Saturday, January 05, 2008

El mal del exilio

4 de enero de 2008

El mal del exilio

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Para Luis Báez, destacado
periodista incondicional del régimen castrista, el exilio provocado por
la dictadura de Fidel Castro es un mal que lucha contra una gran
frustración, que lentamente consume al enfermo, como si estuviera
invadido por un virus incurable, tan mortal como el SIDA. Lo llama el
colega: el mal del exilio.

Pero, ¿realmente los millones de cubanos que viven en los lugares menos
pensados, Alaska, Australia, por ejemplo, piensan como él? ¿Se sienten
frustrados y minados por el mal del exilio?

Un amigo que vive en Miami me envió el otro día un e-mail, comentándome
sobre "la laboriosidad, perseverancia y status social de los cubanos en
esa ciudad, el florecimiento de la cultura, las costumbres y el modo de
vida cubano dentro de los propios Estados Unidos".

Y es cierto todo lo que me dice, cuando señala que aunque las leyes de
Fidel Castro les arrebataron todo a los que se fueron fincas, fábricas,
bancos, centrales azucareros, casas, dinero, hasta las joyas, zapatos,
ropas, lámparas, muebles, tazas y cucharitas de café…, y llegaran a
Estados Unidos en cueros, se abrieron paso en una sociedad competitiva y
próspera y poco a poco recuperaron mucho de lo perdido, sobre todo, su
condición de personas.

Por sólo poner un dato interesante que me ofrece mi amigo, el último
censo económico de Estados Unidos arroja que existen cientos de empresas
cubanas, con un volumen de ventas de miles de millones de dólares.

Ante estos éxitos no sólo económicos, sino además sociales, se hace
necesario analizar si el mal del exilio es realmente un mal o una fuerte
inyección de vida para aquellos que fueron humillados bajo las ofensas
de gusanos, traidores a la patria, escoria, etc.

Hay quien ve como un favor del cielo haberse podido abrir paso en un
país muy distinto, con otro idioma, con otra idiosincrasia y un castigo
para el régimen castrista que, luego de desterrarlos, ha tenido que
sufrir la realidad de los éxitos económicos del exilio; un castigo sobre
todo para el régimen, con sus fracasos año tras año, que sólo puede
brindar al pueblo una lastimosa y deprimente calidad de vida.

Pero, ¿ha aceptado alguna vez el régimen castrista que ese exilio de
compatriotas está compuesto por hombres que pelearon como gigantes para
demostrar su amor por el trabajo, en un país donde el trabajo conduce a
la prosperidad individual y social?

Mi amigo me cuenta que comenzaron como cocineros, limpia pisos, barre
calles, empleados de tiendas, de fábricas y gasolineras, y nada los
detenía, porque no cejaron hasta vivir decorosamente. Me cuenta, ya para
finalizar, que "la escoria de Mariel", llamada así por Fidel Castro y
que llegó a Miami en 1980, hoy disfruta de un promedio anual de ingresos
de 37 mil dólares.

Y por último, me pregunto: ¿cuántos cubanos de la Isla no desearían
contraer el mal del exilio?

http://www.cubanet.org/CNews/y08/en08/04a4.htm

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