Wednesday, January 02, 2008

Llegan los cambios a Cuba?

Publicado el miércoles 02 de enero del 2008

¿Llegan los cambios a Cuba?
OSCAR ESPINOSA CHEPE

La Habana -- Desde que el general Raúl Castro asumió provisionalmente el
poder a fines de julio de 2006, ha sido constante la espera de cambios
trascendentales en la economía que pudieran aliviar la desesperada
situación que atraviesa el pueblo cubano desde hace muchos años.

Esta ansiedad por transformaciones se ha acrecentado impulsada por su
discurso en julio pasado, en el cual junto a fuertes críticas al estado
de la economía y el reconocimiento de que los salarios no alcanzan para
vivir, indicó la posibilidad de cambios estructurales y de conceptos.
Posteriormente, sus palabras se discutieron en reuniones del Partido
Comunista, centros de trabajo y otros lugares, donde se efectuaron
cientos de miles de críticas y propuestas, según informaciones oficiales.

Hoy el deseo de cambios es inmenso y abarca todos los estratos de la
sociedad cubana, comprendida ampliamente la militancia del Partido
Comunista. Una muestra de ello puede apreciarse en el artículo Viaje al
centro de la tierra, primera parte, del diario Juventud Rebelde del 16
de diciembre pasado, en el cual abiertamente se proclama la necesidad de
transformaciones radicales en la agricultura, esencialmente mediante la
entrega de tierra a los campesinos.

Mucho de lo planteado en ese trabajo sobre el estado desastroso de la
agricultura cubana, así como datos que demuestran la caída en barrena de
la producción agropecuaria, había sido denunciado desde hace tiempo por
la perseguida prensa independiente y disidencia cubana, por lo cual hoy
más que nunca resulta injusta la prisión de los activistas pacíficos que
en infrahumanas condiciones cumplen condenas de hasta 28 años de cárcel.

El análisis del artículo también se basa en entrevistas a decenas de
campesinos y a dirigentes de la agricultura, incluidos funcionarios de
las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), de las Unidades
Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), y Orlando Lugo Fonte,
presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).

De las entrevistas se desprende la actitud altamente positiva de los
campesinos privados, la fuerza más vital de la agricultura cubana, por
la receptividad a la reforma. Esta posición contrasta con la posición de
los dirigentes de las CPA y las UBPC, quienes no se muestran tan
dispuestos a los cambios debido a los mecanismos burocráticos estatales
a que están sujetos.

Hay que reconocer que Lugo Fonte, miembro del Comité Central del PCC y
dirigente muy ligado a las altas esferas del gobierno, tocó la esencia
del problema cuando señaló: ''La clave de la alimentación del pueblo
está en darles recursos a quienes tienen tierra; darles tierras a los
que quieran y merezcan tenerla, y resolver los problemas de la
comercialización''. Por supuesto, esta apreciación, en principio justa,
deberá verse en la práctica. Allí, si se aplican esos principios, deberá
garantizarse la real liberación de las fuerzas productivas mediante la
entrega de tierra a los campesinos y a las personas interesadas en
cultivarla, y respetar el derecho de los productores para tomar
decisiones sin la actual injerencia estatal ni influencias partidistas.
Debe acompañarse de la creación de mecanismos racionales para la
adquisición por los campesinos de los recursos necesarios y vender sus
productos; sin olvidar el acceso a fuentes crediticias bajo condiciones
favorables, estimuladoras de la ruda actividad agropecuaria.

Ciertamente se ven movimientos alentadores hacia la introducción en la
agricultura de las necesarias reformas, aunque todo debe observarse con
mucha cautela. Habrá que esperar los próximos artículos de esta serie
para tener una idea más concreta sobre lo que se intenta realizar. El
tiempo pasa y la situación alimentaría se complica. Como el artículo
señala, los precios de los alimentos en el mercado internacional se
incrementan notablemente debido, en primer lugar, al aumento del nivel
de vida de muchos pueblos especialmente China y la India, donde vive la
tercera parte de la población mundial, así como otros factores como el
desarrollo de la producción de combustibles a partir de los cereales y
otros cultivos agrícolas.

Cuba no puede seguir dándose el lujo de mantener el 50% de las tierras
cultivables ociosas, llenas de malezas, o deficientemente explotadas; no
puede de ningún modo seguir importando el 84% de los alimentos que en su
mayoría pueden ser producidos en el país. Lo único necesario para
empezar a resolver esta absurda situación es voluntad política. La
derrota de Hugo Chávez en el reciente referendo muestra la urgencia de
que la economía del país se sostenga sobre sus pies y se libere de la
dependencia extranjera.

Las reformas deberán comenzar precisamente en el sector agrícola con
miras a extenderlas a otras esferas de la economía, a través de la
eliminación de las ataduras al relativamente importante potencial
productivo existente, bloqueado por tantos años.

Economista y periodista

independiente.

http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/137544.html

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