Tuesday, December 25, 2007

SITUACIÓN EN LAS CÁRCELES CUBANAS

SITUACIÓN EN LAS CÁRCELES CUBANAS
2007-12-23.
Roberto De Jesús Guerra Pérez, Periodista Independiente

Culmina el año 2007, la situación en las prisiones cubanas en cuanto a
condiciones de vida y tratamiento a los reclusos además de mantenerse
igual en algunas, en otras han empeorados.

En referencia a la alimentación, esta es deprimente en cuanto a calidad
y cantidad. La norma calórica en estos momentos en prisiones tales como,
Combinado del Este, 1580 y Valle Grande, se encuentra por debajo de las
3100 calorías, que es la que está establecida, y solo se limita al
suministro de granos, arroz y compuestos cárnicos de Soya y 120 gramos
de pollo cada 21 día.

Su elaboración no reúne la calidad necesaria para ser ingerida debido a
que no se cuenta con los ingredientes necesarios para su preparación,
unido a que los encargados de prepararlas son reclusos que no poseen
conocimientos, o estos son mínimos, en la elaboración de alimentos para
grandes cantidades de personas.

La prohibición a los familiares de llevar, en los días de visitas, más
de 44 libras de avituallamiento a los reclusos, agudiza más esta
situación de tal forma que hay reclusos que en estos momentos su masa
corporal ha disminuido por debajo de los 0.2 kilogramos por centímetro
cuadrado, llegándose al extremo de haberse tenido que crear los
destacamentos conocidos por el nombre de desnutridos.

La atención a la salud se ve obstaculizada por la falta de stock de
medicamentos en los botiquines y escaso personal médico y paramédico
trabajando en los puestos médicos.

La distribución del aseo personal es tan escasa que solo se distribuye
de forma esporádica. No se entrega ropa de cama, los propios reclusos se
la tienen que facilitar, y en la mayoría de las prisiones ya no se usa
el uniforme por falta de ellos.

Debido a un incremento de la población penal y la no ampliación de las
prisiones para poder asimilar este excedente, provoca que se conviva en
completo hacinamiento, pudiéndose disfrutar de un espacio inferior a los
dos metros cuadrados que es el que está establecido.

Estas situaciones han influido en la conducta de los recluidos; los
niveles de violencia, agresión entre reclusos, robos, sodomización
forzosa y protestas airadas han aumentado, provocando con esto una mayor
respuesta represiva por parte de las autoridades penitenciarias amen de
que el tráfico y consumo de drogas y bebidas alcohólicas, introducidas
clandestinamente en muchos casos con la complicidad de los custodios,
también ha crecido.

Todas estas formas de infrahumanidad, han convertido a las prisiones
cubanas en verdaderos infiernos donde el individuo, completamente
enajenado, vive de forma tal que su comportamiento se dirige más hacia
la supervivencia, que hacia la reeducación para su posterior inserción
social.

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