isla, los altos generales
siguen siendo fieles a Raúl y no es probable que éste encare problemas
con los militares, un sector que en muchos países de América Latina
puede ser el más incierto para un nuevo gobierno.

Aun el presidente estadounidense George W. Bush reconoció la influencia
de los militares cubanos cuando los instó a favorecer el cambio en vez
de apuntalar al gobierno actual.

Para que el hermano de Fidel tenga éxito, será vital ver "hasta qué
punto Raúl y los generales son capaces de mantener la lealtad a la
cadena de mando", escribió el ex analista de la CIA Brian Latell en su
libro "Después de Fidel" (After Fidel). Por lo menos al principio, "las
probabilidades lo favorecerán", agregó.

Latell, que ha estudiado a los Castro durante décadas, observó que en
casi cinco décadas la Cuba revolucionaria nunca ha experimentado un
golpe de estado o una rebelión, en contraste con lo que ha ocurrido con
muchas otras fuerzas armadas latinoamericanas.

Aun el disidente Vladimiro Roca, ex piloto de combate que rompió con el
gobierno, cree que Raúl Castro cuenta con el apoyo de los jefes
militares. Pero aun más que eso, "están interesados en mantener su
estatus", dijo Roca a la Associated Press en el 2006 después que Fidel
cedió el poder provisionalmente a su hermano.

Esa situación que quieren mantener es significativa.

Dos generales en actividad dirigen ministerios importantes. El general
Abelardo Colome Ibarra supervisa el vasto aparato de seguridad interna y
de inteligencia como ministro del Interior. Y el general Ulises Rosales
del Toro controla el área azucarera, económica e históricamente
importante para Cuba.

En el pasado, generales y coroneles dirigieron los sectores de pesca y
transporte, como también Habanos S.A., que trabaja con una firma europea
para comercializar en el exterior los cigarros cubanos mundialmente famosos.

Ramiro Valdés, de 75 años, uno de sólo tres hombres que ostentan el
título honorífico de Comandante de la Revolución, durante años operó una
compañía clave que importó computadoras y otros aparatos electrónicos a
Cuba hasta que Raúl lo nombró su ministro de Comunicaciones poco después
que Fidel enfermó a mediados del 2006.

Las Fuerzas Armadas también operan la cadena TRD Caribe, que tiene
cientos de pequeños comercios que venden bienes de consumo en todo el
país, y Gaviota S.A., una empresa de turismo que administra más de 30
hoteles y tiene subsidiarias que organizan viajes en la isla por tierra
y aire.

Las empresas económicas militares son operadas por el Grupo de
Administración Empresarial del ministerio, dirigido por el lugarteniente
y confidente de Raúl Castro, general Julio Casas Regueiro.

Las versiones coinciden en señalar que Raúl es un conductor altamente
organizado, y muchos creen que su sentido pragmático de los negocios
podría llevarlo a abrir la economía cubana una vez que esté
permanentemente en el poder. Insinuó algo por el estilo durante un
discurso en julio del 2007 en el que manifestó la necesidad de algunos
"cambios estructurales" que no especificó.

Raúl Castro también se ha mostrado capaz de ser duro. En 1959, en los
primeros meses después de la revolución, él y Ernesto "Che" Guevara
supervisaron las ejecuciones de oficiales del gobierno depuesto del
dictador Fulgencio Batista.

También estuvo entre los integrantes del Consejo de Estado que
ratificaron la pena de muerte para el condecorado general Arnaldo Ochoa
y tres oficiales condenados por narcotráfico.

Ochoa y la mayoría de los altos generales estuvieron al mando de
soldados cubanos en los campos de batalla de Angola y Etiopía en los 70
y el 80.

Pero cuando la Unión Soviética se desplomó y Cuba perdió su principal
benefactor y proveedor de armas, las Fuerzas Armadas se vieron obligadas
a cambiar drásticamente.

En ese entonces Fidel Castro anunció que Cuba ya no pelearía en los
movimientos independentistas en el exterior y el número de soldados bajó
drásticamente de los 300.000 miembros activos que llegó a tener a
principios de los 60.

Cuba tiene hoy unos 37.000 soldados activos y 700.000 reservistas, según
"Jane's World Armies". También puede movilizar más de un millón de
miembros de las milicias, como también grupos paramilitares y civiles,
en caso de una emergencia nacional.

Pero a medida que la importancia militar de Cuba en el exterior se fue
desvaneciendo, Raúl Castro se aseguró de que sus soldados mantuvieran su
relevancia dándoles nuevos papeles clave en la defensa interna y la
economía.

Por medio de su Ejército Juvenil del Trabajo los militares producen
alimentos básicos que se venden en mercados del gobierno a precios muy
reducidos.

Las empresas de turismo y los comercios --manejados por ellos--
contribuyen a captar las divisas fuertes que Cuba necesita para pagar
sus importaciones.

Pronto los generales que solían servir como comandantes en los campos de
batalla pasaron a ser mpresarios al frente de empresas y ministerios. En
esas nuevas funciones, los hombres de Raúl tienen un papel aun mayor en
el futuro de Cuba, según Latell.

"Desde hace algún tiempo que se vienen preparando para una sucesión
ordenada", escribió en "Después de Fidel", y "los funcionarios de
segundo y tercer nivel tienen todo incentivo para mantenerse juntos,
aunque sólo sea para preservar su patrimonio".

http://www.elpasotimes.com/spanish/ci_8338024

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