Saturday, December 01, 2007

La transición, el mercado y los intelectuales

Publicado el viernes 30 de noviembre del 2007

La transición, el mercado y los intelectuales
EMILIO ICHIKAWA

En Cuba existen decenas de instituciones dedicadas a la producción
profesional de ideología. Entre ellas se incluye un sistema nacional de
escuelas del partido; departamentos de filosofía adscritos a la red de
universidades del Ministerio de Educación Superior; institutos de
investigaciones sociales administrados por la Academia de Ciencias;
departamentos ideológicos dependientes del Comité Central de Partido;
grupos de investigación del Ministerio de Cultura, etc.

El socialismo cubano, como cualquier totalitarismo, además de
autoimponerse un retraso económico funcional al modelo de dominación
elegido, tal parece que se autorreceta una precariedad en el área de las
ciencias sociales y las humanidades. Esto contrasta con el desarrollo
científico natural y técnico que exhibe en ciertas áreas y el avance
legendario en el campo de las artes, los deportes, la tecnología e
inteligencia militar y las ciencias médicas.

Esta realidad dual ha sido entendida perfectamente por los analistas del
Departamento de Estado y está recogida en los dos informes de la
Comisión para la Ayuda a una Cuba Libre en calidad de principios
rectores. Esos sendos informes establecen que Estados Unidos está
interesado en una cooperación tecnológica con Cuba, mientras no lo
estaría tanto en el área de las ciencias sociales por la excesiva
ideologización de sus especialistas.

La ideología en Cuba tiene una historia de desajuste (o de ajuste
perverso) con el propio desarrollo de la revolución. Ya a fines de los
años 80, mientras la sociedad cubana entraba en un proceso de
''extranjerización'' de la economía, las instituciones ideológicas
insistían en un nacionalismo reaccionario. Hoy mismo, mientras las
fuerzas discretas de la transición pujan por una apertura mercantil, los
profesionales de la ideología cubana siguen insistiendo en un guevarismo
sacrificial y anticapitalista en el que nadie cree o al que a nadie
interesa.

Es verdad que, pensado con una lógica perversa, la ideología de
izquierda es la única rentable en Cuba; la que da relaciones, viajes, la
que consigue donaciones, pero esas prebendas sólo son migajas con lo que
pueden conseguir en un futuro inmediato deportistas, médicos, ingenieros
y militares. El ideólogo cubano es, en toda esta historia, un indigente
que ha negociado por nada la libertad de su pensamiento.

En la Cuba de hoy se reciben cuantiosas herencias de la comunidad cubana
en el exterior, se hacen negocios con las firmas capitalistas más
agresivas del mundo, circulan ropa y automóviles caros, se remodelan y
venden mansiones, crece el pago con cheques y tarjetas de créditos, se
facilitan los viajes de placer y renace la aviación privada mientras los
ideólogos siguen insistiendo en una glorificación de la pobreza que ni
el más franciscano de sus vecinos comparte.

Todavía hace poco se realizó en La Habana el Foro Interactivo Cultura y
Mercado dedicado a criticar el capitalismo; el mismo capitalismo en el
que se insertan con éxito políticos, músicos, científicos y deportistas
cubanos de la isla; muchos de ellos, por cierto, convencidamente
castristas. He leído con detenimiento los ''teques'' y sermones
hipócritamente antimercantilistas de ideólogos cubanos como Rubén
Zardoya, Aurelio Alonso y Eduardo Torres Cuevas; no sé en verdad en qué
Cuba viven, no sé en qué mundo se disponen a sobrevivir.

Como se ha dicho alguna vez, Cuba no es un estado con problemas de
''jineteo'', sino un estado ''jinetero''; pero debo confesar que esa
prostitución me resulta menos desagradable que el ejercicio de
santurronería intelectual de algunos ideólogos de la isla.

http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/123943.html

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